Inglaterra salvaje

Opinión:

Decía Robert E. Howard, el creador de Conan el Bárbaro, que "La barbarie es el estado natural de la humanidad (...) La civilización, en cambio, es artificial, es un capricho de los tiempos. La barbarie ha de triunfar siempre al final". Veremos que esta frase nunca será tan cierta como en esta novela distópica llamada "Inglaterra salvaje".

Podríamos decir que estamos ante una novela apocalíptica con tintes de fantasía oscura medieval, ya que tendremos cataclismos y colapsos que provocarán una extinción masiva de la sociedad inglesa, volviendo todo a estadios preindustriales, con pantanos tóxicos por doquier y animales salvajes adueñándose de carreteras y pueblos.

Una historia en la que iremos leyendo cómo Londres se convierte en un caos después de un misterioso desastre natural.

Su autor, Richard Jafferies, nos la presenta en dos partes. La primera lleva por título "Recaída en la barbarie". Personalmente es la parte que más me gustó de la lectura, el narrador es un historiador nacido tras la caída de la civilización. Es un disfrute perderse en esos caminos que poco a poco son invadidos por la naturaleza o los animales regresando a su estado salvaje de libertad. El segundo capítulo es "Inglaterra salvaje". Ocupa prácticamente todo el corazón de la novela y está ambientada bastantes años después y relata las aventuras del explorador Félix Aquila, un descendiente de la noble casa de Aquila. Y por supuesto, en este nuevo mundo de bárbaros, la violencia será la regla imperante. Félix intentará empezar una nueva sociedad a partir de esta especie de tabula rasa en la que ha devenido el mundo.

El autor nos conducirá, como en un viaje, por paisajes desolados y ciudades reducidas al primitivismo más voraz, siguiendo las andanzas del protagonista, que llegará a convertirse en rey por las tribus de supervivientes de la isla de Gran Bretaña, a partir de aquí la novela entra en terreno político, nos hablará del alba de una civilización naciente que termina por ser una sociedad feudal, formada por pastores, cazadores y gitanos que, habiéndose agrupado en comunidades, deciden organizarse como una sociedad al mando de Felix.

Conoceremos un Londres distinto al que hemos conocido. La ciudad no es más que un paraje ponzoñoso, dejado de la mano de Dios, y es en la estructura y la organización de la nueva sociedad, que acabará por volverse un feudalismo primitivo, donde el autor hará hincapié en una crítica social descarnada pero muy acertada, por ejemplo, en pasaje donde dice que el uso de la palabra "esclavo" está prohibido, pero la mayoría de la gente pobre lo es.

Descripciones suntuosas, evocaciones poéticas de tiempos más propicios y una gran crónica en clave de ciencia ficción soft que usa con mucha destreza para contarnos el increíble declive climático del imperio más grande del mundo. Un clásico de clásicos, pionera en el subgénero de la ficción de catástrofes. Recordaros que se escribió en el año 1885.

Aunque el final nos deje con ganas de más, el libro gana muchísimo, sobre todo en los capítulos introductorios, donde nos recrearemos con los detalles vivos y realistas de un mundo que en pocos minutos retrocede siglos, algo que sin embargo está presente en los clásicos de toda la vida de la ciencia ficción, desde H. G. Wells en adelante.

¿Qué queréis que os diga una amante lectora de mundos apocalípticos?  Una maravilla, un placer, uno de los mejores libros que ha publicado la editorial Aristas Martínez. Por cierto, el prólogo de Javier Calvo es muy bueno.

Un diez de diez.

Violeta Lila