Mi primer Luis Mateo Díez: El niño de plata (infantil)

Opinión:

"Mi primer…" es una colección infantil en la que el sello infantil y juvenil de Alfaguara acerca a grandes de la literatura a los niños más pequeños de la casa. Otros ejemplos aquí reseñados son los de Mario Vargas Llosa (Fonchito y la luna), Javier Marías (Ven a buscarme) o Eduardo Mendoza (El camino del cole).
 
"El niño de plata" me ha gustado porque he recordado a "Ami, el niño de las estrellas" (aquel pequeño extraterrestre de pelo
blanco y vestimenta plateada que venía a contarle al pequeño Pedro reflexiones importantes) un personaje creado por Enrique Barrios que se llegó a creer que fue real. Sin embargo aquel Ami era para niños mayores y traía consigo datos
acerca de la vida, del maltrato al planeta, de la evolución del hombre, de otros mundos y otras muchas cosas que convertían su historia en una novela.
 
¿Qué opción más sencilla tenemos para niños pequeños que no se base en reflexiones y utilice un niño extraterrestre que les guste? Pues "El niño de plata", sin ir más lejos, porque la historia que propone Luis Mateo Díez es sencilla, para niños a partir de unos cuatro años a los que les guste escuchar historias sorprendentes, donde un niño -igual que ellos- llegue de las estrellas y no sea ese ser peligroso que a veces ven en la televisión invadiendo el planeta o matando gente, un niño con el que se puedan identificar.
 
Este pequeño extraterrestre es un niño perdido, muy humano, físicamente igual que los niños terrícolas, y está preocupado. Tiene miedo. Serán Tino y Pina quienes -aunque sea por casualidad- le pongan de nuevo en marcha de vuelta hacia su casa.
 
Lo bonito, aparte de lo mencionado, es que los niños le ofrecerán su casa, su amistad, su ayuda. Como obsequio, el pequeño extraterrestre dejará algo que les recuerde que no fue una visión, ni un sueño.
 
Y si el cuento es bonito no os quiero decir las ilustraciones: me han encantado. Esa forma infantil, tierna, redonda, con luces y perspectivas, ayudan muchísimo al cuento. Un cuento que viene con una tipografía bonita, clara, de tamaño grande. No es un álbum ilustrado con cuatro palabras, la historia tiene su buen texto, pero no se alarga más de lo necesario.
 
Estoy segura de que los pequeños no sólo disfrutarán esta historia sino que soñarán con tener su propio encuentro con un pequeño extraterrestre que les haga viajar con la imaginación.
 
Anika Lillo