La revancha de las princesas

Opinión:

"La revancha de las princesas" se compone de seis relatos muy diferentes entre sí tanto en el planteamiento como en el desarrollo. Lo único que tienen en común son las ilustraciones, de Kim Consigny, sencillas y caricaturescas, sin demasiado detalle, pero agradables. En algunos relatos, las protagonistas ni siquiera son princesas, así pues, comentaré cada relato uno a uno.

"La princesa está enfadada", de Anne-Fleur Multon, habla de una princesa de teatro que está harta de interpretar papeles poco interesantes. Por ello, se va paseando por todo el teatro para preguntar por qué a diversos personajes, haciendo gala de habilidades extraordinarias hasta que se topa con los que inventan las historias. Es de los relatos que tienen menos interés, ya que resulta un tanto repetitivo, pero la moraleja de que cada una puede escribir su propio cuento es interesante para los niños.

"Encantadora", de Alice Brière-Haquet, presenta un mundo en el que las princesas están encerradas en un zoo para protegerlas del mundo moderno, en el que son claramente infelices. La protagonista no es princesa, sino una estudiante que pertenece a una organización que quiere liberarlas. Todo el planteamiento es un poco extraño, pero nuevamente el valor del cuento es el mensaje y la velada crítica social, que las jóvenes lectoras asimilarán aunque no lo entiendan por completo en una primera lectura.

"La princesa de los mil y un colores", de Carole Trébor, habla de una princesa que nace fuera de los cánones estéticos del reino y busca su propio camino, haciendo amigos y convirtiéndose en toda una heroína. Es bastante más ameno que los anteriores y el pequeño mundo creado por la autora es bastante sólido, siendo el primer relato de la antología en el que una princesa de verdad toma las riendas.

"La bella y la bestia", de Clémentine Beauvais, habla de una princesa que nació animal y que vive cada vez más incómoda en su piel de perfección. La historia es bonita, aunque la narración y la maquetación son bastante extrañas, así que rechina un poco a la hora de leerlo en silencio.

"La llama de cristal", de Charlotte Bousquet, no está protagonizada por una princesa, sino por una refugiada en un mundo de inspiración árabe. No obstante, es un personaje fuerte, que no se amedrenta y sigue adelante aunque su única arma sea el amor.

"Tapices, muslos rechonchos y un dragón que gruñe", de Sandrine Beau, tiene como protagonista a una princesa activista que se enfrenta a su padre, empeñado en mantener los estereotipos. En este relato se rompen muchos moldes, no solo en la figura de la princesa, sino también en la de los unicornios o los propios caballeros.

En definitiva, son relatos muy diferentes y algunos gustan más que otros, pero todos tienen en común protagonistas empoderadas y romper con los moldes de los cuentos tradicionales, así que está bien como acercamiento a una narración desde el punto de vista femenino.

Déborah F. Muñoz