forgotten

Opinión:

Que un libro de más de trescientas páginas se pueda leer de tirón en una sola tarde creo que es bastante llamativo. Desconocía a qué me iba a enfrentar con “Forgotten” pero la sinopsis me parecía muy atractiva; una chica que recordaba el futuro pero no el pasado. El cómo resolvería la situación era lo atractivo, pero finalmente debo admitir que el hecho de haberlo leído con tanta rapidez me ha dejado claro que esa ligereza es un punto a su favor si pensamos en jóvenes que leen poco o les cuesta engancharse a la lectura. Es cierto que ahora tiene más posibilidades de ser olvidado en uno de esos cajoncitos del cerebro que apartan lo que no creen importante pero una tiene la sensación de haberse comido un helado de nata en una tarde de verano.
 
Y aunque es cierto que tiene mucho diálogo no se estructura solamente en él. En realidad es que es ligero, de verdad que lo es, sencillo, mucho... tanto que se le ha pasado algo importantísimo: darle verosimilitud a la historia. Es una pena pero lamentablemente ésta no se sostiene por ninguna parte. Si hubiera dado importancia al hecho de que desde los 6 años London no recuerda nada del día anterior, “Forgotten” no habría podido escribirse, así de sencillo. Hubiera necesitado un libro por cada año vivido basado únicamente en sus notas. Si Cat Patrick hubiese dicho “sólo le pasa con algunas cosas” o “le ocurre sólo desde hace dos meses”... alguna excusa que sirviera para mantener el argumento, entonces sí, habría pasado, pero no es normal que desde los seis años tengas que recordarte a diario qué pasó el día anterior y aún así pases cursos, llegues al instituto, recuerdes perfectamente a tus compañeros de instituto que NO tenías cuando eras una niña de seis años... etc. Es obvio que no se paró a pensar en ello, o que simplemente espera que los jóvenes no sean lo suficientemente listos como para preguntarse cómo se le ha podido escapar algo tan gordo. La novela no aprobaría bajo el escrutinio de una mirada adulta y exigente...
 
Pero entretiene, prometido, y estoy segura de que sus hijas (tal y como ella pide en la dedicatoria del libro) estarán orgullosas de su madre.
 
La mejor parte, una vez obviado el gran fallo de la historia, tiene que ver con ese recuerdo recurrente que ella entiende como un funeral futuro, que está por venir y que condicionará mucho su día a día. Precisamente ahí tiene la autora el mérito que necesitaba para que el libro sea pasable y se le pueda perdonar lo otro: ahí mantiene la intriga, ahí consigue que pienses una cosa para luego darte cuenta de que se ha burlado de ti, te ha hecho pensar erróneamente en un resultado que acabará siendo el más inesperado. Ahí te puede ganar la batalla.
 
Puede ser una buena lectura a partir de los once-doce años porque la historia de amor entre London y Luke es muy tierna, y ni existe moralina religiosa, ni son dos despendolados, ni nada parecido. Además, el chico se lo curra, y está bien que los adolescentes se enteren de que a las chicas hay que apoyarlas y enamorarlas, no usarlas.
 
Ya puestos confesaré que me ha gustado el final (que tiene que ver con su extraño recuerdo del funeral) aunque no puedo prometer que me acuerde toda la vida de este libro.
 
Anika Lillo