Juegos de antaño para todo el año

Opinión:

Una de las cosas más destacables de este "Juegos de antaño para todo el año" es su estilo vintage de inicio a fin, un diseño muy acertado dado que nos retrotrae a nuestra infancia.

Otro, que la idea o meta de la obra es la de hacer llegar a nuestros pequeños juegos infantiles con los que entretenerles y que puede que les resulten -al menos algunos- hasta exóticos, dado que vivimos en un mundo tecnológico muy avanzado. Ellos han nacido y se han criado en la era tecnológica, y aquí no entran maquinitas de ningún tipo.

Tiene también una introducción que anima a participar a las abuelas y abuelos con sus nietos y nietas porque ellos serán los más expertos en estos juegos, aunque valen igualmente padres y madres de determinada edad, ya que muchos de los juegos los conocemos porque nosotros tampoco nacimos en la era tecnológica y disfrutamos mucho en la calle o con manualidades.

Tiene manualidades divertidas y creativas como los mantelitos con calados o la creación de un molinillo de papel o tests de Rorschach propios, el aprendizaje de los nudos, trucos, juegos con agua, sombras chinescas, lanzamiento, imaginación, utilización de los sentidos, pasatiempos como encuentra las diferencias, adivinanzas con letras, concursos de observación para jugar con más niños y estimular sus habilidades mentales, aprendizaje de dibujo, curiosidades grafológicas, arte esculpiendo en jabón, creación de sus propios muñecos y más cosas entretenidas.

Incluye además un tablero de juegos, que recuerda al juego de la oca, que tiene dos caras, convirtiéndose así en dos tableros distintos.

Es ideal para descubrir a los pequeños un mundo nuevo en el que ni siquiera aparecen los toboganes o los columpios, porque este libro va más allá de nuestra propia infancia, cuando jugar era cosa de imaginar y crear con las cosas que se tenían a mano.

Es más, creo que leyendo -o usando- este libro podemos aportar nuevas ideas que aquí no aparecen, como el sambori, el hula-hop o la goma de saltar, porque serían complementarios: incluiríamos en la infancia de nuestros padres (abuelos de los niños) la nuestra propia, y las transmitiríamos a l@s niñ@s.

Me ha parecido una propuesta útil y encantadora a la vez, melancólica incluso, que puede unir a padres/madres e hijos/hijas gracias a las ideas, a veces muy sencillas, otras con la ayuda necesaria de adultos, para que disfruten momentos en familia o estimulen a sus hijos lejos de móviles, tablets y televisiones.

Muy recomendable.

Anika Lillo