León Arsenal (Salambó. Gustave Flaubert)
Comparte con nosotros su Libro-Recuerdo
León Arsenal
(Escritor)
Salambó Gustave Flaubert
Entre las muchas asignaturas con las que no congeniaba en el colegio (por decirlo de forma suave) se encontraba la de Francés. En general, y andaba bastante peleado con todas las asignaturas relacionadas con la lengua, y eso incluía Lengua Española. ¿Para qué estudiar, por ejemplo, Latín, si era algo que ya sólo hablaban unos cuantos curas, y encima entre ellos? ¿O el Francés? Si eso lo hablan los franceses y yo no tenía la menor intención de ir a Francia.
Cierta tarde, tratando de sobrellevar una más de aquellas horas de tedio, llegamos a un ejercicio de lectura y traducción, sobre el fragmento de un libro. Y esa tarde -estoy convencido de que era por la tarde- fue distinto. La narración se desarrollaba en un fabuloso festín nocturno, en el viejo Cartago, en los jardines del palacio del general Amílcar, y los comensales eran sus mercenarios. Y yo me quedé atrapado por aquella avalancha de imágenes y sensaciones; en las vajillas, los árboles, los atuendos, las razas exóticas, el relumbrar de lámparas y antorchas.
Años después, mientras deambulaba por la vieja cuesta de Moyano, rebuscando entre los saldos amontonados en algunas de las mesas, mis dedos acertaron a topar con un libro de tapas azules. No era más que uno de esos restos de colecciones de kiosco, supongo que rematados al peso entre los saldistas. Valía cincuenta pesetas y en la portada azul, con letras doradas, decía: Salambó. Ese título había pasado muchas veces por mis oídos, claro (unas veces con una sola m y otras con dos, Salammbó); pero sólo al tenerlo en las manos vino a mi cabeza aquella tarde de colegio y el recuerdo de aquella borrachera de imágenes y sensaciones que había logrado despertar, incluso en un idioma ajeno y cuya lectura dominaba lo justo.
Todo en el Salambó de Flaubert es desmedido: los amores, los odios, las venganzas. Es una novela tan sombría como rutilante y no en vano Alberto Sabinio en su ensayo El otro, sobre Maupassant, definía a Salambó como novela de horror heroico. Es una novela mayor de la literatura, algo esquinada quizá por muchos críticos, que no han dudado en cambio en aplaudir obras inferiores en calidad. El talento de Flaubert, lanzado a contar la rebelión de los mercenarios de Cartago, nos dejó escenas, como la del desfiladero del Hacha, que son un modelo, tanto desde el punto de vista formal como por su capacidad de tocar fibras profundas al lector.
No voy a explayarme sobre la cara literaria de la novela, porque el fin de este comentario no es ese sino compartir con el lector el recuerdo del libro. Sí invitar a leerlo y, también, a elegir con cuidado la edición. Se han hecho muchas de Salambó en español y, créanme, hay grandes brechas de calidad entre ellas. Las hay desde excelentes a infames. Puedo dar fe porque, durante un tiempo, incluso coleccioné ediciones de Salambó. Luego llegó el día en que me volví anti-coleccionista, me deshice de todas mis colecciones y la de Salambós no fue la excepción.
Hay un colofón tan curioso como circular. Tengo que confesar que por culpa de Salambó acabé por refrescar mis conocimientos de francés. Así que resulta que, al final, aquellas lejanas clases de idiomas sí tenían una utilidad: permitirme leer Salambó en su idioma original.
Firma: León Arsenal
¿Te ha gustado? Compártelo:
Comentarios de los lectores:
Publicidad