Heathcliff contra Rochester. Hermanas Brontë. Por NaT
Personaje
Heathcliff
Origen
Cumbres
borrascosas
Creador
Emily
Brontë
Personaje
Rochester
Origen
Jane
Eyre
Creador
Charlotte
Brontë
HEATHCLIFF contra ROCHESTER. Duelo de titanes con el sello
Brönte
De la figura del típico héroe romántico del siglo XIX, todos si
hacemos memoria, podemos reconocerlo como ese apuesto caballero,
montado a caballo que con su valor y su astucia conseguía ganarse a
su amada.
De aquella figura con los que todas soñábamos en las novelas de
las hermanas Brönte queda muy poquito de sueño y más que héroes,
nos encontramos a los perfectos antihéroes, llenos de sus defectos
y virtudes y que pueden llegar a ser odiados y amados
simultáneamente.
En esta línea nos encontramos a Heathcliff, protagonista de
Cumbres Borrascosas y al señor Rochester, homónimo en Jane Eyre.
Tanto uno como otro tienen muchas cosas en común, de entre las
cuales resalta la esencia de encontrarnos frente a hombres a la vez
rastreros y apasionados, que guardan ese punto canalla que tanto
consigue atraernos.
Pero aun así, tanto Heahcliff como el señor Rochester son
totalmente opuestos y tampoco podemos generalizar, porque ni las
circunstancias, ni otros aspectos que envuelven a las dos novelas
hace que la justificación de sus comportamientos sea algo natural.
He aquí algunos ejemplos de las diferencias entre ambos:
a) De Heathcliff no se sabe nada, no tiene pasado y ni siquiera
tiene un apellido, solamente un nombre. El señor Rochester es un
hombre respetado y conocido por su fortuna en el lugar, además de
pertenecer a una de las familias más ricas de la zona.
b) Heathcliff y Catherine se conocen de toda la vida, siempre
fueron amigos de juegos y su pasión vino impuesta desde el primer
momento en que se vieron. Jane y el señor Rochester tienen una
relación empleada-jefe y, parece ser, aunque él afirme que se
enamoró de ella desde el primer momento que la conoció, en ningún
momento se lo confirma a ella hasta muy avanzada su relación.
c) El señor Rochester consigue lo que quiere, el amor de su amada.
Aunque para Heathcliff, Catherine sea lo más importante, también lo
es la venganza y sabe que ella ha sido también muy culpable de su
situación y de que su amor no pudiera llevarse a cabo. O al menos
en el mundo de los vivos.
d) En general, en las Cumbres el sentimiento cristiano consistente
en que el eterno descanso reside en la muerte eterna, incluso se
deja notar en la resolución de la historia de amor, ya que ellos,
según deja entre ver la novela, consiguen ser felices como
espíritus vagantes de los cerros. En Jane Eyre, aunque existen
muchas alusiones a partes de la Biblia, ni la protagonista, ni el
señor Rochester se dejan embelesar por estos argumentos y prefieren
vivir la vida, ya sea juntos o por separado, pero vivirla.
e) Además de esto, el escenario de la trama es totalmente
distinto. El lugar donde se encuentra las Cumbres y Thrushcross es
un paraje solitario y a la vez fantasmagórico que fomenta el odio y
la maldad de los personajes. Thornfield a descripción de Jane es un
lugar donde cualquiera querría vivir, lleno de tranquilidad y de
personas con las que poder encariñarte.
Además de las diferencias formales, cada personalidad guarda algo
especial que la hace totalmente diferente de la otra y que sea un
poco difícil elegir entre uno u otro personaje.
Heathcliff, niño abandonado, sin árbol genealógico, pasado e
incluso sin procedencia racial especificada, basa su existencia en
el rechazo que primero los demás le procesan a él y más tarde el
que él demuestra a aquellos que lo detestaban. Su transformación
sólo guarda el deseo de venganza, de venganza hacia todos, tanto a
los habitantes de las Cumbres como a los de Thrushcross e incluso
hacia Catherine, por la que de alguna manera acaba contaminando su
alma, que hace que lleguemos a pensar si tiene sentimientos o no y
qué tipo de naturaleza endiablada guardan. Al morir Catherine,
Heathcliff acaba volviéndose loco y puede llegar a resultarnos
despreciable por cómo trata a sus semejantes, sin ninguna compasión
ni sentimientos. Aun así, se le aprecia, porque si está loco, lo
está de amor, es un ser tan apasionado que tanto lo bueno como lo
malo parece justificable y deseamos que se muera para que pueda
descansar junto a su amada.
El señor Rochester es mucho menos previsible que Heathcliff y
aunque a este ultimo se le pueda considerar mucho más maquiavélico,
en cierta medida, el personaje de Jane Eyre lo adelanta en varias
ocasiones. Siendo un hombre de dinero, culto y de mundo, acaba
enamorando y enamorándose de la institutriz de una "supuesta" hija
suya a la cual desprecia y queda en contraposición el amor hacia
una y el odio hacia otra, cuando ninguna de las dos es culpable de
su situación. Además de esto, el machismo y el sentimiento de
superioridad de su personalidad se deja entre ver con su
comportamiento hacia su amada, a la que no duda en llamarla fea o
imponer su decisión, pensando que ella acatará sin rechistar y
despreciando a todos los que no sean de su clase. Para el señor
Rochester no hay oportunidad de redención y choca el vocabulario
tan increíblemente empalagoso que usa con Jane y las barbaridades
contra su esposa, con la que también engaña, tanto a la
protagonista como a los lectores, y que prefiere mantener en
secreto, otra muestra de poca sinceridad. Aun así, el amor que
todos podemos llegar a cambiar y dejarnos llevar por nuestros
sentimientos y eso le ocurre a Rochester, totalmente prisionero por
las armas de amor que usa Jane.
De esta forma, parece totalmente imposible quedarse con uno de los
dos. Resulta difícil elegir entre la juventud salvaje y la madurez
soberbia, entre la fuerza y la inteligencia...
Los dos, tan distintos y a la vez tan parecidos, consiguen
enamorarnos de la forma más tonta, igual que a sus amadas, con la
pasión que desbordan en cada frase o en cada página, haciendo
prácticamente nula una elección medianamente justa.
NaT