el escritor gonzo. cartas de aprendizaje y madurez

Opinión:

Hunter S. Thompson  fue un personaje controvertido que participó activamente en la vida política de EEUU durante toda su vida profesional. Se ganó adeptos y detractores, no dejando a nadie indiferente. Sus crónicas llegaron a convertirse en libros tan influyentes como Miedo y asco en las Vegas o Los Ángeles del infierno. Su capacidad para retratar la muerte del sueño americano o unirse a la banda de moteros más heavy de la que se haya tenido noticia son tan sólo algunos de los temas que interesaron a este escritor incansable, en su afán por sacarle los colores a la realidad.

No es de extrañar que las cartas que conforman este libro ya fueran pensadas para traspasar el tiempo y formar algo grande. Un retrato de la personalidad arrolladora de Thompson enfrentándose a los diarios más relevantes de su país; National Observer, Rolling Stones, New York Times, Nation o Esquire, para los que trabajó durante gran parte de su carrera como free lance, redactor jefe o corresponsal en Sudamérica y Vietnam. También se carteó con escritores como Tom Wolfe, Allen Ginsberg, William J. Kennedy, Jack Kerouac, o el mismísimo presidente de los EEUU. Dedicó toda su vida a la escritura. Pero a diferencia de otros escritores, más retraídos, más solitarios, el carácter arrollador de Thompson lo impulsó a rebatir, enfrentarse y argumentar cualquier tema que, estuviera o no de acuerdo, le interesara. Así, sus cartas se expandieron por todo lo ancho y largo del país, provocando en la mayoría de sus receptores polémica, pero también gratitud, sin cesar en esta forma de comunicación directa, sincera y apasionante que nos deja la buena correspondencia.

Además de reescribir la historia de América por aquellos años, desde la actualidad más representativa, a través de crónicas, artículos, reflexiones, cartas y libros, su proceso creativo no hizo sino incrementarse, buscar incansable y riguroso, las formas y los contenidos para contar todo aquello que le provocaba, ante el golpe permanente con la realidad. Por todo ello, el trabajo de este periodista consiguió abrir un nuevo camino dentro del periodismo, el llamado periodismo gonzo. Una escritura que rompe fronteras entre ficción y no ficción, que amplía horizontes y propone al escritor como parte activa en la historia que ha investigado, en la que se ha sumergido y que ha decidido contar.

Una subjetividad no exenta de críticas, pero que ha perdurado a lo largo de los años y que, hoy por hoy, está cada vez más en las voces de los nuevos narradores y periodistas más interesantes y cercanos de nuestros días. 
 
María Cabrera