Guardianes de la magia

Opinión:

¿Quién no ha pedido un deseo alguna vez? A una estrella fugaz, a un diente de león o echando una moneda a una fuente o un pozo.

En Thrynne los niños piden sus deseos de una manera muy especial: levantando la vista al cielo y pidiendo a un caballo de nube que se haga realidad. Aunque la magia está en peligro desde hace tiempo, ellos no pierden la ilusión de que se cumpla.

El peligro que corre la magia es la razón por la que tres jóvenes reciben tres regalos especiales: Zam Céfiro, un cucharón; Phoebe Tilo, un violoncelo; y Bathsheba Hierbaverde, una espada vorpal. Ellos no lo saben, pero esos regalos están fabricados con la madera de un árbol muy especial: la del árbol más antiguo y mágico de la Gran Foresta.

"Guardianes de la magia", de Chris Riddell, es una novela muy especial publicada por Edelvives. La edición es una preciosidad en tapa dura, con ilustraciones de los protagonistas y las diferentes criaturas que conviven con ellos, y con un desplegable a todo color de los gigantes más conocidos del Desfiladero.

Conocía el trabajo como ilustrador de Chris Riddell especialmente por sus colaboraciones con Neil Gaiman. Y he de reconocer que me ha sorprendido mucho descubrir su gran talento como narrador porque me ha encantado la historia.

La novela está dividida en cuatro partes: las tres primeras nos cuentan la vida de cada uno de los tres chicos y las consecuencias de haber recibido regalos mágicos en ciudades en las que la magia está prohibida y perseguida. La cuarta nos narra cómo unidos, intentan cambiar las cosas para que las criaturas mágicas y los humanos puedan convivir en paz.

"Guardianes de la Magia" está lleno de referencias a cuentos clásicos como El gato con botas, El flautista de Hamelin o Ricitos de oro, entre otros. Todos ellos forman parte de esta historia tan mágica que defiende valores como cuidar los bosques y los animales que habitan en ellos, luchar contra la injusticia y que independientemente de la raza o especie, todos podamos convivir en paz.

Si deseáis algo con mucha fuerza, mirad al cielo. Quizá un caballo de nube pueda ayudaros a que se haga realidad.

Ana G. Aranda