El hombre que se creía Vicente Rojo
Título: El hombre que se creía Vicente Rojo
Título Original: (El hombre que se creía Vicente Rojo, 2017)
Autor: Sònia Hernández
Editorial:
Acantilado
Colección: Narrativa del Acantilado
Copyright:
© 2017, Sònia Hernández Hernández
© Ilustración de la cubierta, Vicente Rojo
© 2017, Quaderns Crema, S.A.
Edición: 1ª Edición: Abril 2017ISBN: 9788416748396
Tapa: Blanda, bolsillo
Etiquetas: adolescencia amor drama novela dramática filosofía literatura española novela novela corta novela dramática realismo mágico relaciones sociales cáncer pintores ideologías siglo XXI divorcio suplantación de identidad mentiras periodistas rebeldía falsa identidad prosopagnosia
Nº de páginas: 137
Argumento:
Berta es una alumna en plena adolescencia que está pasando por muchos cambios. Un día ella está a punto de caerse desmayada, y un hombre la salva de la caída y la acompaña hasta casa. Este hombre resulta ser un pintor, reconocido además: Vicente Rojo. Él quiere regalarle un cuadro, pero ella se niega en rotundo, algo con lo que su madre no está nada de acuerdo. Ésta irá a visitarlo, sólo para descubrir a alguien sumamente interesante a quien querrá entrevistar. Con el paso del tiempo sus visitas serán frecuentes. Sin embargo, todo el mundo le alertará de que ese hombre no resulta decir quién dice que es.
Opinión:
Después de sorprender con la novela "Los Pissimboni", Sònia Hernández vuelve a sorprender con una nueva obra, lo que prácticamente viene a demostrar que el lector se encuentra ante una narradora especial, diferente, con personalidad. Su estilo narrativo - un juego de miradas, pensamientos, "espejos cruzados" -, unido a su habilidad por presentar historias de realismo mágico que se desmarcan del mundo que vivimos para trasladarlo a un mundo aparte donde nada es lo que parece y donde las personas aparecen difuminadas; su estilo narrativo avanza entre metáforas, reflexiones y poesía. Si bien en "Los Pissimboni", ese realismo mágico era muy marcado, en esta ocasión se inscribe más en la realidad, pero sin acabar de identificarse con las novelas contemporáneas.
De nuevo presenta pocos personajes y de nuevo ellos revelan una actitud diferente a la de los demás. La protagonista es una madre que sufre por su divorcio y por la actitud extraña de su hija Berta, quien ha adoptado el juego de prosopagnosia, que consiste en la capacidad por desdibujar los rostros a través de la observación profunda y la retención de la respiración. Se trata de un inicio que sin duda marca la línea del libro, esa en torno a lo que es real y lo que es irreal, a los engaños y las máscaras. Tras un incidente con su hija Berta en el colegio, conoce un hombre llamado Vicente Rojo, de quien con el tiempo la protagonista dudará sobre la identidad real. Del supuesto pintor mexicano.
La escritora produce una escritura superba y alta. A veces quizá demasiado alta, hasta el punto de que a los mejor se olvida del lector medio que necesita acción, lectura fácil y ligera, morbo o intriga. El suspense no termina de animar al lector a continuar. Mucha cháchara, mucho pensamiento y muy poco movimiento y diálogo. Se asemeja más a un libro canónico del siglo diecinueve que a alguno actual.
Para finalizar, a los personajes les falta cierta dramatización. Probablemente debido a este carácter de realismo mágico, los personajes no terminan de convencer en sus sentimientos, sensaciones y pensamientos. Por lo demás, una auténtica delicia.
Cristià Serrano
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Comentario de los lectores:
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