El último verano antes de todo

Opinión:

Javier Linares Moreno, más conocido como Jota Linares, es un director de cine y asistente de dirección. Su primer cortometraje "¿A quién te llevarías a una isla desierta?" recibió diversos premios. Posteriormente, fue transformado en obra de teatro y, por último, en el 2019 en película. También dirigió "Animales sin collar" (2018) y "Las niñas de cristal" (2022). "El último verano antes de todo" es su debut literario, con mezcla de ficción y tintes autobiográficos.

Creo que Jota Linares no se podría haber estrenado de mejor manera. Tiene una prosa muy delicada que ha logrado envolverme en la lectura como si fuera una más de la pandilla de amigos. Los sentimientos de cada uno de ellos, Ismael, Natalia, Raúl o el Zapata, tan distintos, quedan bien reflejados y traspasan el papel. Cada personaje está muy bien construido, y cada uno de ellos refleja un punto diferente de una sociedad no tan lejana. La ambientación, respecto al pueblo de la Laguna y sus gentes, es la guinda del pastel. Al lector no le costará imaginarse la situación, y quizá en muchos casos, sea un regreso a la infancia. Un pueblo en el que todo el mundo se conoce, en el que "los trapos sucios se lavan en casa", en el que cuenta mucho el qué dirán, con el típico matón de clase, y en una época en que está mal visto demasiadas cosas: la homosexualidad, no trabajar en el negocio familiar y querer perseguir sus sueños, entre otras cosas.

Aunque la base de "El último verano antes de todo" es el llamado "verano del muerto" y los secretos tras aquel asesinato, para mí ha tenido más importancia el resto de la historia. Aquel verano marcó un antes y un después en los cuatro amigos, a cada uno por un motivo, pero en el caso de Ismael, el protagonista, por el asesinato de Jero.

Años después, Ismael regresa al pueblo para acompañar a su madre en sus últimos días de vida. Su muerte, junto con el reencuentro con sus antiguos amigos, será el detonante para descubrir los secretos que cada uno de ellos guardó aquel verano y entender por fin qué le ocurrió a Jero.

Jota Linares va alternando el presente, con un Ismael dolido, confundido e incluso derrotado por la vida, con el pasado, con aquel "verano del muerto". De esta manera, la historia va avanzando paralelamente, y el lector podrá ir uniendo los pocos cabos que el autor va dejando libres. Hay momentos en que puede parecer que el autor se desvía de la trama, del asesinato de Jero, pero esas "subtramas" de los personajes tienen su sentido, hasta llegar a un final que para mí ha sido brutal.

Poco a poco, se adentra en la vida de cada integrante de la pandilla, Natalia, Raúl, el Zapata y el propio Ismael. Una infancia para cada uno de ellos complicada, marcada por la ausencia de unos padres, por un amor de juventud, por unos padres que no quieren a sus hijos o por la muerte de Jero. Sueños infantiles que aquel verano se rompieron en pedazos y que separaron a los amigos, a pesar de que los cuatro eran el lugar seguro de cada uno de ellos, pero una infancia en la que los secretos pudieron más que los sueños. El análisis que el autor hace de las relaciones familiares y de la situación personal de cada personaje que condiciona la historia, es extraordinario.

Creo que lo bonito e impactante de "El último verano antes de todo" es leerlo sin saber nada más. Merece la pena descubrir la peculiaridad en la infancia de Natalia, Raúl, el Zapata o Ismael página a página, con la cadencia que el autor ha querido ir dando a cada suceso.

En resumen, "El último verano antes de todo" es de las mejores novelas que he leído este año, muy bien escrita, completa y que logrará remover los sentimientos del lector de diferentes maneras. Totalmente recomendada.

Vane Gómez