El imperio del dolor

Opinión:

Keefe escribió una obra formidable sobre el IRA y el conflicto de Irlanda del Norte, "No digas nada", y ahora ha vuelto a conseguirlo con "El Imperio del Dolor". Porque de eso se trata, un colosal imperio erigido sobre los calmantes, sedantes, tranquilizantes, con una fabricación y venta masiva de medicamentos que han hecho de la saga familiar Sackler una de las familias más ricas del mundo, que en los últimos tiempos ha visto enturbiada su esforzada imagen pública, como una justa réplica a sus ampulosos gestos como mecenas de la cultura, como la sala con su nombre en una de las alas del Metropolitan de Nueva York.

Un gasto brutal de dinero en la construcción de un apellido ilustre, que sin embargo se ha nutrido de un inmoral mercadeo de medicamentos dominado por un ansia mercantil irrefrenable, a pesar de sus terribles efectos secundarios en cientos de millones de personas de sucesivas generaciones. Con una ambición ilimitada, basada en una extraordinaria visión y habilidad para el marketing en el mercado de la salud, construyeron un imperio desde la nada, ignorando los conflictos de interés, la transparencia de sus negocios, ocultando o camuflando los problemas de sus propios medicamentos, abusando de la ingeniería jurídica y fiscal, comprando voluntades, y casi siempre gestionando los negocios en el margen del sistema, gracias a una excesivamente generosa flexibilidad a la hora de interpretar la ley.

Keefe ofrece un retrato brutal de esa familia que encarna la avaricia y el poder en su versión más extrema, simplemente describiendo los hechos como han ocurrido, sin un especial esfuerzo en valorarlos porque hablan por sí solos. Como se ha escrito en la revista Wired con motivo de otro escándalo en el negocio de la salud, el juicio contra Elizabeth Holmes de Theranos, el sistema está diseñado para proteger más a los inversores que a los usuarios, como bien conoce la familia Sackler que, salvo algún mal rato en términos de imagen pública, no han pagado un verdadero precio por los daños y perjuicios que han provocado durante décadas.

El problema no estaba en los medicamentos, que, como el Valium, han solucionado muchos problemas a millones de personas, sino que residía en la forma de promocionarlos, comercializarlos y venderlos, ocultando o incluso mintiendo sobre sus riesgos y efectos secundarios, la mayoría de ocasiones en forma de adicciones. Hasta el punto de haber provocado una auténtica pandemia, principalmente en los Estados Unidos, con millones de personas enganchadas a sus productos.

Precisamente el penosamente famoso OxyContin, ha acabado destrozando la imagen pública del apellido Sackler, a pesar de su formidable gasto en mecenazgo.

Un brillante retrato biográfico que revela una de las dimensiones más oscuras y desconocidas de la sociedad de los últimos casi cien años, gracias a un trabajo meticuloso, exhaustivo, riguroso, que culmina con una narración que permite al lector hacerse una idea absolutamente cabal de esta inquietante historia.

Una genialidad para hacer negocios que, al desparramarse sobre la vida de millones de personas sin control provoca excesos que dañan a millones de personas de carne y hueso. Es el problema de entender la salud de las personas como un negocio en manos de avariciosos sin escrúpulos, que Keefe explica en esta obra con una inteligencia y habilidad narrativa que ya había demostrado con creces en su obra anterior. 

Como tituló el propio autor en un impresionante artículo que publicó en el New Yorker, esta es "la familia que construyó un imperio de dolor", su historia y su impacto en millones de personas en todo el planeta.

Jorge Riet