Anika entre libros

El camino a Rainy Mountain

Ficha realizada por: Anika Lillo
El camino a Rainy Mountain

Título: El camino a Rainy Mountain
Título Original: (The Way to Rainy Mountain, 1969)
Autor: N. Scott Momaday
Editorial: Nórdica Libros
Colección: Otras latitudes


Copyright:

© Texto e ilustraciones de 1969, University of New Mexico Press

© Texto 1998, N. Scott Momaday

© Prefacio a la edición del 50 aniversario: N. Scott Momaday, 2019

© Fotografía de cubierta: Frank A. Rinehart, Adolph F. Muhr, In Winter, Kiowa, 1898, Smithsonian American Art Museum

© Edición: Nórdica Libros, S.L.

Traducción: Bruno Mattiusi
Ilustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Marzo 2022
ISBN: 9788418930454
Tapa: Blanda
Etiquetas: ensayo mezcla de géneros biografía autobiográfica testimonios nativos americanos indios americanos indios kiowas indios crows caballos búfalos Grandes Llanuras cazadores Oklahoma reservas indias culturas antiguas otras culturas folklore leyendas indias mitos libros ilustrados literatura estadounidense
Nº de páginas: 120

Argumento:

La mejor forma de contextualizar y describir esta obra la puso la editorial en el fajín, firmada por Atlantic Monthly: "Momaday vuelve a contar los mitos kiowas que aprendió de su abuela, especula sobre la historia real que pueden simbolizar y describe, con nostalgia contagiosa, la vida india que conoció de niño".

 

Opinión:

 

Ya que os puede pasar desapercibido por no ser un libro de lectura común, me gustaría empezar por deciros que se publicó en 1969 y que su autor fue premio Pulitzer de Ficción en 1969 por su obra "House Made of Dawn", además de ser reconocido con la Medalla Nacional de las Artes en 2007 y tener el título de Artista por la Paz en 2001 concedido por la Unesco.

Además, es muy importante entender que no es un autor escribiendo sobre una cultura ajena: Su madre, Natachee Scott Momaday (escritora) y su padre Al Momaday (pintor) ambos kiowas, criaron a Navarre (así se llama el autor) en la Reserva Kiowa de Lawton, Oklahoma. Este libro, "El camino a Rainy Mountain", se lo dedicó a sus padres, pero por aquí también hay muchos recuerdos de su abuela.

El libro está diseñado para tener tres partes pero no separadas en capítulos ni en partes como tal. Generalmente empiezas leyendo un texto con la letra más gris que es Historia kiowa y siempre son, como mucho, dos párrafos. Con eso te introduce en la historia de los indios norteamericanos de los que él es originario. Justo debajo de ese texto, y en cursiva, viene algún recuerdo suyo, algo relacionado normalmente, y aquí retrocede en el tiempo y evoca algo propio: sus andanzas, cómo vivió algo concreto, cómo se sintió en la reserva, cómo eran los indios kiowas ya adultos que él conoció (de los pocos que van quedando), y, sobre todo, evoca mucho a su abuela porque de su boca conoció muchos mitos y leyendas kiowas.

En la siguiente página viene otro texto -siempre, insisto- cortos, a veces no llega a la página, y este está dedicado a las leyendas concretadas, a la las historias que le narraron o conoció, todo muy mitológico, muy fantástico, como cualquier creencia ancestral.

Durante el libro conocemos la cultura kiowa, su forma de vivir, sus dioses o ritos. La danza del sol, por ejemplo, tuvo una última fecha y no se volvió a hacer más. Nos cuenta que los kiowas no eran agricultores sino cazadores, y que no iban a caballo, que esto entró en su folklore a partir de cruzarse con los crows en su deambular, de ellos tomaron además de los caballos, parte de la cultura y la religión de las Grandes Llanuras, llevando desde entonces consigo el ídolo sagrado de estos, el Tai-me, con el que se hacía la danza del Sol.

Es muy curioso porque su abuela (de nombre Aho) acabó convirtiéndose al cristianismo, sin embargo se crió como kiowa y siempre trasladó oralmente su cultura y sus leyendas a sus hijos y nietos. Les narraba incluso cosas que ella no había vivido porque ya se las había transmitido su propia tribu, y con ella (y también con Navarre) se nos hacen particularmente cercanos -con lo lejos que nos queda- Oklahoma, Wichita, los comanches, las llanuras, los búfalos, los ídolos sagrados, las Grandes Llanuras, Yellowstone, las montañas rocosas, la naturaleza… En las Colinas Negras, en la Torre del Diablo, hace siglos los propios kiowas crearon una leyenda al pie de la roca dándole sentido a la existencia de las estrellas de la Osa Mayor. La última danza del Sol de los kiowas tuvo lugar en 1887, al norte del arroyo Rainy Mountain, y por aquel entonces la anciana tenía solo 10 años.

El libro además tiene algunas ilustraciones en blanco y negro, viene precedido por un prefacio a la edición de 1994 y otro a la edición del 50 aniversario. Aparte está el epílogo. Conforme iba terminando el libro, busqué en google alguno de los nombres que ponía en el libro y me encontré con uno de los personajes, un nativo kiowa, e incluso su abuelo, Gaapiatan. Si os apetecen poned en google indios kiowa y sabréis cómo eran, pero si queréis de verdad saborear la esencia de esta tribu norteamericana, leed "El camino a Rainy Mountain"

Solo le pongo una pega, y no es al libro, sino a mi cabeza: en estos tiempos en que se olvidan tantas cosas, lamentaré olvidar gran parte de lo que he leído. Interesante, exótico, nostálgico, esencial y, para mí, una gran amante de los indios norteamericanos desde que era una niña pequeña, una pequeña joya ya en mi librería.

 

Anika Lillo

 

 

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