El lobo y el cachorro

Opinión:

"El lobo y el cachorro" es la primera entrega de un manhua que forma parte de la serie "El lobo que se topó con una cosa" (The Wolf Who Picked Up), cuyo autor es Ma Wei y ha sido publicada en España por Planeta Cómic. En la web editorial no se indica que haya continuación, aunque la serie tiene tres volúmenes, al menos por ahora.

El volumen ha sido editado en formato de 15 x 21 cm, con el que se han incluido cuatro postales, que reproducen escenas relacionadas con las historias que componen el tomo, a razón de un par de cada una, coincidentes con las portadas de las partes uno y tres de cada historia (al menos en el ejemplar que he leído, que podría ser diferente en otros ejemplares).

Las viñetas son en color y se distribuyen en cada página en dos columnas, quedando así en un tamaño algo reducido, lo que no perjudica la lectura, pues tienden a ser primeros planos de los personajes y el texto, el justo y suficiente, tiene el tamaño adecuado.

Un planteamiento que surgirá tras la lectura es sobre si el orden de las historias afectaría a la impresión final. Mi opinión es que sí, que en orden inverso, el resultado sería muy diferente; incluso que se podría llegar a connotaciones negativas. Así, tal como están colocadas, la historia que abre el volumen y que está protagonizada por el lobo alfa y ese cachorro, que casi parece un peluche, es emocionante y enternecedora, de manera que, al llegar a la segunda, el ánimo está proclive a contemplarla en un sentido similar.

En la estructura del volumen, cada historia forma lo que se ha denominado como "Temporada", dando la idea de continuidad, por más que el escenario sea totalmente diferente. A su vez, cada una está dividida en cuatro partes, que se centran en diversas etapas del crecimiento de los "cachorros", llegando a los capítulos, media docena o más, con escenas concretas de la relación establecida.

El tratamiento de las historias muestra como en ambos casos el individuo alfa, ya sea lobuno o humano, cae subyugado por la tierna criatura que se encuentra, despertándosele un fortísimo instinto paternal, por el que será capaz de todo, desde enfrentarse a quienes discutan su superioridad o sus acciones, a consentir lo que haga el pequeño, sin que le importe hacer el ridículo, bueno, que no es tal, sino la simple interacción con el que ahora siente cómo su vástago.

Tal como me ha parecido, "El lobo y el cachorro" presenta dos enternecedoras historias, que se siguen con mucho agrado, además de unas cuantas sonrisas por las situaciones en que se ven metidos, y que dejan con ganas de más, a la espera de esa posible y deseada continuación.

Selin