El lunes empieza el sábado

Opinión:

El libro comienza con una magnífica presentación por parte de Adam Roberts.

Éste es uno de los escritos más divertidos de los hermanos Strugastki. Una vez más, usan la fantasía para inocular su mordaz crítica, esta vez contra las instituciones académicas y, aunque usan un humor disparatado, aun así leemos una narrativa en cuya locura hay cierta lógica. Estamos ante una distopía soviética de los años sesenta, una ficción del anhelo de los autores de que alguien progresista e ingenioso se dedicara tanto a la ciencia como a los misterios del universo.

Los exagerados temas burlescos tienen también un papel preponderante en la historia; se mofan de acomodaticios e incompetentes científicos. Destacar que esa mezcla de ficción y realidad, sarcasmo y decepción, es inaudita e incluso apabullante, porque este libro examina sin pudor la relación entre la Unión Soviética y los científicos rusos con una gran concisión.

La historia consta de tres partes en las que seguiremos la vida de un joven científico llamado Alexander Priválov que, por avatares del destino, terminará trabajando en un instituto que aglomera el mundo de la ciencia y la tecnología con la magia y el folclore ruso.

La primera parte: "Vanidades en torno a un sofá", funciona estructuralmente como una introducción. Conoceremos a nuestro protagonista principal A. Priválov, un programador de Leningrado que, durante sus vacaciones cerca de la ciudad norteña de Solovets, sube en su coche a dos empleados de un instituto que estaban haciendo autoestop. Lo convencen de hospedarse en una cabaña con patas de gallina de la bruja Baba Yagá, que es utilizada como museo, un lugar que al igual que el resto de la ciudad ocurren hechos inexplicables. Allí sabrá de un gran gato que en vez de maullar habla, de un espejo mágico, de un pez que habita en un pozo y concede deseos, y también sufrirá de sueños extraños que parecen reales. Nuestro protagonista, maravillado por estos prodigios, comienza a investigar, pero todo dará un giro inesperado cuando desaparezca el sofá en el que dormía, porque ese sofá es muy especial.

En la segunda parte titulada "Vanidad de vanidades", nos encontramos ante una narración irónica y un tanto controversial. Tiene lugar unos seis meses después de la primera. Estamos en la víspera de Año Nuevo y Alexander se encuentra ya trabajando de director en el laboratorio de computación en NICASO. Nuestro protagonista se llevará todas las llaves, para darse una vuelta por los diferentes departamentos. Sabréis de unos magos, de otros que se dedican al pirateo... se adentrara en el sótano, guardado por un vampiro centenario, donde habitan peligrosas criaturas mágicas y mitológicas. Se paseará por otras secciones como la de Felicidad lineal, Conocimiento absoluto, Sentido de la vida, Magia de defensa, Profecías, Eterna juventud… y al llegar al laboratorio de Vitka Korneev descubrirá que en realidad no es Vitka quien se encuentra trabajando... Cuando salga, ante su asombro, verá que el instituto está lleno de empleados, nadie celebra el día festivo y todos han regresado al trabajo. Para colmo, el ambiente laboral y festivo en general se ve perturbado por el próximo "éxito científico" del profesor Vibegallo. ¿Queréis saber más? Seguid, seguid leyendo.

La tercera parte lleva por título "Todo es vanidad". Aquí se intenta analizar la esencia de la innovación científica y el rol que juegan en ella el ingenio y la facultad para pensar de otra forma. Los hechos se desarrollan en NICASO durante varios días laborables. Priválov no tiene mucho que hacer, así que se dedica a participar en otros eventos. Entonces será testigo de la extraña muerte de un loro parlante. ¿O tal vez no está tan muerto?

Terminará esta aventura narrativa con un final que no está cerrado. Después nos quedará por leer un epílogo redactado por el propio Priválov comentando de forma satírica los "fallos" cometidos por los propios autores. Le seguirá un prefacio del propio Boris Strugatski y se cerrará el libro con unas notas sobre los hermanos Strugatski.

Vais a adentraros en una de las cumbres de la sátira socio-política de la Rusia Soviética, que explora los conceptos de demagogia y burocracia, y cómo estos permiten la construcción de mega tinglados represivos.

Tremenda historia de fantasía muy divertida, tocando temas inherentes al control, sobre cómo controlar a las masas, al individuo a través de diversos mecanismos… como por ejemplo, la ciencia.

No tengo bastante puntuación, es una obra de arte, una maravilla de maravillas.

Violeta Lila