Los estudiantes de la frontera

Opinión:

Claudia Bellante, periodista freelance, ha pasado varios años recorriendo Latinoamérica, especialmente países como Colombia, Perú, Bolivia y Brasil, documentándose de ese modo para proyectos futuros. Ha escrito sobre las minas de esmeralda, los suburbios carioca, las indígenas aimaras y la cocina tradicional, entre otras.

En la colección titulada "Latido de Alas", Claudia, junto con diferentes ilustradores, ha tomado dichas referencias de estudio y las ha adaptado a un público infantil/juvenil con el firme objetivo de dar a conocer una realidad vigente en otros países invitando, de este modo, a comprender el mundo desde otras perspectivas, derrotar prejuicios y centrar la atención en una parte de la historia olvidada.

El nombre de la colección no es baladí ya que tiene mucho sentido con el contenido que se desarrolla en sus cuatro volúmenes publicados hasta el momento, pues está dedicado a la teoría del "Efecto mariposa" en el que el solo un movimiento de las alas de este insecto puede cambiar el mundo.

La historia, ambientada en la frontera entre Colombia y Venezuela, se centra en la vida de Marcela y Julio dos primos que ansiosos por superarse a sí mismos y salir de la pobreza que asola su ciudad se muestran decididos cada día a enfrentarse a múltiples peligros solo para llegar a la escuela y mejorar su educación y conseguir así sus objetivos.

Desde un primer momento, la autora contextualiza no solo la ambientación y la situación social de la ciudad, sino también el tipo de cultura y sus raíces con el único fin de dar explicación y acercar la tradición a los lectores para que lleguen a comprender mejor la historia.

El estilo en el que está narrado no es el de un cuento al uso, sino más bien Claudia se centra en enfocar la atención en los momentos clave y las situaciones más cercanas, o lo que es lo mismo, le da una perspectiva global poniendo su punto de mira en la vida de estos dos primos detallando así los aspectos que más le interesa destacar.

Una de las características del texto es su ausencia de diálogos y la concisión y exactitud de las palabras empleadas. Este tipo de escritura se vuelve accesible y directa ya que consigue expresar con claridad las emociones de las protagonistas, así como sus vivencias.

A través de esta historia veraz, aunque los nombres han sido modificados para mantener la identidad oculta de los menores, la autora presenta la dificultad de muchos niños que en la actualidad se ven forzados a pasar diversas vicisitudes solo para alcanzar algo que por derecho les corresponde; una educación.

Con este tipo de temáticas el libro invita a reflexionar sobre nosotros mismos y las comodidades de las que tanto nos quejamos y la situación tan precaria que muchos viven y a pesar de ello se sienten afortunados. Además, permite abrir la mente y desarrollar la empatía y la solidaridad con el prójimo.

"Los estudiantes de la frontera" es un libro duro, pero al mismo tiempo esperanzador. Refleja a la perfección las dificultades, los peligros y las consecuencias que llevan las decisiones políticas acerca de la posesión de territorios para miles de personas que se ven privados de sus derechos y estilo de vida, personas, que con miedo, se enfrentan a sus realidades y toman decisiones drásticas como la migración.

Las bucólicas ilustraciones que acompañan al texto, obra original de Elizabeth Builes, reflejan, a través de los tonos cálidos y las acuarelas, la distorsión real de los lectores que lleva implícita la historia. El interés de la artista radica más en los espacios y acciones de los personajes que en ellos mismos, destacándose con sus hermosos y amplios parajes y la escasa expresividad de los humanos.

Sin duda es un libro que no deja indiferente, no solo por la cantidad de emociones y reflexiones que suscita sino por los temas tratados como la tolerancia, la superación o el poder de la imaginación. Un libro muy didáctico, entretenido y repleto de diversidad cultural que da a conocer a los pequeños lectores la realidad de otros niños permitiéndoles abrir sus mentes y ser más críticos y empáticos con aquellos que son diferentes.

Marisa Costa