Lindaluna y el bosque encantado

Opinión:

Lindo e interesante libro para compartir con los incipientes lectores y, sobre todo, con alumnos y alumnas de primaria. Esta pequeña obra de teatro puede ser resultar muy útil para fines lúdicos y pedagógicos. 

Es una obra diseñada por y para trabajarla. Para empezar, en las últimas páginas se presentan diferentes y variados ejercicios donde se trabajan aspectos como la comprensión lectora o la comprensión visual. Los niños y niñas repasarán y tratarán temas de lo que han leído, en un intento de concienciarse y de cavilar sobre asuntos que les ayudarán a madurar y a ser responsables con su entorno, especialmente con la ecología. Aparte, los diálogos son una constante puesta en escena que sirven para realizar un ejercicio práctico de dramatización, conminando a los alumnos y alumnas a representarlo, algo que siempre viene bien para hacerlos partícipes en el mundo de la cultura. De hecho, la forma en cómo está escrita da pie a que los espectadores, en una puesta a escena, intervengan, ya que los diálogos inducen a gritar, a cantar y, en definitiva, a colaborar. 

Al hilo de esto último, el libro motiva mucho a la participación. Trata un tema sensible como es el medioambiente. Situado en el corazón de un bosque, la historia presenta personajes fantásticos con elementos de fábula - enanos, hadas o árboles parlanchines - y presenta también al ser humano, al que en tantas obras representa el enemigo. Son 3 los personajes que encarnan la destrucción: un cazador, una leñadora y un excursionista que va tirando basura al suelo. Los 3 hacen acto de presencia en distintas escenas, obligando a los seres fantásticos a esconderse y a vivir horrorizados porque temen por sus vidas. Afortunadamente para ellos, el hada Lindaluna ideará un plan para ahuyentarlos, que contará con la colaboración de todos, especialmente con la ayuda de los niños y niñas, de los espectadores o lectores, quienes además reirán ante las ocurrencias graciosas de los enanos (que son de diferentes colores), y quienes también pondrán su granito de ayuda con sus canciones para que los malos no dañen el bosque.

El humor encarna uno de los elementos esenciales. Aquí y allá los enanos o los duendes realizan comentarios jocosos que provocarán risas sanas y sonoras. Puesto que, dentro de todas sus piezas pedagógicas, hay que afrontar con humor y con optimismo los problemas de la vida. O con música también: con canciones o melodías. 

Las páginas cuentan con ilustraciones de Inés Giménez, ilustradora valenciana con una licenciatura en Bellas Artes y que lleva tres años coloreando libros para la editorial Iglú. Sus imágenes contienen líneas bastante marcadas, con el uso de formas bastante triangulares y también redondeadas. Usa colores suaves, que apenas se asemejan a ligeras difuminaciones. 

J. R. Barat (Valencia, 1959) es licenciado en Filología Clásica e Hispánica y catedrático de Literatura Española. Cultiva diferentes géneros literarios, tanto para público adulto, como infantil y juvenil. Ha ganado bastantes premios, entre los que destacan el Premio Nacional de Teatro Infantil «Érase una vez Lorca», con la obra Una de indios, o el Premio Internacional de Poesía "Ateneo Jovellanos de Gijón" en 2003 por Piedra Primaria.

Este libro está recomendado para mayores de 8 años. 

Cristià Serrano