Sombras silenciosas

Opinión:

I. S. Guinaldo nos lleva, a través de una aventura de horror trepidante, a conocer el pueblo embrujado de Mistyville, en la mejor tradición del vampirismo adolescente. Y es en Mistyville, un pueblo de esos idílicos que parece sacado de las viñetas de un cómic de la EC o de la serie de TV de los años noventa "Eerie Indiana", que conviven vampiros, brujos y humanos, sin que estos últimos lo sepan. Y eso es lo que hace a este pueblo tan peculiar.

En "Sombras silenciosas" hay, efectivamente, una guerra silenciosa en marcha. Alguien está asesinando vampiros sin ningún motivo aparente, y será entonces que el amo del clan enviará a una de sus sirvientes vampíricas a indagar el porqué de esta cadena de asesinatos.

Como es usual en este tipo de novelas, tenemos dos líneas narrativas que convergerán hacia el final. Por un lado, la joven vampira Ethrin, que mientras investiga los crímenes accidentalmente cruzará su camino con un joven humano. Aquí el autor despliega todos los mitos, la tradición y el folklore sobre si los vampiros tienen alma, sentimientos, o si de hecho pueden sentir algo parecido a la amistad. Pronto sabremos más sobre los vampiros y sobre nuestros personajes principales, aunque Guinaldo sabe desplegar un halo de misterio y suspense muy efectivo, casi como la capa gigante de un vampiro que lo cubre todo momentáneamente y nos deja pegados a las páginas, ávidos de querer saber más... Y a nuestras "adorables" criaturas, ávidas de sangre. 

Nos estremecemos en grandes momentos, uno de ellos cuando el humano Aston Parker, mientras trabaja en un hospital, ve cómo la puerta de un nicho antes cerrada, luego está abierta...

Por el otro lado tenemos la historia de Henrik, cierto pintor que, con su amada esposa muy enferma y necesitado de trabajo, aceptará un pacto para producir una serie de lienzos que sólo servirán para arreciar la guerra entre los vampiros y sus misteriosos atacantes.

Corazones arrancados, lienzos que parecen cobrar vida...

Guinaldo es un maestro en el arte de sorprendernos y dejarnos en ascuas y, como no podía ser de otra manera, nos depara una historia con giros inesperados que dejará más que satisfechos a fans y no fans del género. Y es que se nota que el autor ha logrado introducirse en este universo vampírico muy original, con toques de fantasía urbana, que nada tiene que envidiar a cualquier saga venida del otro lado del charco. Incluso, contrario a lo que a veces podría esperarse, tanto las descripciones de los personajes como de paisajes y lugares son realmente muy vívidas, pletóricas, llenas de energía y hermosas en su conjunto. No se guarda nada, y no dudará en describir una escena difícil, tal vez con presencia de sangre o gore, embelleciéndola y enriqueciéndola poéticamente, usando recursos estilísticos y literarios que usualmente son ajenos a este tipo de literatura.

En definitiva, esta novela lo tiene todo: el clásico y eterno combate entre el bien y el mal, a todo o nada. Pero también unos personajes exquisitamente delineados, con una serie de sentimientos muy bonitos y loables que los acerca más que nunca a cómo serían en la vida real. Tenemos vampiros patrios gracias a la pluma dedicada y genial de I. S. Guinaldo. No perdáis tiempo y disfrutad de esta lectura con un final cerrado, pero ¿abierto quizás a una continuación?

Juvenil, original rompiendo muchos esquemas del mundo vampírico. Me ha encantado. 

Violeta Lila