La isla de coral
Título: La isla de coral
Título Original: (The Coral Island, 1857)
Autor: Robert M. Ballantyne
Editorial:
Zenda-Edhasa
Colección: Zenda-Edhasa
Copyright:
© del prólogo: Arturo Pérez-Reverte, 2022
© de la ilustración de cubierta: Augusto Ferrer-Dalmau, 2022
Edición: 1ª Edición: Junio 2022
ISBN: 9788435055710
Tapa: Blanda
Etiquetas: adolescentes amistad aprendizaje aventuras naturaleza clásicos supervivencia supervivientes narrativa literatura escocesa novela piratas siglo XIX 15 años 14 años 16 años 12 años 13 años literatura juvenil indígenas naufragios isla
Nº de páginas: 350
Argumento:
Ralph Rover, de 15 años, Jack Martin, de 18 y Peterkin Gay, de 13, son los únicos supervivientes de un naufragio en los mares del sur. La marea los ha arrastrado a una pequeña isla de coral de un grupo de islas del océano pacífico. Allí tendrán que aprender a sobrevivir con lo que la naturaleza les obsequie. Tendrán que valerse de sus habilidades y talentos para afrontar los nuevos desafíos y las grandes aventuras que les esperan. Descubrirán cosas fascinantes, pero también tendrán que enfrentarse a peligrosos indígenas y retarse con malévolos piratas. Todo lo tendrán que hacer con inteligencia y coraje si quieren mantener sus vidas a salvo.
Opinión:
"La isla de coral" publicada en 1857, fue la segunda novela de R. M. Ballantyne y la que lo elevó a la fama. El autor se inspiró en la novela "Robinson Crusoe" (1719), de Daniel Defoe, para escribirla. Al igual que "La isla de coral" fue la que inspiró a Robert Louis Stevenson para escribir "La isla del tesoro" (1883), así como también, a William Golding para escribir "El señor de las moscas" (1954).
Ha sido la colaboración editorial de la revista literaria Zenda junto con la editorial independiente Edhasa la que ha hecho posible el proyecto de rescatar del olvido una historia plagada de proezas y compartirla con los lectores. El libro se presenta con un estupendo prólogo de Arturo Pérez-Reverte en el que resaltaría una frase por la ilusión que nos desvela: "Y es que, en realidad, las buenas historias, las grandes historias, no envejecen ni se agotan nunca". En la portada tenemos una ilustración bellísima de Augusto Ferrer-Dalmau que nos muestra a tres adolescentes en una balsa enfrentándose a un tiburón.
Quien nos narra la historia es Ralph, y con la primera frase del libro ya nos deja claro que su gran pasión son los viajes, lo que nos define un espíritu curioso e intrépido. Su forma de contarnos las andanzas por las que están pasando es clara, sencilla y con tendencia a la reflexión, por lo que resulta ameno y a la vez interesante. En la novela he creído diferenciar dos partes:
La primera sería desde el principio hasta más o menos el capítulo XX. Aquí, excepto el primer capítulo que nos cuenta el naufragio, todo lo demás es risueño y alegre. Nos narra lo maravillosa que es la isla, el espectáculo que les ofrece la vida marina con los colores tan asombrosos de los corales, los árboles tan fantásticos y extraños que descubren, junto con los animales que les aparecen. Sus estados de ánimo están perfectos y no parece que echen de menos a nadie. Entre ellos van creando un fuerte sentimiento de amistad que será para siempre. Se percibe en la narración un pequeño homenaje a los libros, ya que gracias a todas las lecturas que Jack ha realizado, es ahora capaz de utilizar y reconocer los recursos que la propia naturaleza les ofrece para seguir viviendo. Esta ventaja que le aporta el conocimiento lo premia con el respeto de sus compañeros, que ya lo eligen como líder. En varios momentos de la historia el narrador nos alecciona sobre la importancia de la observación. Aprender a observar lo que nos rodea porque ante nuestros ojos pasan a diario las cosas más extraordinarias y, en cambio, vivimos totalmente ignorantes a ellas. Nos recomienda un modo de conducta que consiste en forzarnos en prestar atención a todo, para despertar nuestro interés en detalles que nos eran indiferentes.
La segunda parte, sería desde el capítulo XX hasta el final. Lo más destacable es la aparición de los indígenas y los piratas, advirtiendo desde este momento que el relato se endurece y pierde la inocencia de la primera parte. Nos narra los robos y trampas que los piratas utilizan para engañar a todos los que se crucen con ellos. Nos relata con minucioso detalle todas las costumbres sanguinarias y leyes brutales que tienen los nativos. Y aquí es cuando se nota que el libro fue escrito en el S. XIX, mucho antes de que la teoría del relativismo cultural se planteara, puesto que el autor nos hace una apología de lo necesario que son los misioneros para evangelizar y convertir a la fe cristiana a los isleños. Trata de persuadir de que solo la religión verdadera será capaz de civilizarlos y de esa manera dejarán de practicar sus rituales violentos.
Es una fantástica novela de aventuras para los lectores juveniles y puede ser una lectura atractiva para los adultos que quieran conocer cuál fue la historia precursora que, como dije al principio, inspiró "La isla del tesoro" y también "El señor de las moscas".
M. Zeta
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Comentario de los lectores:
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