Joroba

Opinión:

Este es uno de esos libros cuya sugerentemente rosa portada y extrema delgadez llama la atención. Uno de esos que, al ojear las primeras páginas y leer palabras sueltas como «mamada», «fluido preseminal» y «tetas de talla 90» piensas: este libro tiene que estar bien si empieza así. Pero no. No es así. Solo empieza así. Y ojo, no digo que esté mal, pero no van los tiros por donde parecían apuntar al principio, ni es la hostia bendita que prometía su inicio.

Repuesto de esa primera falsa impresión, y consciente de que no se puede estar toda la vida leyendo los mitos griegos ni novela negra ni de terror (y encontrar esto último ya es un milagro), a veces, muchas veces en realidad, me gusta variar y dejarme sorprender por lecturas actuales, por escritores que me cuentan sus cotidianos problemas del primer mundo y que a veces consiguen abrirme los ojos (a mí y a los pocos lectores a los que lleguen) sobre situaciones propias o ajenas que no nos habíamos parado a pensar o que, sencillamente, habíamos ignorado.

La autora de "Joroba" padece una miopatía congénita, como la protagonista de la novela, Shaka. Tiene cuarenta años, usa silla de ruedas eléctrica y respirador. Tiene la columna vertebral tan retorcida que aplasta el pulmón derecho ("Sostener con ambas manos un libro abierto de tres o cuatro centímetros de grosor hacía sufrir mi espalda más que ninguna otra actividad") y tiene su habitación en una residencia que comparte con otras personas dependientes.

Shaka nos cuenta toda su rutina, los malabarismos que tiene que hacer para acostarse, levantarse, ir al baño, sentarse. Para algunas cosas, como lavarse, necesita ayuda de algún enfermero, y para colmo la novela se sitúa en los tiempos del Covid.

No se aburre ya que escribe artículos eróticos para webs que pagan a tanto la palabra (aunque no necesita la pasta ya que ha heredado una fortuna y lo que gana lo dona a diversas causas), realiza cursos y seminarios online y lanza tuits provocadores bajo un apodo: «Quiero quedarme embarazada y luego abortar. Imposible imaginar un feto creciendo correctamente dentro de este cuerpo retorcido que tengo».

"Joroba" explora y denuncia mediante un monólogo ágil, vibrante y entretenido, una inmensidad de temas universales y comunes a toda la humanidad y también otros relativos a las personas con discapacidades. Por un lado la soledad, el abandono, el trato infantil que se da al colectivo de personas dependientes y el deseo sexual. Shaka está convencida de que si no es pagando no podrá tener sexo nunca y al hilo de esto escribe el tuit: «En otra vida, me gustaría trabajar como prostituta de lujo».

Saou Ichikawa arroja luz y grita con esta novela contra lo normal y normativo. Contra lo que ella nunca será y, a pesar de que podría haber escrito un libro melancólico, la sensación al llegar a la última página es todo lo contrario.

Un libro corto, ameno, descarado, fresco, triste en ocasiones, vital en otra y desgarrador en todo momento, pero necesario para comprender y comprendernos.

*Publicado por Letras de Plata.

Diego Palacios