Anika entre libros

Comenta cuentos

El apócrifo Frankenstein. Fernando Iwasaki

 

Ccuentos Autor:
Fernando Iwasaki (Lima, Perú. Reside en Sevilla, España)

Web Oficial: www.fernandoiwasaki.com

Participa con: "El apócrifo Frankenstein"

 

Sobre Fernando Iwasaki:


Sus obras se dividen en Memorias, Ensayo y Creación literaria. Reputados escritores han dicho maravillas de su obra, y este buen hacer se ha visto varias veces premiado. Fue director del área de cultura de la Fundación San Telmo de Sevilla (1991-1994) y profesor de la Universidad del Pacífico de Lima (1988-1989).

Desde 1989 reside en Sevilla, donde es director de la revista literaria Renacimiento, director de la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco y columnista del diario ABC. Curiosamente no sólo aparece en los libros como escritor, sino que a veces es de él de quien hablan. Fernando completa su obra con prólogos.

Nota de Anika: Debido a falta de tiempo Fernando Iwasaki no pudo enviar su participación a tiempo por lo que, para resarcirnos, envió varios relatos que se publicaron en "Lee Online". No obstante me guardé un micro-relato para el final del Comenta-Cuentos, que es el que se publica aquí.

 

Bibliografía (hasta el momento de participar en Comenta-Cuentos):

¬ Tres noches de corbata (1987)
¬ Nación peruana: entelequia o utopía (1988)
¬ El comercio ambulatorio en Lima (1989)
¬ Extremo Oriente y Perú en el s XVI (1992)
¬ Mario Vargas Llosa, entre la libertad y el infierno (1992)
¬ A Troya, Helena (1993)
¬ El sentimiento trágico de la Liga (1995)
¬ El descubrimiento de España (1996)
¬ Jornadas contadas a Montilla (1996)
¬ Inquisiciones peruanas (1997)
¬ La caja de pan duro (2000)
¬ Libro del mal amor (2001)
¬ Un milagro informal (2003)
¬ Ajuar funerario (2004)
¬ Neguijón (2005)
¬ Helarte de amar (2006)

* ver Fernando Iwasaki en Anika Entre Libros

 

El apócrifo Frankenstein (Micro-relato)

MARIA SABÍA QUE era su culpa, que no tenía que haberlo reñido cuando echó a volar aquellos pajarillos de barro después de soplarlos. Por eso no quiso decirle nada cuando lo vio de nuevo jugando en el lodo. ¿Cómo podía saber lo que estaba haciendo, por Dios? ¿Qué le diría ahora a José? Cuando lo vio entrar -encorvado y arrastrando los pies- le hizo prometer a Jesús que nunca más jugaría de nuevo a soplar figuras de barro. Pobre José, un hijo más y siempre virgen. Le llamaron Judas.


© Fernando Iwasaki



COMENTARIOS SOBRE EL RELATO

Miguel Angel León Asuero (maleon)

Increíble la forma de resumir, pero con estilo, algo que hasta ahora ha ocupado muchos tomos...

Gracias por algo como esto.



Pilar López Bernués (pilarlb)

Opino como Miguel Angel... ¡Vaya explicación en cuatro palabras!



Travis

Lo siento no lo he entendido.



Manel Haro

Efectivamente, es un relato original y escrito de una forma muy hábil. Personalmente me atrae muchísimo el género del micro-relato, el escritor debe reflejar en pocas líneas todo un mundo y lo más difícil: que ese relato sea un cómputo mínimo de detalles para que el lector complete el resto. Y qué decir de lo apasionante del tema de Judas y toda la tropa... En cambio, no me gusta el título.



Joseph B. Macgregor

Pienso que el principal reparo que se le puede poner a este relato es que hay que conocer de antemano la anécdota que le sirve como punto de partida. El cuento hace alusión a un pasaje que aparece en algunos de los evangelios apócrifos protagonizado por "El niño Jesús". La historia más o menos sería así: El niño Jesús juega a hacer figuras con el barro. En los evangelios de Tomas eran gorriones, por ejemplo; en otros: simplemente pájaros o figuras de animales. Sea como sea, el caso es que finalmente las figuritas cobran vida. Cuando José, su padre, le "echa la bronca" por la travesura, Jesús sopla y los pájaros (gorriones) salen volando. Sin conocer esto (que no todo el mundo tiene porqué saber), quizá la historia quede un poco confusa al principio.

Lo que me gusta del micro-relato es cómo el autor resuelve el conflicto, la originalidad de aportar otro final a la historia, mezclando lo "bíblico" con el mito de Frankenstein o el moderno Prometeo. En ese sentido, me ha divertido mucho la frase final... Por otro lado, es admirable la capacidad por parte del autor de sintetizarlo todo en pocos párrafos, aunque no deje de mostrarse como un mero divertimento literario, no exento de valor sin duda alguna, pero sólo eso: algo simpático, más o menos divertido.



Carobece

Tampoco lo he entendido. ¡¡¡Y eso que leí el comentario de Josephb para tratar de averiguar su esencia!!! Tal vez el autor podría ayudarme explicando un poco su significado.

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Comentarios de los lectores:

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