El canto de las gaviotas

Opinión:

A estas alturas, ya sé que si agarro un libro de Osvaldo Reyes me encontraré, como mínimo, una historia entretenida y diferente, con giros inesperados y bastantes sorpresas. Eso es más o menos lo que he encontrado en esta novela, si bien otros libros del autor me han gustado más.

En esta ocasión, tenemos una víctima que ha logrado escapar casi de milagro de su agresor, que no se va a quedar de brazos cruzados esperando que le pillen, lo que pondrá en riesgo tanto a la chica como a los que la han ayudado. Además de ese peligro, conforme la trama va avanzando, vamos descubriendo que quizás no se trate de un simple violador y que probablemente se trate de un asesino en serie, aunque aquí también habrá alguna sorpresa.

La pareja de policías encargada de la investigación es curiosa: uno de ellos está en un momento de cambios y el otro tiene el empeño de buscar palabras rebuscadas para soltarlas en el momento oportuno y hacer que su compañero las busque en el diccionario. Forman un equipo bastante sólido y compenetrado, aunque con algunas cosas inesperadas. También hay todo un casting de personajes secundarios que dan mucho juego, tanto para la parte investigadora como para la parte de sospechosos, con muchas conexiones inesperadas.

La gracia está en la estructura y en cómo el autor juega para romper las reglas sin por eso hacer que las cosas no tengan sentido. Hay muchos flashbacks y escenas en cursiva que te amplían información dándote el punto de vista de algunos personajes clave, pero que también contribuyen al despiste en algunos casos. También, cuando crees que está todo resuelto, te encuentras un nuevo giro que te hace darte cuenta de que no, que en realidad quedaban cabos sueltos y que las cosas no son como imaginamos.

El último giro final le da una nueva perspectiva a todo el caso, pero a la vez resulta un tanto enrevesado y hay demasiadas explicaciones muy condensadas. Me quedé con una sensación muy similar a la que me producen algunos libros de Agatha Christie, del tipo "no hay cabos sueltos pero es casi demasiado y roza lo inverosímil". Eso sí, lo roza, pero no lo sobrepasa, así que me pareció una buena lectura.

Déborah F. Muñoz