La espada de Liuva

Opinión:

La primera vez que leí a Juan Farias ("El último lobo") pensé que era increíble lo mucho que había cambiado la literatura infantil-juvenil desde Juan hasta nuestros días. La segunda vez ("Los caminos de la luna") volví a fijarme en este detalle. Parecía una constante. Con "La espada de Liuva" he confirmado que efectivamente el autor escribía de una forma muy diferente, menos infantil, donde contaba cosas verdaderamente importantes -incluso si se trataba de una aventura como es el caso de Liuva que abandona el feudo para buscarse la vida y la fortuna- incluyendo en sus narraciones algo tan importante como los valores pero al estilo de Voltaire (estoy recordando ahora "Zadig o el destino"). Valores que presenta como una filosofía de vida y no como una enseñanza solapada donde se trata de influir en los niños descaradamente haciendo que el tener valores parezca un deber de instituto.

Quizás por ello este tipo de libros guste especialmente a los jóvenes más sensibles que no están esperando aventuras tontas, porque lo que cuenta Farias es una rebeldía necesaria apoyándose en una de las épocas más difíciles de la vida del ser humano: cuando existían los feudos y la miseria a costa de tener que dar casi todas sus ganancias a los amos a pesar de que el trabajo lo hacía uno mismo. Lo que hace Liuva es vivir una aventura, pero la aventura de su vida. No sube el Himalaya ni se tiras en paracaídas, huye de la esclavitud para decidir dónde poner su casa, para quién trabajar y con quién vivir su vida. A lo largo del camino tendrá curiosos encuentros pero el mejor será siempre el de su compañera, una historia que Farias cuenta sin matrimonio por medio pero con hijo, donde Liuva y la moza crean una familia.

La historia tiene un puntito de fantasía (realismo fantástico), pequeño pero que se percibe. Sin embargo lo veo como simbolismo. Ocurre cuando nombra a la mujer de su vida, que no tiene nombre y que es llamada "moza" durante toda la narración. Buscarle un nombre es una meta, igual que encontrar la libertad de vivir con ella donde les plazca.

Liuva no es el joven perfecto, hay ocasiones en que se muestra un poco infantil y algo apasionado, pero ella nunca le deja y confía en él. No es un superhéroe al uso, es el héroe de su propia vida. El final será feliz, con la llegada de una especie de Rey Arturo que pondrá el punto final con una sonrisa en los labios. 

Anika Lillo