el día que olvidé cerrar el grifo

Opinión:

Para una persona a la que, como a mí, los peces no resultan atractivos, leer este cuento, ver las imágenes de los peces y seguir sonriendo incluso con una agradable sensación es todo un logro para la ilustradora. Y es que los dibujos deLucía Serrano tienen un no sé qué que los hace especiales, por eso no me extraña que haya sido premiado su álbum. También ella es la escritora de esta historia, y su narración destila inocencia, fantasía y sensibilidad.
 
Los niños sabrán apreciar el cuento no sólo por la historia que les narra si no también por las imágenes, pues de igual forma que el niño sueña (despierto quizá), el lector también puede participar de él. Puede imaginarse habitando bajo el agua, viendo la ropa tendida al revés, los peces como vecinos… incluso fantasear como el niño y convertirse en pez.
 
Y por supuesto está ese final que les devuelve a la realidad donde entra la sensiblidad de la autora y del niño lector, pues se fijará muy mucho en cómo acaba la historia. Y puede que se hagan preguntas y vean a los habitantes del agua de otra forma… Es cosa nuestra, si llega el caso, explicarles cómo está eso de la pirámide alimenticia. Pero que les gustará el cuento, seguro.
 
Anika Lillo