el club de la lucha

Opinión:

"Maldad. Caos. Jabón.". La ópera prima de Chuck Palahniuk se ha convertido en un tiempo récord en una obra de culto para muchos lectores (en parte gracias a su adaptación cinematográfica). Los pensamientos, las sensaciones y los sentimientos humanos no son lineales y la prosa de Palahniuk tampoco. El narrador sufre una crisis de personalidad que nos llega de forma directa cuando se expresa. Esta novela se erige en paradigma del retrato de toda una generación o quizás de una franja de edad (30/40 años) en la que los hombres tratan de representar la perfección a través de lo material, de forma que se encuentran vacíos de experiencias y sensaciones. Ante la crisis existencial que sufre el narrador, éste, se defiende con un arma de doble filo: "la ironía". La actitud permanentemente irónica ante la vida hace que ésta sea interpretada de forma simbólica, externa, ajena. La observación y el análisis de la realidad no encuentran continuidad debido a la ausencia de la reacción. Y es Tyler Durden, el "alter ego" del narrador, quién pone freno a tanto sarcasmo gratuito. Tyler dice "hazte a la idea de que vas a morir" y también dice "¿qué te gustaría hacer antes de morir?". Los personajes de Palahniuk son hombres y, en menor número, mujeres en situaciones límite que sufren crisis vitales que les hacen romper con las normas establecidas llegando a perder el control. En momentos así, los personajes de Palahniuk dicen cosas como "sólo cuando pierdes la esperanza eres libre para actuar" o "lo máximo que se puede esperar de la perfección es un instante" o "las personas a las que quieres acaban por rechazarte o morirse", es decir, encuentran instantes de lucidez, una lucidez nihilista, transgresora y, a la vez, altamente significativa. La caótica y genial obra de Chuck Palahniuk rompe con los esquemas tradicionales en cuanto al contenido y en cuanto a la forma. La "políticamente incorrecta" novela de este norteamericano está inundada de "pequeñas lecciones" sobre algunos aspectos de la vida que nos muestran cómo detrás de lo cotidiano, de lo aparente, se esconden acciones y hechos siniestros, a la vez irónicos e implacables. En palabras de Bret Easton Ellis es una "orgiástica obra maestra pop".