Los guardianes de almas

Opinión:

"Los guardianes de almas" es la última novela de Raquel Brune, que ya antes había publicado la trilogía "Brujas y nigromantes" y luego "Los dones de la muerte", que es la primera parte de lo que se prometía una bilogía, pero que por el momento está inconclusa.

En esta historia, que ha sido publicada por la editorial Puck, el escenario permanece bastante tiempo en Madrid, con alguna escapada a otros lugares, aunque la acción acabará volviendo allí, que es donde viven la mayoría de protagonistas.

En línea con el estilo de la autora, los elementos sobrenaturales tienen una importancia capital en el desarrollo, con unos representantes del Bien y del Mal, cuya misión es captar almas humanas para sus respectivas facciones, mostrándoles las ventajas que obtendrían si cumplen las condiciones.

La lucha entre el Bien y el Mal está personificada en Salomé y Jackie respectivamente, que tendrán que arrastrar a sus pupilos, Miguel, embaucador y mentiroso, además de un rompecorazones, e Inés, decepcionada de que siempre la utilicen y con el corazón roto, hasta su lado, ofreciéndoles lo que más desean, contrato incluido de por medio, que las palabras se las lleva el viento, siendo entonces una especie de mentor y guía de sus acciones.

Claro que en unos tiempos un tanto incrédulos, es necesario que haya una prueba tangible de los avances personales, de manera que cada logro deje una impronta en la persona, como serían unos tatuajes, aunque sólo sean visibles para la persona en cuestión y esos representantes, los Centinelas y los Demonios.

Así es que cuando Inés acumula lo que se dirían pecados, van apareciendo las consiguientes marcas en su piel, mientras que Miguel tendrá que hacer bondad para librarse de las sombras que ocupan todo su cuerpo, ya que en su caso los resultados se verán cuando vayan desapareciendo sus marcas.

Al principio todo parece que irá por esos derroteros, pero pronto empieza a vislumbrarse la ironía en esos propósitos, que ni lo malo es tan malo, ni lo bueno tan bueno. Es lo que tienen los excesos, que siempre van demasiado lejos y al final son contraproducentes.

Ahora bien, en la novela hay más cosas aparte corazones rotos y amores no correspondidos, como es el reconocimiento de la calidad artística de pintoras y escultoras, cuya obra fue despreciada en su tiempo por el mero hecho de ser mujeres, aunque tampoco es que se valore mucho ahora, más allá de la anécdota y del posible beneficio mediático de gente aprovechada.

Tal como me ha parecido, "Los guardianes de almas" es una novela que me ha gustado mucho con esa historia, bien desarrollada, de buenos y malos un tanto descolocados, de empoderamiento también y con unos personajes que aprender, siempre y a pesar de los demás, a ser ellos mismos.

Selin