Glup

Opinión:

Esta es una historia sin palabras, utilizando como única base argumental y literaria la propia imagen. Totalmente visual. Y si uno lo hace bien, no hacen falta palabras. Daniel Piqueras Fisk lo ha hecho muy bien porque ha transmitido lo que quería desde la primera página, que comienza con la propia fecundación de la niña (ese espermatozoide único que consigue llegar antes al óvulo).

El cómic está realizado en bitono, esencialmente en blanco y negro, pero en según qué capítulos utiliza algún que otro color. La verdad es que resulta muy original porque es un tercer color que aparece de improviso, y hace que nuestros ojos se fijen rápidamente en él.

La historia es apta para todos los públicos, desde el infantil hasta el adulto. Por ejemplo de 9 a 99 años, por decir algo. De hecho lo primero en lo que me fijé no fue que fuera un cómic sin palabras si no en el propio dibujo: había en él un fácil reconocimiento de lo que quería mostrar. Esa pequeña resultaba simpática desde el primer momento. Desde la portada incluso.

Candela se convierte en un feto en líquido (aquí coincidimos todos los seres humanos), pero en su caso, además, nace en el agua, en la playa. Ese momento la marcará -sin saberlo- para toda su vida, porque volverá a la costa una y otra vez buscando el agua. Y cada vez querrá ir más lejos. Un pequeño objeto que pierde en su infancia es un descubrimiento en su juventud. Y esta misma pérdida y reencuentro marcan el inicio y el final de la historia.

Un historia bella, íntima, en la que te sientes confidente a pesar de que no te digan ni una sola palabra. Las imágenes son las palabras, y el principio es tan bonito y significativo como el final.

Anika Lillo