Superlibro de actividades Play-Doh (con plastilina)

Opinión:

No sé a vosotros, a mí no me hace falta una excusa para hacer regalos como estos. Me encanta regalar libros pero cuando éstos van acompañados de juegos, juguetes o actividades, me gusta mucho más, y también a los pequeños receptores de los regalos. Además, es una forma genial de acercar los libros a los niños cuando estos por sí solos aún no les llaman mucho la atención.

¿A qué niño no le gusta jugar con plastilina? Este libro contiene 4 recipientes con plastilina de colores (amarillo, rojo, azul y verde). Si os fijáis en la portada del libro veréis un gusanito que utiliza varios colores en su cuerpo. Pero además, abajo, veréis otros animalitos ya terminados. Esto os puede dar una idea de su contenido interior.

En este libro hay cuatro colores, pero si les añades otros tienes todo un mundo de creaciones en su interior. Estas figuritas tienen estrellitas indicativas de la dificultad de la creación, y sobra decir que aunque no están obligados a seguir los modelos, en su interior pueden encontrarse con animales, comida, vehículos y otros objetos.

En la foto, Katia mostrando su primera creación con el Superlibro de actividades Play-Doh, con las plastilinas que vienen con el ejemplar.

El libro es chulísimo. Ilustrado a todo color y con fotografías de los procesos para que los peques hagan lo mismo (también contiene consejos). Mis hijas, que han llegado a hacer de todo con la plastilina (y además muy bien, tienen destreza para hacer cosas incluso chiquitinas) aquí tendrán una guía para hacer cosas que quizás no se les haya ocurrido hacer antes. Y lo están disfrutando, tanto la pequeña como la mayor, porque los libros de manualidades, las guías donde te van explicando con imágenes cómo hacer las cosas, son muy sugerentes. Éste, en particular, tiene unas 20 manualidades.

Por último sólo un par de advertencias: como todos los juguetes con piezas, se aconseja que no se deje a menores de tres años (y siempre será mejor que un adulto esté cerca, esto no hace falta ni que lo diga), y por otro lado informar -como hace la propia editorial- de que contiene trigo (supongo que es un aviso por posibles alergias).

El libro está encuadernado en tapa dura, y tanto éste como los cuatro recipientes están dentro de una carpeta (también dura) así que se pueden mantener. Si el niño deja finalizadas unas figuritas y le compramos más plastilina, podemos usar los botes para rellenarlos (o como hemos hecho nosotros, que el resto de plastilinas las hemos guardado en una bolsa de plástico bien cerrada para que no se endurezca, y así pueden volver a cogerlas y modelarlas cuando quieran).

Un regalo fantástico, de matrícula. Me encanta.

Anika Lillo