El Lobo. Charles Perrault. Por Juan Gómez-Jurado
Creador: Charles Perrault
Personaje
El
Lobo
Origen
Caperucita
Roja
Creador
Charles
Perrault
EL LOBO MÁS FAMOSO DE LOS CUENTOS
¿Recuerdas ese día en que tu padre, tu madre o tu hermano mayor te
contó el cuento de "Caperucita Roja"? Es raro que esa referencia
cultural le llegue al niño desde cualquier sitio que no sea la
familia.
¿No te daba miedo el lobo?
Piénsalo. Una niña sola por el bosque (dice muy poco de la madre),
un bosque lleno de alimañas, una abuela devorada por un animal
salvaje, un leñador que destripa al depredador...
Caray.
El lobo de Caperucita representa el mal en estado puro. A pesar de
lo mucho que se han esforzado cientos de escritores a través de los
siglos en aportar visiones al concepto del mal, no se ha podido
mejorar el más puro y simple de los modelos existentes: el lobo de
los cuentos de hadas.
Ahora reflexionemos sobre la maldad del lobo:
a) El lobo acecha en el bosque, permanentemente hambriento de
carne humana.
b) Cuando se encuentra con Caperucita no se la come
inmediatamente... habla con ella, la lleva a su terreno, la envía
por donde quiere a casa de su abuelita. El lobo es un
manipulador.
c) El lobo devora a la abuela sin dar cuartel, es una simple,
vieja y correosa molestia. Demuestra poco respeto por la
ancianidad.
d) Cuando Caperucita llega se encuentra al lobo travestido,
fingiendo ser otra persona. Los evidentes significados sexuales
ocultos no tienen nada de Freudianos: el lobo no quería comerse a
Caperucita... no sin antes hacerle más cosas.
Las claves morales en los cuentos clásicos han sido siempre una
forma eficacísima de transmitir la ética de valores de una
sociedad. En éste como en ninguno hay un mensaje claro: El mal
acecha a vuestro alrededor y es más poderoso que nosotros. Si en la
versión que les contamos a los niños el lobo no viola y devora a
Caperucita, es gracias (o por culpa, según se mire) de un deus ex
machina en forma de leñador que casualmente pasaba por allí. El
niño tiene una vía de escape al horror, por tenue que sea el hilo
de la casualidad.
Al crecer se dará cuenta de que los leñadores rara vez pasan por
casa de la abuela.