la pirámide roja

Opinión:

Después de la saga de Percy Jackson y de atreverse con la mitología griega, Rick Riordan se adentra ahora en el apasionante mundo del Antiguo Egipto. Faraones, dioses, jeroglíficos, magia, Brooklyn, el Museo Británico, Washington y su obelisco… todo empaquetado en una novela de aventuras pura y dura, sin más pretensiones, destinada al entretenimiento de los más jóvenes (y algunos que ya no lo somos tanto). Y si hay suerte a alguno le despertará el interés por ese fantástico mundo que fue el Egipto anterior a Cleopatra, cuna de civilizaciones y culturas.
 
En este libro no hay moraleja. No hay deseo de pontificar, ni siquiera de demostrar cuánto sabe Riordan de Egipto, que no es poco. Todo lo que cuenta está siempre al servicio de una historia hecha del material de las leyendas, donde los protagonistas, prototipos del antihéroe (uno escuchimizado y algo sabelotodo y otra rebelde y contestataria), aprenden que son mucho más que dos adolescentes cualesquiera, a veces de forma demasiado literal.

Hay persecuciones, peleas y diálogos burbujeantes, hay enamoramientos y desgracias y risas y un malo malísimo, que luego no lo es tanto, y otro que despierta nuestros peores instintos como lectores. Hay hechizos, partidos de baloncesto y animales fantásticos. Y hay, por encima de todo, muchas ganas de hacer que el lector lo pase lo mejor posible, y eso se nota en cada página. Además, puede presumir de provocar que queramos leer las siguientes partes cuanto antes, y eso, en una saga, es fundamental. Posiblemente no pase a la historia de la Literatura como una obra maestra, pero tampoco lo pretende. Eso sí, sin duda será uno de esos libros que recomiende a todos aquellos que disfrutamos con estas pequeñas regresiones a la infancia.
 
María Martín