Los archivos del terror de J. X. Avern 1. El fantasma virtual

Opinión:

Bruño lanzó en mayo una nueva colección de terror titulada "Los archivos del Terror de J. X. Avern". Una apuesta interesante y atrevida a la vez, puesto que el género de terror sigue siendo una asignatura pendiente en el mundo infantil. Si ya de por sí el género es despreciado porque a muchas personas les provoca una lectura perturbadora e incómoda, qué decir de un mundo (la literatura infantil) que está controlado o moderado en gran parte por el padre o madre adulto, quien normalmente suele ser un protector para el lector infantil. En esta ocasión quieren intentar caracterizar la colección con tintes reales a través de la invención del autor J. X. Avern, quien supuestamente guarda historias verídicas de terror. Detrás de este proyecto está Jaime Valero, periodista y traductor, y Xavier Bonet, ilustrador con más de 30 obras ilustradas a su haber. 

Este es su primer volumen. Kiko, un chico narcisista y bromista que miente sin vergüenza alguna para ser popular y provocar las risas de sus compañeros de colegio, se ve envuelto en un escabroso y maléfico plan de un avatar virtual que pretende suplantar su vida. Para ello, deberá valerse de una chica a la que paradójicamente se burla cada día. 

Es un texto que, pese a presentarse terrorífico, es poco probable que asuste. No hay elementos desgarradores, pudientes o asquerosos que la imaginación pueda hacer que el lector deje de leer o sienta náuseas. Es, más bien, un buen libro de suspense que lo tendrá enganchado hasta el final. Tiene un inicio lento, el cual el autor lo maquilla con capítulos cortos cuyo final siempre arroja intriga y deseos de continuar. Sus dos personajes principales son poco creíbles, si bien el autor los dota de redondez, es decir, de un carácter que evoluciona y que aprende. Kiko cambia y aprende a ser mejor persona, mas a una velocidad tan vertiginosa que cuesta de creer. De todos modos, se trata de una lectura ligera para aprender sobre el uso de las nuevas tecnologías.

El final del libro incluye el primer capítulo del siguiente volumen: titulado "La maldición de los patines".

Cristià Serrano