La fortaleza imposible

Opinión:

Aunque en la web de la editorial el libro está catalogado para adultos, imagino que porque está ambientado en los 80 y esa década despierta la nostalgia en un público más mayor, para mí, "La fortaleza imposible" es totalmente juvenil (a partir de 16 años o así) con crossover, de ahí que lo haya puesto en esta sección.

La historia me ha parecido de lo más original, no solo por la ambientación en los 80, sino por los protagonistas (dos frikis de la programación) y el resto de secundarios: los amigos de Billy son un puntazo (y sus cada vez más enrevesados planes para conseguir la revista, además de la presión que ejercen sobre Billy, dan bastante juego), al igual que el padre de Mary, que tiene características muy particulares, la madre de Billy y su relación con el chico... y casi todos los personajes que interactúan con los principales.

Lo que más me ha gustado es esa historia de amor que se cuece a fuego lento mientras Mary y Billy se lían con el código para tener el juego a tiempo para el concurso: casi desde el primer momento, Billy se olvida de su obsesión por conseguir el Playboy (no tanto sus amigos, que son bastante inmaduros) y se centra en la que es su pasión: crear vídeojuegos, para lo cual Mary (que no es muy atractiva, pero sabe mucho del tema) es una gran ayuda y, en principio, no se fija en ella más que por sus conocimientos y lo que puede aportarle. Pero, poco a poco, sus conversaciones y su afición común hacen que su amistad de fortalezca... a pesar de lo cual habrá grandes obstáculos, no solo los problemas en los que se meten los amigos de Billy para lograr la revista, sino también un secreto de la joven.

Además, Jason Kekulak cuenta muy bien cómo funcionaba la tecnología de la época y ha escrito la historia de una forma muy amena y cercana. Está contada desde el punto de vista de Billy, con un buen ritmo capaz de crearme adicción: no podía dejar de leer en algunos fragmentos, y hay giros interesantes e inesperados en el argumento.

¿Qué más puedo decir? Simplemente me ha encantado y lo recomiendo mucho tanto para los jóvenes lectores como para los adultos nostálgicos.

Déborah F. Muñoz