Anika entre libros

el museo de los numeros. relatos y estampas

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: el museo de los numeros. relatos y estampas
Título Original: (título original: escrito en griego)
Autor: Dimitris Calokiris
Editorial: Berenice


Copyright: © Dimitri Calokiris – Agra Publications, 2001
© De esta edición, Berenice, 2007 ISBN: No definido
Etiquetas:

Argumento:

Veintiocho narraciones breves de Dimitris Calokiris, uno de los autores más reputados e innovadores de la literatura griega actual. Su amplia producción literaria abarca cuarenta y cinco libros en los que "toca todos los palos": poemas, relatos, novelas, traducciones, ensayos, libros de viajes, etc. Estos cuentos poseen un marcado carácter surrealista y una evidente influencia de Jorge Luis Borges, que el autor no se preocupa de ocultar.

Algunos de los cuentos vienen acompañados de unas curiosas ilustraciones, diseñadas por el propio autor: entre el fotomontaje de fotos antiguas y personajes de anuncios publicitarios de diarios de principio de siglo.

Encuadrar estos relatos dentro de un género concreto resulta una tarea tan inútil como absurda, ya que son absolutamente inclasificables. Por eso, desde mi punto de vista, este libro no está compuesto de veintiocho cuentos sino de veintiocho sueños que el autor generosamente ha querido compartir con sus lectores. Calokiris nos invita a viajar con él a través de un mundo personal y propio más cerca de lo onírico que de lo real, siempre que estemos dispuestos a no perder nuestra capacidad de asombro: "me propongo la creación de un sueño real, tangible".

Por ejemplo, "Violetas, leones en aguas amarillas" comienza con un homenaje descarado a Borges cuando habla de un tal León "dotado de una memoria extraordinaria, capaz de memorizar un texto al momento de oírlo en cualquier lengua" (como Funes, el memorioso, el inolvidable personaje borgiano) y continua hablando de Paulina Bonaparte, del propio Napoleón, de la Isla de Elba… Finalmente, el círculo se cierra: León resulta ser un hijo bastardo de Napoleón. Esa sensación tan extraordinaria de empezar un cuento y no saber a donde me va a llevar me parece alucinante.

De igual modo, su descripción del Barbas Prepensis, un curioso pez cuyo nombre de título al relato, no puede ser más imaginativa y divertida. El intríngulis del tema es que cada pez pesa diferente, así podemos encontrar uno que pese un kilo y otro trescientos.

Los que más me gustan son aquellos que se desarrollan en un mundo onírico, sin reglas (o al menos, con las normas típicas de cualquier sueño): Hotel Políxena (un viajero que llega a un pueblo en donde todos los habitantes son ¡¡¡¡la misma persona!!!), De lo elevado (La torre Eiffel como un universo por el pasean gente en bicicleta o en moto), Milica ensoñación de un quince de agosto (atención a la descripción de esa fiesta de pueblo, los acontecimientos que suceden en un tejado, alguien que aprovecha para hacer una foto a una gallina), ¿Quién? (la descripción de otro sueño)… por lo que tienen de imaginativo y por que estimulan claramente mi capacidad de asombro.

Destaco también la sorprendente capacidad de Calokiris para sintetizar en tres páginas, con frases enlazadas por comas, una narración que contado por otro quizá habría motivado una novela decimonónica: "Ya viene", es un ejemplo claro de lo que digo.

Me resulta admirable también el grado de ambigüedad que puede alcanzar un cuento como "Los invasores", en el que primero parece que estamos siendo invadidos por una curiosos seres, que conviven entre nosotros y nos perciben de un modo muy personal, y sin embargo, ese invasor que narra sus experiencias podría ser también un bebe a punto de nacer.

El relato número 28 Vita Brevis está considerado el micro-relato más corto jamás escrito (mucho más corto que el del dinosaurio de Monterroso). En palabras de Vicente Luis Mora este: relato hiperbreve tiene, además de profundidad filosófica, una notable carga de corrosivo regodeo nihilista (Blog Diario de lectura: Notas de lectura. Miércoles 4 de julio de 2007).

Opinión:

Cuando terminé de leer este libro la primera pregunta que me hice fue por qué este conjunto de relatos asombrosos aparecían reunidos bajo el título de "El museo de los números". Después de pensar un rato, creo que descubrí el motivo principal. Cada uno de estos textos posee la estructura de una suma de sumandos (que pueden llegar a ser infinitos si el autor quisiera). En palabras más literarias: todos los cuentos funcionan por acumulación de frases cortas separadas por puntos. Si en vez de agruparlas en párrafos, el autor las hubiera colocado una debajo de otra (como los números de una suma) el resultado final habría sido el mismo. De todo esto deduzco que lo que importa en estos cuentos no es tanto "de qué van", "el argumento" (con frecuencia, inexistente desde el punto de vista "clásico" del termino) sino el efecto global, la visión de conjunto, el resultado final de la suma (es decir, la sensación última que la lectura del texto me trasmite). Por lo tanto, no se trata tampoco de "entender", de captar el posible "intríngulis" de cada uno de ellos. Son textos para los que nos gusta leer por puro placer estético y que exigen una predisposición a "dejarse llevar".

Es alucinante el modo en cómo el autor enlaza unas frases con otras y cómo cada una de ellas resultan ser un relato en si mismas. De hecho, a veces da la impresión de que en cada cuento hay conectados multitud de historias, encerradas en un frase de cinco o seis palabras tan sólo, o una reflexión filosófica, o un chiste privado, agrupadas a veces en un único párrafo.

Visto así parecería que "El museo de los números" es un libro difícil, aburrido, que requiere un esfuerzo suplementario por parte del lector para gozarlo… y nada de eso. Si algo caracteriza a Calokiris es la claridad con la que escribe. Quizá no sea un libro para leer deprisa, de una sentada. Y sea más que aconsejable pararse un poco en cada frase para degustarla adecuadamente, pero los cuentos son básicamente MUY DIVERTIDOS Y MUY ENTRETENIDOS. 

"No sé cómo termina esta frase; ni siquiera puedo decir cómo empieza", así comienza uno de los relatos incluídos en este libro. De todo lo anteriormente expuesto y también de la lectura de esta sentencia se podría deducir que los cuentos de Calokiris nacen de la improvisación, que se los inventa "por la cara". Pero ésta es la sensación que nos quiere trasmitir precisamente: la de que la narración surge sin orden ni concierto. Pero no es así. En realidad, cuando uno termina cada uno de los relatos, entiende que ese aparente sin-sentido tiene su "sentido". 

Calokiris desea romper moldes, mezclar géneros y estilos, escribir relatos de difícil o imposible clasificación: "falsear" la Historia, reinventarla, mezclar realidad con ficción, jugar con el lenguaje, romper mitos (griegos y de los otros), reírse de esa pesada lacra que puede ser para un escritor griego vanguardista la Tradición Cultural y Artística Griega… es decir, que pensemos que ha escrito sus textos de un modo improvisado. Pero es imposible que semejante estructura haya surgido de la precipitación o de forma gratuita, sino tras un trabajo bastante concienzudo y muy bien pensado.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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