Los últimos frikis del mundo. Guía de supervivencia

Opinión:

En todas las series de libros que se precien, y creo que cuanto más jóvenes sean los lectores, más puede darse el caso, se suele publicar un libro como una especie de guía. Por una parte sirve para "reciclar" material ya publicado en los anteriores libros de la serie (ver, por ejemplo, el copyright de las ilustraciones para comprobar que la mayoría ya habían sido publicadas), por otra para publicar una serie de datos, curiosidades, etc. que necesitan este espacio propio al margen de los libros "oficiales" de la serie... y por otro, pues bien, para entretener a los fans entre libro y libro.

En este caso, tras un cómic corto donde los autores son desplazados por sus creaciones, se entra en materia con una serie de retos, comparativas a ver si eres capaz de competir con lo que los protagonistas han realizado en las anteriores aventuras (inventos, proezas, etc.). Se incluye el bestiario completo visto en el segundo tomo de la serie (recién reseñado aquí). Se añaden una serie de curiosidades acerca del autor, entre otras cosas, y se incita al lector a crear sus propios cómics, monstruos, inventos, vehículos... bien, esto puede estar bien... pero me produce una sensación rara, por decir algo, el utilizar eso para dejar muchas páginas en blanco. Sí, he visto que es habitual, pero qué queréis que os diga, en todos esos casos me parece una especie de excusa para meter más páginas, prácticamente sin nada, y así "inflar" el precio del libro. Igual a  la juventud/niños le gusta el plasmar sus propias ideas e invenciones en el mismo libro... pero no sé, te pones a pasar páginas y páginas en blanco...

Bueno, el resto del libro, obviando eso, pues es entretenido. Es verdad que muchas veces se reciclan dibujos y situaciones de libros pasados para ilustrar algo, comentar alguna cosa, que el lector haga su propia versión... entre eso y las páginas en blanco recién comentadas... En definitiva, que sin entrar en el tema comercial (más páginas por menos trabajo es más dinero) yo lo hubiera planteado de otra manera, a costa de sacrificar volumen y, por tanto, ganancias. Y como digo, es una pena, para mí, no sé como se lo toman los lectores habituales de este tipo de obras, pues hay cosas verdaderamente interesantes que te hacen pasar un rato entretenido en este tomo; conociendo las obras anteriores, claro está.

J. Javier Arnau