Whapps. Mírame a los ojos

Opinión:

Esta novela debería leerse por todos los jóvenes, leerse en público, que fuera especialmente devorada por aquellos padres irresponsables que han metido sin su consentimiento a los menores de edad, cuando publican en redes sus fotos o datos de su vida, o esos que consienten que sus hijos vivan enganchados a juegos o conversaciones online, sin ser realmente conscientes que ese universo digital que perciben tan accesible, nunca libera prisioneros.

Pero esto no es un ensayo, es una novela, que además de estar bien escrita, ofrece una trama trepidante que sirve para disfrutar de su lectura, mientras se obtienen mil conclusiones de una sociedad a la deriva que pierde sus valores al mismo tiempo que las corporaciones tecnológicas aumentan sin control su poder y riqueza.

En esta historia, absolutamente creíble con solo echar un vistazo al mundo que nos rodea y al futuro que se nos promete, provoca que la cultura, el pensamiento, la crítica, la privacidad, el diálogo sin mediación tecnológica, el amor, la familia, se presentan como actividades problemáticas, subversivas, perseguibles, amenazantes de un orden colectivo que gobierna una sociedad dopada gracias a un sistema electrónico que vigila y controla las vidas de sus usuarios.

La inteligencia, la capacidad de razonar, incluso el devolver el protagonismo a la percepción de unos sentidos humanos que no dependen de máquinas para su funcionalidad cotidiana, en esta historia sirven a la causa de una esperanza alternativa, como una brecha en el sistema. Ese que depende de una tecnología que ejerce su poder gracias a convertir a todas las personas en simples datos que forman parte de una masa sin capacidad de de proponer o tener una visión libre e independiente.

Andreu Martín acierta con ese "mírame a los ojos", porque algo tan sencillo es un grito de protesta, de rebeldía, de guerra, porque algo tan radicalmente humano permite distraer la mirada de esa pantalla de cristal que gobierna el mundo.

La electrónica, las redes sociales, los buscadores, las compras, son enemigos del mundo físico, del contacto, del roce, el olor, de la palabra intercambiada en la proximidad, de esa mirada, de los sentidos y los sentimientos en suma, cuando solo existen formando parte de procesos electrónicos. Esos que condenan a la soledad, a la incomunicación, a la debilidad en la condición esencial de ciudadanos libres.

Una novela que habla de todos estos asuntos absolutamente claves y actuales, y al mismo tiempo los contextualiza en una advertencia contra un poder político que se entrega a las cómodas mieles de un poder basado en la tecnología, esa en manos de unas pocas empresas, esa misma que todo lo mira, todo lo sabe, todo lo ordena.

El oficio de Andreu Martín nos regala una novela interesante, actual, de urgente lectura, bien escrita hasta el punto de absorber con extraordinaria facilidad el interés del lector. Lo dicho, una obra para leer y recomendar, especialmente a esos zombis que nos rodean enganchados a las máquinas que los convierten en seres asociales y dependientes.

Jorge Riet