Mi hermano se llama Jessica

Opinión:

John Boyne es irlandés y autor de numerosas novelas para adultos y otras para jóvenes, la más conocida "El niño con el pijama de rayas" publicado en 2006.

"Mi hermano se llama Jessica" es una novela juvenil a partir de unos doce años en adelante, siendo perfectamente apta para lectores adultos. Por su extensión, unas 188 páginas, podríamos considerarla una novela corta, pero bien condensada, ya que lleva una gran carga emotiva.

Las novelas en las que se habla de LGTBI suelen centrarse en la persona gay, trans, etc… en lo que siente y cómo afecta a su vida, pero lo original de "Mi hermano se llama Jessica" es que la situación está contemplada desde el prisma de una persona cercana a ella, en este caso, su hermano pequeño.

Sam tiene como referente a su hermano Jason, lo admira más que a nadie en el mundo, pero cuando Jason le cuenta su secreto, Sam no logra asimilar que su hermano sea una chica y que ahora quiera que le llamen Jessica. Si su hermano es el mejor jugador de fútbol, ¡y hasta ha tenido novias! Sam piensa que es algo que ya se le pasará cuando lo piense mejor. Es inevitable para Sam que la admiración que siente por su hermano se desinfle y más cuando en el colegio es objeto de las burlas de sus compañeros de clase.

John Boyne ha construido una bonita historia enfocada al público juvenil, para dar visibilidad a este colectivo y limar las asperezas y el rechazo del que aún hoy en día muchas personas son víctimas. Es bueno que existan este tipo de libros para que los niños vean con total normalidad a las personas gays, trans, lesbianas, etc, para que (y ojalá) queden exentos de los prejuicios hacia ellos.

"Mi hermano se llama Jessica" está narrado en primera persona por Sam. Esto hace que vivamos y sintamos lo que él. y es extraordinaria la delicadeza que transmite el autor. Su lenguaje es fácil y ameno, muy adaptado a los lectores más jóvenes, pero a la vez dotado de gran madurez, lo que hace que un lector adulto la pueda disfrutar de igual forma.

El elenco de personajes está muy bien construido. Sam, el niño que idolatra a su hermano y no logra comprender que siempre fue una chica aunque tenga aspecto de chico. Jessica, que nació con un cuerpo que no le representa, el rechazo que siente por parte de la gente que le rodea. Sus padres que se dedican a la política y no aceptan la identidad de su hija, anteponen lo que les dice su pensamiento antes que su corazón, y la tía Rose, liberal y abierta de mente, quien apoya a Jessica. Los secundarios como los amigos de los chicos también juegan un papel muy decisivo para la conclusión de la historia.

La forma de narrar la historia hace que tenga momentos divertidos, como las listas que suele hacer Sam a la hora  de analizar, pensar o decidirse sobre cualquier tema. Como por ejemplo, las diez cosas que ninguna persona mayor de treinta y cinco años debería hacer jamás. Este tipo de listas le da un toque muy divertido que a los lectores más jóvenes y a los no tan jóvenes, les va a sacar una carcajada seguro.

El personaje de la tía Rose me ha gustado especialmente por su naturalidad, comprensión y tolerancia. Todo lo contrario me ha pasado con los padres de Sam y Jessica, que asumen el rol de padres cerrados de mente, intolerantes y llenos de prejuicios. Esto equilibra la balanza y los jóvenes lectores van a ver los dos puntos de vista con los que las personas LGTBI se van a encontrar en la vida.

En resumen, "Mi hermano se llama Jessica" es una historia emotiva, amena y divertida con la que dar visibilidad a personas LGTBI, todo visto desde el prisma del hermano de una chica trans. Lo recomiendo para lectores de todas las edades.

María Criado.