A la caza de Houdini

Opinión:

La tercera entrega de la serie de Kerri Maniscalco se sitúa a bordo de un transatlántico en el viaje que se planteaba al final de la segunda entrega, donde se solicitaba al tío de Audrey Rose que fuese lo más rápido posible a Estados Unidos, a lo que accede y se lleva con él a su sobrina y también a Thomas. Ahora bien, ni entonces ni ahora se determina cuál era la razón para tan apresurado viaje, simplemente es algo que queda ahí, sin más.

Siendo una continuación directa de la anterior y con el romance entre Audrey Rose y Thomas en plena ebullición, tal cual se vio entonces, la autora se propuso que eso no podía seguir así, tan almibarado, pues se pasarían toda la travesía entre arrumacos, y pronto empiezan las dificultades entre la pareja.

Tampoco es que la travesía empiece con buenos augurios, puesto que ya la primera noche aparece el primer cadáver, asesinado mientras se celebraba un espectáculo circense que amenizaba la cena de los pasajeros de primera clase.

Con varios días de travesía por delante, no es que la situación mejore, más bien al contrario, ya que empieza un reguero de muertes que amenaza con convertir al transatlántico en un barco fantasma como no llegue pronto a puerto seguro.

En la portada del libro aparecen unas cartas, vistas por el reverso, mostrando una calavera. Durante la trama aparecen varias de esas cartas, como si tuviesen una relación con los asesinatos, pero que sólo conoce el asesino, mientras los demás hacen cábalas de qué puedan significar.

La verdad es que, mientras con las dos entregas anteriores disfruté mucho de la trama, esta vez no ha sido tanto y considero que la autora ha cargado demasiado las tintas con una mascarada continua, que se repite noche tras noche y día tras día, en un frenesí de sangre y violencia, del cual incluso participan esos pasajeros de primera clase como si no fuese con ellos, como si todo formase parte del espectáculo.

Tampoco ha ayudado la actitud, cuanto menos ingenua, de Audrey Rose, que se deja enredar por las buenas en la mascarada, arriesgando demasiadas cosas en un juego oscuro del que no puede salir nada bueno. Vamos, que le hubiesen ido bien un par de collejas, pero como nadie se las da, ni siquiera Thomas o su tío, así le va en esta historia.

Que no es que sea una trama mal desarrollada, pues la lectura resulta atractiva, pero esta entrega, "Ala caza de Houdini" me ha parecido inferior a las anteriores y espero que esa sensación se me pase con la cuarta y última entrega.

Selin