Baudolino. Umberto Eco
GAZAPO
Más que un gazapo me parece que es un error del traductor. En el
capítulo 32 de esta novela se dice que Baudolino y sus compañeros
acuerdan entrenar a unos de los extraños habitantes de Pndapetzim,
los PANOCIOS, para volar porque tenían las orejas
muy grandes. Pues en un mismo párrafo se dice que Colandrino
acostumbraba a los PONCIOS a volar (cuando los
poncios eran otros seres extraños que tenían los órganos sexuales
en el vientre) y que no se podía circular por la ciudad de
Pndapetzim porque en cualquier momento te caían un
PANOCIO en la cabeza. Entre tanto ser raro y tanto
nombre más raro todavía no me extraña que cualquiera se líe,
incluso el mismo Eco. Un saludo.
Raquel Alarcón Blanco