Princesa Sara

Opinión:

Marisa Costa

Frances Hodgson Burnett, novelista estadounidense de mediados del siglo XIX, dedicó la mayor parte de su carrera literaria a crear obras de ficción juveniles.

"Princesa Sara" es una adaptación del primer manuscrito publicado en el folletín de una revista mensual americana para la infancia en 1888. A lo largo de los años, la autora remodeló y modificó la historia incorporando personajes y desarrollando su trama con mayor profundidad hasta dar lugar a las más modernas versiones.

Edelvives rescata la versión original en una preciosa edición cuidada al detalle. Las guardas, ilustraciones y cada página, en general, crean una armonía en su conjunto guardando un estilo enmarcado en un mundo que conjuga la realidad con el surrealismo.

El volumen, perteneciente a la colección "Cuentos clásicos ilustrados", dirigida por el famosísimo ilustrador francés Benjamin Lacombe, ha sido diseñado y trabajado por Nathalie Novi, quien realiza una performance pictórica interpretando el libro, bajo una visión muy personal basada en sus propias experiencias con la novela, a partir de diversas técnicas y bellas imágenes.

Las ilustraciones contienen un gran simbolismo y, a pesar de no acompañar al texto, reflejan el mundo interior, onírico y particular de la propia protagonista. En su mayoría poseen un carácter oscuro enfocado en la naturaleza y el juego dimensional de los objetos.

En cuanto a la obra en sí, destacar que la autora hace uso de un estilo narrativo sencillo y, a su vez, elaborado, en donde incluye un número exacto en cuanto a las descripciones y la ambientación.

El relato se centra principalmente en reflejar el paso de la infancia a la madurez y la ruptura de un mundo mágico e imaginativo diseñado en las primeras etapas de la vida a la apertura de una realidad cruel y nada esperanzadora.

Sara es una niña que pasa de tenerlo todo a no tener nada, y es en ese proceso en donde la autora presenta una crítica hacia la hipocresía y el interés por el poder adquisitivo. Así mismo, expone a su personaje a ciertas situaciones que no solo consigue explorar su mundo interior, sino que dirige al lector hacia una reflexión personal sobre la madurez, las vicisitudes de la vida y la sociedad del siglo XIX.

Hodgson Burnett presenta en este breve relato una historia bastante introspectiva, ya que las relaciones intrapersonales entre la protagonista con otros personajes son escasas y sus diálogos oportunos. El interés de la autora recae en mostrar la forma en que Sara compara su vida ante dos mundos opuestos, cómo se vuelve consciente de la realidad y repara en las necesidades y problemáticas sociales en el momento en que se encuentra inmersa en ese ambiente hostil y desfavorecido, construyendo así su propia visión del mundo.

Así mismo, lanza mensajes en post de la solidaridad a través de episodios que contienen ejemplo de bondad, el esfuerzo por los estudios e incluso la fortuna del nacimiento, llegando a dar auténticas lecciones sobre la humildad.

La protagonista es una niña, fiel representación de su edad, que por momentos consigue crear sentimientos contradictorios en el lector, sin embargo, refleja un mundo interior complejo y lleno de pensamientos e intereses que son causa de admiración.

Los capítulos son muy breves y permiten que el libro pueda leerse de una sentada, considerándose más un relato largo que una novela.

Personalmente, no sé cuál era la intención de la autora, mas en mí ha conseguido reencontrarme con esa parte de mi infancia en donde me gustaba escuchar las aventuras y el proceso de superación de ciertos personajes con los que, de una forma u otra, me veía reflejada.

El carácter mágico y la proyección soñadora e inocente de Sara consiguen que la historia llegue tanto a niños como adultos, convirtiendo este álbum en un breve y entretenido cuento infantil en cuyo interior se encierran grandes lecciones de vida.

Muy recomendado para regalar a niños de entre diez y doce años con la intención de acercarlos a grandes clásicos o a adultos que quieran volver a las historias de su infancia con una preciosa edición ilustrada.

Marisa Costa

Vane Gómez

Editorial Edelvives, dirigida por Benjamin Lacombe, ha lanzado una colección de cuentos clásicos ilustrados. Son auténticas joyas que todo amante de la literatura querrá tener en su biblioteca personal. El primero que he tenido la oportunidad de disfrutar ha sido "Princesa Sara" y, sin duda, he quedado enamorada, y ya tengo en mi lista de deseos los demás títulos de la colección.

Lo primero es dar la gracias a la editorial y a Benjamin Lacombe por rescatar estos clásicos, pero en un formato que puede disfrutar toda la familia. No olvidemos que en base son cuentos infantiles, pero la edición es tan preciosa y cuidada, que aquellos adultos que quieran revivir su infancia, les gusten los clásicos y aún tienen a su niño interior a flor de piel, disfrutarán de igual manera. Además, desde mi punto de vista, ediciones así harán que los niños poco a poco disfruten de los libros de otra manera y aprecien las ediciones especiales.

"Princesa Sara" viene en un formato grande, de 225mm x 305mm, y en tapa dura. Tanto en la cubierta como en el lomo, se encuentran unas filigranas en dorado metalizado que resplandece con la luz, y la preciosa ilustración de portada que captará la atención de niños y adultos.

"Princesa Sara" nació como una publicación de un folletín en 1888, en la revista mensual para la infancia St. Nicholas Magazine. Su título original fue "Sara Crewe or What Happened at Miss Minchin's", aunque posteriormente, en 1891, fue publicado en Francia junto a otras historias bajo el nombre de "Princesse Sarah. Aventures d'une petite écolière anglaise". También fue ampliada para ser representada como una obra de teatro en 1902 en Londres, y un año después en Nueva York. En 1905 se hace una edición aumentada, que fue traducida al español como "La princesita". Años después, se hace una pequeña modificación en la historia para llevarla a la gran pantalla, e incluso una serie de animación japonesa que se emite en España en 1999. Desde 2011 se ha realizado también una adaptación francesa al cómic.

Como podéis comprobar, "Princesa Sara" es una historia que ha perdurado en el tiempo y se ha ido adaptando a los diferentes formatos para continuar viva. El lector que tenga entre sus manos esta edición de Edelvives de "Princesa Sara", tendrá una obra que utiliza la primera versión, la del folletín original de 1888, por Frances Hodgson Burnett e ilustrado bellísimamente por Nathalie Novi.

En mi caso, no conocía la historia de "Princesa Sara" y me ha encantado perderme entre sus páginas. Es un cuento infantil con fuerza, entretenido y con muchas enseñanzas que apreciarán tanto los niños como los adultos.

La narración de la historia es muy ligera y mantiene en todo momento la tensión por ver qué le depara el día a día a la pequeña Sara. El vocabulario está perfectamente adaptado para que los niños lo puedan leer solos y comprendan la historia.

Los lectores acompañarán a Sara por una etapa complicada de su vida, pero en la que ella, pese a su tierna edad, demostrará una fortaleza digna de admiración. Gracias a Sara, cada lector podrá apreciar un poco más las comodidades de su vida o su situación y se dará cuenta que a veces, como se suele decir, se queja uno por vicio o nimiedades, dejando de lado otros detalles importantes de la vida. Por otro lado, referente a los niños, les hará valorar sus juguetes, la posibilidad que tienen de estudiar y no tener que trabajar, tener una familia y no pasar hambre. Quizá así la próxima vez que armen un berrinche por no querer comer algo o no tener el último modelo de zapatillas, se lo piensen un poco más.

La pequeña Sara no duda tampoco en compartir lo poco que tiene con quién lo necesita, aunque eso signifique quedarse ella con hambre. Pero sus buenas acciones le traen en un futuro una recompensa y, aunque su situación cambia, en ningún momento se olvida de los más desfavorecidos y les sigue ayudando.

Otro aspecto que me ha gustado es la importancia que durante la historia se da a la imaginación o incluso se podría decir, la salud mental. A mi manera de ver, a pesar de las situaciones difíciles por las que pasa, Sara tiene la fuerza suficiente para seguir cada día, gracias a los cuentos y las historias que se inventa y se cuenta a sí misma, y a la pequeña muñeca Emily. Sara consigue aislarse en cierta manera de lo peor de su día a día y eso le ayuda a no dejarse vencer.

La historia se centra principalmente en Sara y, aunque hay otros personajes que tienen también importancia, quedan más desdibujados. Sara por sí sola tiene la fuerza suficiente para conseguir calar en el lector y que este sufra y se alegre con ella.

Por otra parte, Nathalie Novi ha sido la encargada de dar color a "Princesa Sara" y creo que no lo podría haber hecho mejor. Cada ilustración tiene mucha fuerza y encaja a la perfección con el texto, tienen un aire muy entrañable y una mezcla entre vintage y moderno que enamora. Es una edición llena de color, como se puede apreciar en las páginas que separan cada capítulo o en las diferentes ilustraciones de varios tamaños. Quizá sí que los diseños estén más pensados para un público adulto que infantil, pero sin duda también gustarán a los niños por su originalidad.

En resumen, "Princesa Sara" es una joya de colección que disfrutará la familia al completo.

Vane Gómez