Oblivion. La vida secreta de la Luna (Oblivion 3)

Opinión:

La primera parte de esta novela sucede en Madrid: Ivonne necesita romper con su pasado y pasa una noche fuera, sin dar señales de vida, algo que Sasha no conseguirá asimilar. Esto es casi una pista para los lectores, tanto como para el propio Sasha. Esta es una novela romántica que habla del amor pero ¿es amor verdadero? El propio creador de Oblivion, a pesar de ser un psicópata, será quien en un momento dado le diga algo a Sasha que tiene mucho que ver con esto. De hecho es en la segunda parte, cuando sean "secuestrados" por él ya en Inglaterra, cuando les haga la prueba definitiva. Un buen final para la trilogía, por cierto.

Así como Petra le contaba a Sasha en la isla de la Graciosa en la segunda parte de la novela, una historia sobre lluvias de estrellas y ovnis, en esta tercera es Valdemar, un hombre que Sasha conoce a su vuelta a Madrid, quien le habla de historias conspiranoicas poniendo a la Luna como protagonista. Me hace muchísimas gracia que Francesc esté tan puesto en estos temas -yo también- y que los deje caer en sus novelas.

En esta novela, por cierto, hay un fanzine (diseñado por Helena Pons, de la propia editorial) en el que participa Birdy, y también podremos echarle un pequeño vistazo.

La novela tiene algunas ilustraciones salpicando sus páginas en blanco y negro, y como en los dos anteriores volúmenes tiene sus inicios con citas y canciones.

También aparecen nuestros amigos de "Retrum" otra vez. Birdy queda con los pálidos y volvemos a ver a Christian y Alexia, e incluso volvemos a vivir una noche de cementerio.

Francesc hace algo que personalmente encuentro necesario y agradezco: deja caer de vez en cuando cosas que pasan en los anteriores volúmenes, y así nos refresca la historia. Y por suerte lo hace bien, no lo mete con calzador.

He de decir que éste es uno de esos finales que me gustan. Una cita de Coelho dice en el mismo libro que el amor es una trampa, y Francesc Miralles parece darle sentido a la cita, por ello que acabe como acaba me hace pensar que su protagonista, Sasha, sale de la trampa y se hace adulto. Es un final de lo más realista, muy alejado de las novelas de escritores/as que están tan enamorados del amor que sólo saben escribir sobre ello y acaban todas sus novelas con el "y comieron perdices".

Anika Lillo