aprende a hacer dibujos divertidos

Opinión:

Las ilustraciones de este libro son de Paul Könye, sin duda un autor que sabe trabajar con sencillez y sin embargo no dejar de lado el detalle. Eso es bueno en este manual porque es más sencillo dibujar formas no en extremo complicadas que ganan realce con un lápiz más marcado y los detalles que les pone. Así, las sombras, los pliegues y otros detalles conseguirán un acabado mucho más efectivo en un dibujo que, no obstante, tendrá un comienzo fácil.
 
Lo primero que hace es dibujar las formas geométricas que utilizará para cada dibujo, después da indicaciones y muestra en distintos pasos cómo hacer el acabado. También incluye trucos que a mí personalmente me han parecido muy buenos.
 
No se me ocurre mejor regalo ahora mismo para mi hija Natacha que, como yo, se pasa media vida dibujando. A menudo me pregunta cuándo dibujará mejor que yo (tiene 8 años), y tengo la impresión de que a partir de que le regale este ejemplar va a ser ella quien me supere, y con el talento que tiene sospecho que en poco tiempo porque el manual es de comprensión sencilla. El autor no aburre con explicaciones y deja muy claros los pasos que hay que dar.
 
El tomo, con aspecto de carpeta, está encuadernado en espiral (gran acierto pues además es bastante ancha y las páginas se mueven muy bien).
 
Su contenido, con más de ciento noventa páginas, está distribuido en un temario amplio: 8 libros o lecciones varias. Hadas, Personajes de cuentos, Crías de animales, En el mar,  Fantasía, Trajes y moda, En el jardín, y Caballos. Justo las cosas que suele dibujar mi hija y, sospecho, la mayoría de hijos e hijas del planeta.
 
Por la parte del texto, Kate Ashforth se ha ocupado de rellenar con acierto una buena cantidad de comentarios que amenizan las lecciones. Todos los dibujos –más de 80- llevan una introducción y un dato curioso, amén de los pasos y el truco del artista.
 
El volumen comienza con un par de cuadrículas a doble cara e incluye un rotulador para utilizarlas y reutilizarlas.
 
Un regalo de matrícula para los que quieren aprender a dibujar o mejorar sus propios dibujos y que no tienen una edad concreta: me imagino a mi hija y a mi madre –o a mí, que estoy en medio- con el mismo libro. Fantástico.
 
Anika Lillo