Cómo robé la manzana más grande del mundo

Opinión:

"Cómo robé la manzana más grande del mundo" es la nueva novela juvenil de Fernando Lalana, un auténtico escritor prolífico de la literatura infantil y juvenil. El autor, oriundo de Zaragoza, cuenta con más de 150 obras en su haber. 

La novela inevitablemente trae el coronavirus al recuerdo del lector/a. Corre el año 1967; hay una pandemia. Un virus que provoca muertes entre los habitantes del país y entre cuyos síntomas están la fiebre o la dificultad respiratoria. La protagonista de esta historia, una adolescente bajo el nombre de Ofelia, ha pasado un tiempo en la UCI, recuperándose del virus. Tras recibir el alta, la familia decide que vaya a Congedo, un pueblo ficticio de Aragón, y que se recupere junto a su abuela Maravillas, una mujer transparente, franca y sin apenas filtro. Allí la joven se reencontrará con Ramiro, un chico guapísimo del que se enamorará, y descubrirán que algo extraño está sucediendo y en cuyo epicentro se encuentra un forastero llamado Emilka.  

La trama principal cuesta en presentarse, así que el lector/a corre el riesgo de sentirse poco atraído/a por la historia. O, al menos, corre el riesgo de que ese alejamiento de la trama le haga dejar de leer. Sin embargo, una vez que el misterio verdaderamente se asienta en la trama, la situación se torna más entretenida, especialmente cuando ocurre una desgracia (que aquí no podemos mencionar para no destripar la historia). A partir de entonces, el tiempo se acelera y las prisas imprimen una sensación de cosquilleo, intriga y curiosidad por saber cómo se puede resolver. A eso vale la pena añadir que la narradora (la misma Ofelia) no se anda por las ramas de Úbeda. 

El libro tiene un amago educativo. Intenta enseñar y hacer reflexionar. Aun así, se queda entre Pinto y Valdemoro. Las situaciones sobre la epidemia, sobre el amor o sobre las relaciones familiares se mencionan y se tratan de una forma un tanto solapada, sin acabar de arrojar un mensaje potente e ilustrativo. Esta era quizá una grandísima oportunidad para ahondar sobre la epidemia y sus efectos colaterales, un mensaje que no ha acabado de calar entre los más jóvenes. Si bien se presiente la fuerza del virus sobre el cuerpo humano y sus terribles efectos, la narración carece del dramatismo necesario para dejar una huella. 

Eso sí, la novela consigue trasladar al lector/a a una época que los jóvenes de hoy jamás presenciarán. A través de ciertos aspectos los lectores se percatarán de aspectos pueblerinos a finales de la década de los 60, o de la fuerza del cine, el cual parece que está perdiendo fuerza con las nuevas plataformas. Además, el autor reúne personajes ficticios y personajes reales, a la vez que lugares ficticios y reales. Actores y actrices como Johnny Weismüller o Vanessa Redgrave o ciudades como Zaragoza o Segovia comparten presencia en esta historia. 

Como gran parte positiva, el libro ensalza la literatura y su poder, al menos en el primer tramo, en donde Ofelia, mientras se recupera de la enfermedad, se echa a empaparse de clásicos literarios gracias a la biblioteca de su abuela Maravillas. Lo jóvenes de hoy descubrirán grandes monstruos de la literatura como Tolstoi, Verne o H. G. Wells. 

Bambú Editorial lanza esta novela recomendada a partir de 12 años. Fernando Lalana es un habitual de la editorial en los últimos tiempos, donde han publicado libros como Mande a su hijo a Marte o ¡Buen camino, Jacobo! Nacido en Zaragoza en 1958, ha ganado multitud de premios, entre los que destacan el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1991 por Morirás en Chafarinas  o el  XIV PREMIO CERVANTES CHICO en reconocimiento a su trayectoria literaria.

Cristià Serrano