mi chica fantasma

Opinión:

Cuando una fórmula tiene éxito es cuestión de tiempo que se repita y algún imitador/a avispado aproveche el tirón, no me parece mal siempre y cuando se introduzca algún elemento innovador para dotarlo de cierta originalidad, es lo que ocurre con “Mi chica Fantasma”
 
Tras el éxito de la muerta más divertida de la literatura juvenil, la Charlotte de la Saga “Ghostgirl” creada por Tonya Hurley, era lógico que alguien más intentara explotar ese universo fantasmagórico adolescente como ha hecho Tamsyn Murray con esta primera novela de la trilogía, una historia que mezcla comedia y drama a partes iguales, salpicándolo todo con temáticas serias que afectan a los adolescentes de todo el mundo.

“Mi chica Fantasma” es el relato de unos adolescentes –algunos más descerebrados que otros- que han pasado a mejor vida...o eso creían ellos, incapaces de madurar porque ya está muertos, aprovecharán su nueva circunstancia para superar los traumas que les traían por la calle de la amargura mientras estaba en el mundo tangible, mezclando por momentos la trama sobrenatural con la detectivesca. Al inicio encontraremos cierta precipitación narrativa totalmente intencionada, ya que la forma de narrar se acopla perfectamente a los estados de ánimo de Lucy. En el momento que la fantasmal chica acepta su situación y se calma, la narración hará lo mismo, hasta darle cierta intensidad dramática no exenta de tensión a medida que nos acercamos al desenlace final.

La problemática adolescente está tratada con seriedad y sensibilidad como no podía ser de otra manera al tratar temas tan serios como el suicidio, el acoso escolar, el sentimiento de culpa etc., etc., teniendo una pequeña moralina final en la que se nos deja patente que nuestras vidas afectan a más personas de las que creemos y que las demostraciones de afecto hay que hacerlas en el momento oportuno pues nadie sabe qué nos depara el destino.
 
Estamos ante una novela que no pasará a los anales de la literatura juvenil pero que está plagada de diálogos ingeniosos impropios de una chica que ha sido asesinada –ya sabes, si estás muerta la cosa no puede ir a peor así que ¿para qué torturarse más?-, mucho humor fresco y descarado junto con un final muy previsible que es justo el que espera el público al que va dirigido esta historia. El mayor logro del libro es saber conjugar bien los dos elementos con los que juega a lo largo de sus doscientas páginas, el equilibro entre humor y drama está muy bien repartido e introducido en los momentos oportunos.
 
Según nos plantea “Mi chica Fantasma” estar muerto no es tan malo y mejor no te quejes del asco de vida que tienes, a lo mejor te pasas el resto de tu “no vida” en el servicio de los tíos y eso sí que apesta.
 
Patricia Rubiera