El hereje

Opinión:

"El hereje" es la última novela publicada por el maestro de narradores Miguel Delibes, por la que obtuvo además en el 1988 de primera edición del texto el Premio Nacional de narrativa. Ser publicado en la colección Letras Hispánicas, como lo hace ahora, es de alguna forma entrar en un escogido Olimpo de la edición española, lo más parecido que existe en nuestro país a la Biblioteca de la Pléiade francesa. La aparición de esta novela fue una auténtica sorpresa, una demostración de músculo creativo en un autor de setenta años en el momento de su publicación. Broche de oro a una trayectoria novelística ya de por sí sobresaliente. La reedición es oportuna, pues quizá la hemos olvidado demasiado pronto.

La construcción como novela histórica es modélica, como no podía ser de otra forma tratándose de una pluma como la de Delibes. En ella que yo siempre he querido ver (aunque quizá sea el único que lo ha percibido así) unas resonancias técnicas - que no temáticas- de la inagotable novela clásica del género histórico "Los novios" de Alessandro Manzoni. "El hereje" revive un siglo XVI en el que comienzan a penetrar en España ideas que agitaban Europa: nuevas formas de entender e interpretar el mensaje cristiano que serán pronto perseguidas. El hereje es una novela que cuenta la historia y circunstancias de Cipriano Salcedo, habitante de Valladolid que se gana la vida en el comercio de pieles, pero sobre todo un canto a la libertad de pensamiento y creencia. Este protagonista entablará una relación con Carlos de Seso y Agustín de Cazalla, personajes históricos que son considerados responsables de prender la llama del protestantismo en la ciudad. Algo de esa lucha por la libertad de pensamiento estaba en muchas obras anteriores de Delibes, notablemente esa "Cinco horas con Mario" que continúa cautivando a todo tipo de público en la adaptación teatral que circula por nuestro país.

Como herejes serán tratados por el poder dominante, y a lo largo de la novela asistimos a interesantes digresiones éticas, religiosas y morales, en un planteamiento en el que percibo resonancias del barojiano "El árbol de la ciencia", sobre todo en la mezcla de ética y suceso novelístico. En el momento de la recepción del texto, allá por 1988, no pocos críticos señalaron ciertos anacronismos en la expresión. Resultan innegables, hacen daño al resultado y siguen sorprendiendo en un autor tan curtido como Delibes en aquella fecha. Pero debemos quedarnos con el otro lado de la balanza, la prosa diáfana de Miguel Delibes y su oficio de narrador viejo. El resultado es un volumen erudito aunque no siempre ameno, y los deslices anacrónicos pueden perdonarse. Más grave resulta que la narración pueda estancarse en ocasiones, y que el lector deba tener paciencia para encontrar un nuevo movimiento en el planteamiento de la peripecia novelística.

A cargo del estudio inicial y la edición se encuentra Mario Crespo López, profesor de la Universidad de Cantabria. De él conocíamos hasta la fecha -al menos quien esto escribe- estudios sobre Cantabria y figuras emblemáticas como Menéndez Pelayo. No resulta fácil encontrar experiencia textual previa del prologuista sobre Delibes, siendo una de las primeras conexiones que establece con el autor un artículo titulado "Miguel Delibes, lector de Menéndez Pelayo. La escritura de El hereje". Lo que el profesor Crespo ofrece en la edición de Cátedra son páginas correctas que recorren el proceso de escritura, los personajes, la estructura, lenguaje y estilo, la recepción de la obra. Notas de interés al archivo de Miguel Delibes y las versiones de la obra que se conocen. Una buena selección bibliográfica para poder seguir ahondando en el autor.

Si no conocen el texto, den la oportunidad a esta buena novela histórica, que quizá puede usarse como antídoto a tanta novela de aluvión en el género que no aporta nada. Si ya la leyeron en su momento, solamente resta recordarles que obtener la edición de Cátedra es mucho más que tener el texto de Delibes.

Rafael Ruiz Pleguezuelos