Anika entre libros

Entrevista a Silvia Miguens por "Catalina la Grande"

"una novela para mí, aún tratándose de personajes históricos es una celebración a la que puedo invitar a todo el mundo"

Firma: Patricia Calvo / Fotos: autora / Diciembre 2006

 

Pocas mujeres en el devenir de la historia levantaron tanta polémica alrededor de su persona como Catalina La Grande. Inteligente, culta, autoritaria, sagaz, apasionada, gran estratega y envuelta en todo tipo de conspiraciones cortesanas, la zarina que gobernó Rusia con mano de hierro, es, sin duda una de las principales protagonistas del convulsionado siglo XVIII.

Charlamos con su autora, Silvia Miguens, de reconocida trayectoria como novelista en Argentina. Ha publicado diversas novelas cuyas protagonistas son siempre grandes mujeres, ha participado en diversos congresos de Género, Literatura e Historia e imparte conferencias y seminarios en universidades de Argentina y Colombia. Ha recibido varios premios literarios entre el que destaca el Ricardo Rojas a su novela Lupe. Ahora nos sorprende de nuevo con una trama apasionante que revela la intensa vida de la emperatriz Catalina de Rusia.

Hablamos de "Catalina La Grande, el poder de la lujuria".

 

 

ENTREVISTA

 

Muchas de tus novelas están protagonizadas por grandes damas de la historia, ¿de dónde viene esta pasión por conocer el papel que jugaron mujeres tan relevantes como Catalina La Grande en la historia?

Aunque parezca pueril el argumento, tal vez me resulta más sencillo ponerme en la piel de una mujer para analizar la historia. Las mujeres somos más filosas a la hora de observar y juzgar los acontecimientos. A la mayoría de los personajes que he tomado les ha tocado "habitar" y ser testigos del siglo XVIII, del XIX y comienzos del XX. Son mujeres que de algún modo dieron cuenta de ello. Fue una época de cambio para la humanidad, especialmente para la mujer y su lucha por la reivindicación de sus derechos. Tal vez esa pasión de la que hablas me surge del deslumbramiento que me provocan aquellas mujeres que a fines del siglo XVIII y durante el XIX, peleaban por cosas que todavía hoy se nos cuestionan a las mujeres, o peor aún, que todavía nos cuestionamos...

Mucho más me deslumbran aquellas que sin pudor, ejercían ya esos derechos por los que otras luchaban. También las había.

 

¿Por qué decidiste escribir una novela sobre Catalina La Grande? ¿Qué aspectos te llamaron especialmente la atención de ella?

Catalina me parece una mujer soberbia. Podemos compartir o no políticamente su ideología o sus métodos, no es eso lo que me preocupa porque considero que eso es la parte de la historia que a cada uno le toca vivir y cualquiera puede juzgar. Me fascinó, en primer lugar, tomar su voz. Verdadero desafío, siempre, para un autor. Tomar su voz no en su propia defensa sino como juez y parte de aquellos episodios en que ella se mostró a la par del hombre, nada menos que tomando la bandera de Pedro el Grande. Una de las cosas que más se tiene en cuenta de ella es su vida sexual. Aunque nos parezca desatinada, mi pregunta y la que puse en su propia voz fue: por qué habrían de juzgarme a mí por cosas que son tan comunes a los hombres… por qué se concede una sonrisa a un rey, sus favoritas y su vida licenciosa, y las mismas cosas significan burla e injuria en una reina. La misma tontería que a diario, aún hoy, podemos escuchar acerca de la vida sexual de un hombre y una mujer, no importa en qué circunstancia. Porque las cosas parecen haber cambiado mucho y sin embargo no estoy segura que tanto a la hora de la verdad.

Además eso de lo que aún hoy se habla con sorna, es sólo una parte de su vida. Catalina era un bichito no sólo de gran sensualidad, era sobre todo una niña carente del afecto necesario que a la hora de jugar con las muñecas es obligada a casarse con un incapaz y a ser la Madrecita de todos los rusos, siendo extranjera además. Por otro lado, era amante de la cultura y durante su reinado se erigieron todas esas construcciones tan bellas como desproporcionadas que conforman la Rusia actual. Construcciones que ni siquiera hoy podrían pensarse en construir. Fue una gran benefactora de hombres como Diderot y Voltaire, aunque finalmente también se burlaron de ella. Cada una de esas anécdotas me daban la pauta de una mujer "hecha y derecha", o sea una como cualquier mujer de hoy, porque no importa el grado de poder, de maldad o de bondad, de inteligencia o de torpeza, de todos modos ciertos hombres se arrogan el derecho a burlarlas… y ciertas mujeres.

 

A la hora de investigar y documentarte para la parte histórica ¿qué fuentes son las que has utilizado y qué tipo de información has encontrado acerca de esta figura histórica?

En general mi objetivo, o propuesta, va más allá de la información histórica. Trato de tomar episodios más o menos conocidos por todos, tal vez los más conocido del personaje y profundizar en el perfil psicológico. Tomé cosas básicas de su biografía, en diccionarios, y en su biografía más conocida, la de Henry Troyat de la que se han vendido tantísimos ejemplares y es por lo tanto la versión más fiel y conocida de Catalina. Así me gusta trabajar. Después, claro, hago la lectura que más conviene para lo que quiero destacar o hacia donde quiero llevar al personaje. También suelo trabajar con otros libros de la época para dar el tono y la escenografía necesaria a la novela. No olvidemos que es novela. No olvidemos que se trata de Rusia. No obstante, busco libertad cuando escribo y poder crear. De todos modos los datos esenciales del personaje, están siempre presentes. Pero es lo personal a lo que apunto, lo cercano a su cotidianidad, y en torno a ella poder lograr lecturas desde todos los ángulos posibles.

Trabajé también con algunos textos de Alejandro Pushkin, como "La hija del capitán", escrito en 1836, donde el poeta cuenta un episodio importante en la vida de Catalina, la rebelión de Emelián Pugachov, un personaje brutal enloquecido por el poder como la mayoría de los personajes de esa época. El libro de Pushkin editado en Rusia en español, es una joya que encontré en una "librería de viejo" de las tantas que pululan por las callecitas de Buenos Aires, tiene reproducciones de la época, por ejemplo un retrato de Catalina encima del cual los rebeldes habían pintado el rostro de Pugachov para luego volver a colgarlo en su sitio de honor con total impunidad. También consulté a poetas como Anna Ajmátova, que aunque es posterior me dio cierto tono al ser-mujer en Rusia. Por supuesto, leí cosas "de y acerca" de Voltaire y Diderot, porque fueron personajes muy cercanos a sus afectos.

En fin, que una novela para mí, aún tratándose de personajes históricos es una celebración a la que puedo invitar a todo el mundo, y por tanto soy la que más se goza esa fiesta.

 

"a veces sucede que los autores nos extrañamos tanto con el personaje y su entorno que los episodios históricos se nos pueden ir un poco de las manos, es involuntario"

 

Después de investigar la figura de la zarina rusa ¿qué es lo que más te sorprendió de ella que no conocías?

La primera sorpresa fue cuando supe que a los cuatro años le colocaron un corsé durante varios años, porque era bastante contrahecha. Y muy especialmente que ese corsé lo hizo y se lo colocaba el verdugo del pueblo… no podía imaginarme aquello… cómo se crece a partir no sólo del desafecto familiar sino con la consigna de que, el que te ayudó a poder mantenerte derecha y sin dolor es el mismo que decapitaba a otras gentes del pueblo. Por otro lado, imaginar una niña inmersa en toda esa vorágine de la realeza… era para mí deslumbrante. En realidad, más incomprensible que deslumbrante. No hay que olvidar que es aún más difícil de imaginar para una personita como yo nacida en el Sur de América. Una niña, además, sometida a las intrigas familiares, el desarraigo de su madre, luego el de su marido, de su hijo; a la soledad cotidiana y aquella a la que infringe el poder…

 

Con esta novela ¿podemos aprender una parte de la historia de Rusia?

Ojalá los lectores puedan, yo aprendí mucho de la historia de Rusia con la novela. Espero haber podido plasmar lo necesario, a veces sucede que los autores nos extrañamos tanto con el personaje y su entorno que los episodios históricos se nos pueden ir un poco de las manos, es involuntario. Mi finalidad, fue que el lector se deslumbrara y enamorara de Catalina, igual que a mí me sucedió; poder transmitir o contagiar esa fascinación, y que le despierte la gran curiosidad de buscar en libros de historia los mismos u otros episodios para redondear la novela. Si la novela despierta esas ganas de abrir los manuales de historia estará logrado el propósito de una "Novela Histórica".

 

En esta novela ¿qué parte podemos decir que sea fiel a los hechos históricos y qué parte es ficción?

Es difícil establecer eso hasta para mí… Los datos primeros, fechas, nacimientos varios, sucesos importantes, el espíritu de la relación del personaje principal con cada uno de los que lo rodean, todo eso está tomado estrictamente de manuales catalinalagrandeo ensayos históricos. Son datos fríos, pero para contarlos es necesario armarles el entorno que los muestre, el escenario, la situación en que se dan. Por ejemplo, el viaje que realizan a Crimea para encontrarse con Potemkin, es realmente un cuento de las Mil y una noches… fue fantástico y claro que sin dudas mucho más fantástico de lo que yo misma soy capaz de imaginar. Potemkin en sí mismo era un personaje de novela fantástica.

Uno de los personajes que hizo el viaje con Catalina cuenta que vivió esa experiencia como un cuento de hadas. También la misma Catalina lo manifiesta de ese modo en sus "Memorias", a las que tuve acceso de manera fragmentada, lamentablemente, pero deben ser fabulosas y que dicen fueron escritas varias veces a distinta edad.

 

Los personajes ficticios se mezclan y me atrevo a decir, se difuminan con los reales de manera que es prácticamente imposible diferenciarlos ¿podrías decirnos un personaje que sea ficticio y qué representa? ¿Por qué lo creaste?

En este caso he trabajado con muy pocos personajes ficticios. O sea, existieron Babet Cardel, su nana, y el tío Jorge Luis, por ejemplo, pero de todos modos fue necesario darles una textura y ponerlos a hablar, por lo tanto imprescindible ficcionalizarlos para darles credibilidad. Tal vez es una contradicción pero así los he escrito. En el caso del verdugo que hizo el corsé, inventé sólo el nombre y su situación, pero es real que en ese momento el verdugo del pueblo que hacía de médico y de brazo armado de la ley fue el que le puso un corsé, una pequeña cárcel portátil, a una niña de cuatro años!.

 

¿Qué personaje de la novela te gusta más y por qué?

Sin duda, Catalina, y Potemkin que me parece un ser extraordinario, fascinante. Y cuando digo "extraordinario" me refiero como personaje de novela… no como persona ¿se entiende? También su nieto Alejandro, del cual me gustaría seguir escribiendo ¿Por qué? No lo tengo claro. Veo ternura en ellos y pasión por la vida. Mucho de locura, ese pasar de la dicha a la desdicha con sólo pestañear.

 

Se ha escrito mucho sobre Catalina de Rusia y hay numerosas "leyendas" sobre los apetitos sexuales de la emperatriz…¿qué hay de cierto en todo esto?

Lo de los apetitos sexuales es todo un tema. Ella era sin duda ambiciosa, glotona con todo… ella misma confiesa que está ávida de cultura, ávida de poder, por qué no habría de estar ávida de amor… para empezar porque no lo tuvo de niña; en cuanto al sexo ¿por qué no podría ejercer igual glotonería o avidez que un hombre? Tal vez lo juzgamos con los ojos de hoy que siempre son más pudorosos. En cuanto a lo de si murió teniendo sexo con su caballo, no lo creo, no se ha probado y me pareció una tontería trabajar ese tema; sin embargo no me cabe duda que en muchos casos el calor animal, y la ternura, la lealtad, (hablo de "calor, ternura y lealtad"), son tanto más reconfortantes que el de los humanos que nos rodean… por lo tanto, tal vez no murió teniendo sexo con su caballo pero podría ser que hubiera muerto buscando el calor y la entrega incondicional de su caballo, cobijándose al amparo de su calor animal o primario… porque estaba claro que ése fue un sentimiento que nunca tuvo a su alrededor.

 

La historia de Catalina es una historia de superación de obstáculos durante toda su vida, desde la poca agraciada Figchen con sus problemas físicos pasando por la zarina ignorada durante años por su propio esposo, Pedro Ulrico, e incluso llegando a ser la madre a la que le arrebatan los hijos nada más nacer… ¿de dónde crees que sacaba las fuerzas para salir adelante?

Eso es lo que más conmueve. Son las cosas que me conmueven de estos personajes de antaño. Hoy somos débiles. Supongo que las condiciones de vida en sí eran tan duras que todos debían ser más fuertes. Además si la opción era ser la zarina rusa o una campesina, no tuvo mucho para elegir. Si en verdad era hija natural de Federico II de Prusia, ya era una mujer de raza, sin duda. El poder, la lucha, el afán de conquista… lo llevaba en la sangre aunque nunca llevase sangre Romanov, ni ella ni ninguno de sus descendientes.

 

Me ha llamado especialmente la atención el tema de la promiscuidad en la corte en aquellos años y la benevolencia e incluso la aceptación social con la que se veía que la zarina tuviese numerosos amantes… ¿esto era habitual en todas las cortes europeas?

No sé mucho de las costumbres de la realeza pero creo que debe ser habitual, o debería ser habitual. De hecho lo primero era lo primero, "parir herederos y perpetuar dinastías"… entonces si para dar un heredero a la corona rusa le meten en la cama un primer amante y todos cierran los ojos, empezando por su marido… cómo no iba a cobrarse esa afrenta cada día de su vida. Muy especialmente cuando a poco de parir el primer hijo le quitan no sólo el hijo sino el amante que le habían impuesto y del cual se había enamorado.

 

¿Hasta qué punto "los favoritos" de las reinas podían intervenir en asuntos de estado?

Supongo que bastante, en el caso de Potemkin sin dudas, errado o no, intervino altamente en las cuestiones de Estado; también al parecer el último de sus favoritos.

 

¿Quién crees que fue la persona que más influencia causó en Catalina, la que marcó su vida?

Sin dudas su nana Babet Cardel, que le transmitió gran cultura y la lengua francesa convirtiéndola en una conocedora, voluptuosa, de todas las formas del arte y la vida. Su tío por cierto fue de gran influencia en lo afectivo, de ahí toda su sensualidad exacerbada. Y mal que le haya pesado a la misma Figchen, heredó la ambición de su madre, o la llevó a cabo según su modelo.

 

¿Qué aspectos de la política de Catalina promovieron la modernización de Rusia?

Creo que todos, porque dio pautas de lo que se debe y lo que no, con la misma fuerza y entrega para todas las políticas públicas. No sólo ella directamente sino lo que pasó a sus herederos, especialmente a su nieto Alejandro.

 

¿Qué le debe el pueblo ruso a esta inteligente, culta, autoritaria y sagaz emperatriz?

Creo que hizo la suficiente historia como para dar el perfil de los rusos, aún hoy, magníficamente además, sobre todo sin ser siquiera rusa. Los rodeó de un refinamiento y belleza que aún perdura y le deben el ballet, el teatro, la literatura, las mejoras en torno a la niñez. ¿Quién podrá quitarle méritos a aquello de haberse inoculado por primera vez, ella misma y a su hijo, la vacuna contra la viruela, aún a riesgo de morir con el experimento?. Tal vez le deban también lo de vivir apasionadamente la vida, y hasta los vaivenes de la política.

 

¿Podemos decir que Catalina era una mujer avanzada para el tiempo que le tocó vivir? ¿En qué se refleja esto?

Sí, fue avanzada sin dudas. Sobre todo si la comparamos con los gobernantes de hoy. Y repito, no importa si compartimos o no su ideología política, de todos modos tuvo actitudes o generó situaciones políticas y sociales que mucho más adelante se repiten en otros países dando la pauta de lo que se debe hacer y lo que no.

 

Creo que has sabido encontrar el equilibrio entre la Catalina autoritaria, estratega, política… y la Catalina apasionada, cariñosa, amante de su familia, especialmente de su nieto Alejandro, que años más tarde se convertiría en Zar… ¿cómo lo has conseguido?

¡Gracias por el elogio! Tal vez resulte de mi mirada, en esa dirección enfoco la mirada cuando investigo: el equilibrio. Creo que así deberíamos ser a diario todos, tal vez sea mi propia búsqueda y al no poder lograrlo en mí, armo lo más equilibrado posible a mis personajes… en el caso de Catalina, el equilibrio se lo da la pasión creo, la misma pasión pone en todos sus actos, los peores y los más loables. Por lo tanto, no me refiero a que debemos "ser equilibrados" en la vida, sino a que deberíamos poder conciliar, por ejemplo: al estratega con el espontáneo, método versus pasión en su justa medida cada cosa.

 

Después de los numerosos libros publicados sobre Catalina, ¿qué podemos encontrar en este libro que no hayamos leído ya?

Espero que la ternura, la ternura posible y real de una mujer que supo ganarse un lugar en la historia, con pasión y entrega en cada acto de la vida.

 

Me gustaría que recomendaras tu libro a los lectores…

Ah, difícil tarea… tal vez se lo recomiendo por ser uno de los que más me conmovió al escribirlo; o tal vez, porque se trata de una mujer que nos transmite poder, el poder de la lucha, de la perseverancia, de la resolución frente a la adversidad… porque fue así para acceder y perdurar en la corte rusa pero hubiera sido igual de intensa y vital en cualquier pueblito perdido ejerciendo cualquier actividad; o tal vez porque de haber nacido en otra época y lugar, podría haber sido Eva Perón en el siglo XX en Buenos Aires, o Flora Tristán en el XIX en París, o bueno, tantas otras que como ella rompieron los parámetros establecidos del ser-mujer.

 

¿Tienes algún nuevo proyecto de novela que se vaya a lanzar próximamente? ¿o no se puede desvelar?

Estoy trabajando con Isabel II de España. Y me da mucho trabajo… tantos son los personajes que la rodean… y tan "personajes" todos…, o tal vez me cuesta porque se trata de un período histórico más cercano en el tiempo y que de algún modo es parte de la historia argentina y americana, si consideramos las políticas de su padre, Fernando VII. También estoy investigando sobre Flora Tristán, otra mujer soberbia.

 

Muchas gracias Silvia por regalarnos este pedacito de historia…

Gracias a vosotros.

 

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