Anika entre libros

El misterio del profesor Elphistone

Ficha realizada por: Inés Macpherson
El misterio del profesor Elphistone

Título: El misterio del profesor Elphistone
Título Original: (El misterio del profesor Elphistone, 2015)
Autores: Luis Guallar Luján, Aina Albi
Editorial: Tyrannosaurus Books


Copyright:

© 2015, Luis Guallar Luján, por el texto

© 2015, Aina Albi Villuendas, por las ilustraciones

© 2015, Tyrannosaurus Books

Ilustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Abril 2015
ISBN: 9788494363856
Tapa: Blanda
Etiquetas: persecuciones amistad robots aventuras ciencia ficción sci-fi misterio fantasía género fantástico libros ilustrados literatura española novela steampunk Londres 14 años 10 años 11 años 12 años 13 años literatura juvenil
Nº de páginas: 276

Argumento:

A Hiram Wiggins le encantan los autómatas y cualquier tipo de máquina que se pueda reparar. Quizás por eso le encanta trabajar en el taller del señor Fletcher, experto en arreglar las calderas que sirven de motor para los autómatas. Hiram está acostumbrado a visitar a los clientes en sus casas y a hacer reparaciones sencillas. Sin embargo, cuando en la casa de una de las familias más ricas de Londres descubre un misterioso autómata, todo cambia. Y es que en su interior no encuentra un mecanismo roto, sino un extraño estuche que contiene planos y mapas.

Con la ayuda de Nellie, su mejor amiga y amante de los mapas, y la abuela Badelia, una antigua exploradora, tendrán que descifrar el secreto oculto en los planos y qué relación tiene con el misterioso profesor Elphistone. Pero no será fácil, pues unos misteriosos hombres con bombín negro y gafas oscuras los persiguen. Y por si fuera poco, hay un ser siniestro que también los vigila y que se mueve como si fuera un fantasma.

 

Opinión:

 

Un coctel de misterio, aventuras, humor y amistad. Eso es lo que encontramos entre las páginas de "El misterio del profesor Elphistone", de Luis Guallar y Aina Albi. Con una buena dosis de steampunk, la novela nos transporta a un Londres distinto, donde todo el mundo tiene un autómata, donde se puede sobrevolar la ciudad y donde una inmensa caldera que debía servir para un gran barco acaba convertida en el taller de reparaciones de calderas del señor Fletcher, el jefe de Hiram Wiggins, el protagonista. Gracias a los dibujos de Aina Albi y a las descripciones de Luis Guallar, esa ciudad poblada de máquinas y autómatas cobra vida en nuestra cabeza y nos permite visualizar a la perfección las calles, la atmósfera… y la casa del profesor Elphistone, que recuerda en cierta medida al castillo del Inventor de la película Eduardo Manostijeras, de Tim Burton. Sin embargo, mientras que el personaje de Vincent Price parecía dominar el arte de la invención, parece que las creaciones del profesor Elphistone son un poco más caóticas y, a veces, extravagantes, algo que envuelve al personaje en un halo de misterio y excentricidad fascinante.

Escrita de forma sencilla y con buen ritmo, la novela te lleva por las calles (o las nubes, en este caso) de Londres en una aventura divertida y que sabe mantener el interés. Además, el elenco de personajes acompaña muy bien la trama, con diálogos bien trazados y con una pizca de humor rocambolesco que hace que el universo creado por Guallar y Albi funcione como un buen engranaje (o una buena caldera reparada por el señor Fletcher si se prefiere). Cada uno de los personajes secundarios tiene una característica específica que lo hace reconocible al instante: el señor Fletcher es olvidadizo; la abuela Badelia va en silla de ruedas y siente debilidad por los recuerdos de sus viajes y por el Oporto; Nelli, la amiga de Hiram, está fascinada por los mapas y siempre lleva un moño donde acostumbra a dejar cosas que luego se olvida que lleva. Incluso los hombres de negro, con su bombín y sus gafas oscuras tiene unas características tan marcadas que enseguida uno se hace una imagen mental, como también ocurre con el misterioso fantasma de ojos refulgentes que Hiram y Elliot ven.

Si se le quiere buscar las cosquillas al libro, se podría decir que algunos elementos pueden resultar previsibles y algunos, muy pocos, quedan ligeramente en el aire (aunque el grueso de la trama está perfectamente hilvanado), pero es algo que ocurre en muchas otras historias de aventuras, por lo que no le quita mérito a esta entretenida novela. Además, hay algunos guiños en la historia, como el personaje de Ottis Copperpot. Copperpot es vendedor de ascensores y, curiosamente, muchos ascensores son Ottis.

Lo que está claro es que los autores se lo han pasado bien escribiendo este libro y eso se nota y se transmite en las páginas, que uno lee con ganas, disfrutando de los diálogos absurdos entre Nellie y Hiram, de las ocurrencias de la abuela Badelia o de los comentarios repelentes del pequeño Elliot. Una novela entretenida, llena de autómatas, manzanas, persecuciones, mapas y misterios que hará pasar un buen rato a los jóvenes lectores.

Inés Macpherson

 

 

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