Chicas de muerte y furia

Opinión:

"Chicas de muerte y furia" es un libro muy en la línea de los anteriores. Estructurado en capítulos de Lei en primera persona y capítulos con el punto de vista de Wren pero en tercera persona, Natasha Ngan va alternando entre los dos personajes, intentando quedarse siempre en el momento en el que el personaje que protagoniza el punto de vista está en una situación más tensa o comprometida.

Las partes de Lei recuerdan bastante al primer libro, aunque en este caso ella está en mejor posición porque el Rey Demonio no se atreve con ella, en vista de lo que ocurrió la última vez. También utiliza al resto de chicas de papel (con las que sigue sin haber escenas que profundicen en su relación) para mantenerla a raya, pero en todas las escenas encontramos a una chica empoderada frente a su violador, que sigue en una situación de poder pero no resulta un antagonista convincente, ya que sus decisiones las motiva el miedo y sus momentos de crueldad no son inteligentes. Lo que hace simplemente no es creíble en la psicología de un violador controlador.

Las partes de Wren, por su parte, se centran en la preparación de las batallas por librar y en su conflicto interno por los actos de guerra terribles que ha llevado a cabo y que, si todo sigue como parece, tendrá que realizar. Por ese motivo, emerge el conflicto con su padre y toma decisiones impulsivas cuando se le asigna una misión pero, a pesar de que no paran de salir cosas mal, la rebelión avanza con aliados inesperados y la inacción de enemigos que deberían clamar venganza.

También volvemos a saber de otros personajes de libros anteriores como Nitta que, aunque tiene las piernas paralizadas sigue siendo una guerrera; Kenzo, que estuvo bien escondido todo el tiempo; o las chicas de papel

El final está plagado de acción, con algunos giros e intervenciones en el momento justo, así como muertes oportunas para facilitar el desenlace, en el que comienza la sanación emocional de todas las chicas gracias al amor y al perdón. Esta parte de recuperación del abuso está tratada con mucho respeto y empatía, así que es una lectura que puede calar en muchas personas a pesar de los agujerillos de la trama.

Déborah F. Muñoz