Anika entre libros

Entrevista a Santiago Morata por "El constructor de pirámides"

"El pueblo egipcio era amante de la vida, la alegría de vivir y la mujer casi sobre cualquier cosa. La mujer estaba protegida por la ley y podía solicitar el divorcio, compensaciones económicas y penas para el maltratador. Pero las leyes están hechas para los ciudadanos, no para los faraones"

Firma: Miguel Ángel León Asuero / Fotos cedidas por el autor / Noviembre 2011

 

El escritor aragonés Santiago Morata acaba de publicar con Ediciones Pámies su tercera novela, titulada "El constructor de pirámides", habiendo accedido amablemente a que le entrevistemos para Anika Entre Libros.

Como en anteriores ocasiones, al tratarse ésta de una entrevista no presencial, realizada por internet, me veo obligado a imaginar el entorno que pudiera rodearnos mientras yo le pregunto y él me responde.

Y es así como me encuentro a Santiago Morata a cuarenta kilómetros al sur de El Cairo, en Dahshur, en una porción de desierto situada en la ribera occidental del Nilo y al pie de la Pirámide Roja de Snefru. Está en cuclillas ante una caja de madera llena de lo que a mí me parecen piedras pero que a él le tienen absorto. El sol cae a plomo y el sudor le empapa la camisa de explorador.

Me ha visto acercarme, pero permanece allí agachado escudriñando dentro de la caja hasta el momento en que llego a su lado. Sólo entonces se pone en pie con una radiante sonrisa de bienvenida y goterones de sudor que le caen por las sienes. Se le ve feliz de estar allí y de hacer lo que está haciendo, y tras una breve charla inicial, entramos en materia…

 

ENTREVISTA

 

La primera pregunta es inevitable y la disparo a bocajarro. Santiago, ¿por qué te atrae tanto el Antiguo Egipto? - El autor me mira fijamente con su permanente sonrisa y los ojos a medio cerrar, por el sol, que le hace descomponer el gesto en una mueca inconfundible. Con la diestra se quita el sombrero y con la manga se seca el sudor de la frente. Vuelve la cabeza hacia la pirámide que hay a su espalda y me responde-.

Por esto. Mira y dime que no es una maravilla, que no te resulta misterioso y exótico, que no despierta en tu curiosidad mil preguntas, que no sientes deseos de abrazarte a la piedra y capturar un poco de su poder latente, que no te gustaría cerrar los ojos y vivir un minuto en aquel periodo, ver sus dioses de aspecto amenazador, mirar a los ojos al morata2faraón... Y mil razones más. No me digas que no te preguntas qué tesoros hay escondidos bajo la arena que pisas. Yo quería dar respuesta a todas esas preguntas de igual manera comprensible para un neófito que para un erudito, a través de una historia bonita, rápida y que enganche. Los lectores juzgarán si lo he conseguido.- Me enseña la cantimplora, como ofreciéndome un poco de agua, y ante mi negativa con la cabeza, da un trago y enrosca de nuevo el tapón-.

 

Es evidente que "El constructor de pirámides" ha necesitado una enorme tarea de documentación. Cuéntanos en qué ha consistido. - Mientras se acaricia la rasposa barba de varios días, me contesta-.

Y tanto. Respeto cualquier tipo de novela y ya no defiendo el rigor con tanta vehemencia como antes, pero he escogido este modo de escribir y de momento lo seguiré manteniendo, a pesar de que se me va de año a año y medio antes de escribir una sola palabra en investigación y estudio. Afortunadamente, con cada nueva novela cuento con el apoyo de más y más expertos, egiptólogos de gran prestigio e historiadores, que me hacen más fácil la búsqueda de datos y me corroboran más tarde la historia que la novela contiene, que es mucha. Pero no pretendo dar clases de historia, sino hacer que los lectores se interesen por ella. Hay que ser honesto. - Le interrumpe un operario egipcio con túnica y turbante blancos. Se ve que ha estado en La Meca. Le entrega un pequeño objeto de color turquesa que Morata observa durante unos segundos antes de devolvérselo. Me mira, sonriente, y me dice que es Khepri, el escarabajo sagrado de piedra verde que los antiguos egipcios colocaban en el pecho de los cadáveres en sustitución de su corazón, para evitar que éste testimoniara en contra del difunto en el juicio de los muertos - .

 

Santiago, es evidente que no todo en esta novela puede ser Historia pura y dura. ¿Qué proporción entre Historia y Ficción existe en ella? - Me hace un gesto para que le acompañe, y empieza a andar hacia la Pirámide Roja. Yo me pongo a su lado mientras noto cómo el sudor baja por mi espalda, y le escucho atento-.

Lo importante no es la proporción, aunque mis personajes verídicos lo son al cien por cien y cumplen con la historia en las tramas a un, podríamos decir, ochenta por ciento, pero repito, lo importante es la honestidad. Por muy cuidada que esté la novela, no deja de ser novela y novela es ficción por naturaleza. Puede parecer una contradicción, pero es necesario. Debemos dejar en su sitio a los egiptólogos e historiadores y no usurpar su lugar. Nosotros somos novelistas y llegamos donde ellos no se atreven, partiendo de sus conocimientos, porque unimos a ellos nuestra imaginación, capacidad de análisis y razonamiento histórico. Por ejemplo, si hoy en día leemos dos periódicos, de izquierdas y derechas, la misma noticia variará mucho. Del mismo modo hay distintas corrientes históricas y los novelistas podemos escoger la que mejor se adapta a nuestras tramas. No estábamos allí como testigos de la historia escrita y nos tomamos licencias. Y todo eso no quita para un tremendo trabajo. Pero mi compromiso personal requiere que, en el epílogo, se detallen las licencias que me haya podido tomar (absolutamente necesarias en cualquier novela) para no confundir al lector. Eso sí es lo importante. También es importante la relación entre la cantidad de historia y la rapidez de la lectura. Yo pretendo no parecer pedante, sino que el ritmo sea vertiginoso y que la historia que se quede en el lector, sea en forma de curiosidades maravillosas y no datos puros y duros metidos con calzador.

 

¿Cuáles consideras que son los requisitos fundamentales que debe cumplir una novela histórica? - Hemos llegado a una zanja de la que salen paletadas de arena que vuelan por el aire hasta un montículo cercano. Ambos nos asomamos y vemos cómo dos operarios se afanan allá abajo por dejar al aire algo que parece una enorme piedra con varios símbolos tallados-.

Una novela per se, debe entretener. Da igual que sea histórica o de amor. La historia, el amor y todo lo demás, por mucho que lo hayamos trabajado, son valores secundarios. Después de esa condición sine qua non, puedes tratar de aportar historia, personajes con vida, buenos diálogos, vida cotidiana, anécdotas históricas, tramas interesantes, etc, etc. Luego, la novela histórica, debe ser honesta y no despistar al lector. Si un noventa por ciento de la novela es cierto y ese diez por ciento de licencia novelesca no es comunicado al lector, en mi opinión ya no va estar bien informado. Pero repito que es una opinión personal y no reprocharé nunca a compañeros novelistas que diseñen sus novelas como quieran. Como dicen los historiadores, el papel lo aguanta todo.- Termina de hablar y vuelve a secarse el sudor, esta vez con un pañuelo que saca del bolsillo y que luego se anuda al cuello. Me llama la atención su reloj, redondo, grande y de esfera transparente, con la maquinaria a morata3la vista. Las ruedecilla y engranajes brillan al sol.

 

Algunos pasajes de tu libro cuentan un trato nada deseable respecto de los personajes femeninos. ¿Era eso habitual en el Antiguo Egipto? - Santiago frunce el ceño y mueve la cabeza como diciendo "sabía que me ibas a preguntar eso"-.

En absoluto. El pueblo egipcio era amante de la vida, la alegría de vivir y la mujer casi sobre cualquier cosa. La mujer estaba protegida por la ley y podía solicitar el divorcio, compensaciones económicas y penas para el maltratador. Pero las leyes están hechas para los ciudadanos, no para los faraones. El trato que doy a los personajes femeninos es de mucho cariño, pero los episodios más cruentos los cuento sin tapujos ni cortapisas, del mismo modo que descubro la historia como era. Piensa que los historiadores dicen de Keops que llegó a prostituir a su propia hija para financiar su pirámide. Retrato a los personajes por sus acciones, y si las tramas les maltratan, no lo voy a cubrir con velos, sean hombres y mujeres, pero eso no significa que las maltrate. No. Te voy a contar una anécdota que te hará cambiar de idea. En mi siguiente novela, sobre una famosa faraón y su amante, los egiptólogos que me asesoraron fueron los que llevaban la excavación de sus tumbas, con lo que nadie sabe más de ellos. Pues después de escribir la novela, cuando la llevé a su estudio para corroborarla, me dijeron: Felicidades, pero no para ti, sino para tu mujer, porque para describir un amor así, hay que sentirlo.- Y dicho esto, vuelve a sonreir.

 

¿Tienes pensado si todas tus obras van a ser novela histórica y sobre el Antiguo Egipto o por el contrario vas a probar otros géneros?

Me encanta la historia y la novela histórica, pero no significa que no pueda hacer otros palos. De hecho, tengo una novela de ficción futurista sobre el destino del mundo por los efectos de nuestra estupidez antiecologista, que espero salga pronto. La escribí como mero entretenimiento entre dos estudios extenuantes, como para relajarme, y no dudo que lo volveré a hacer si el resultado gusta. También tengo por ahí retazos de relatos de humor sobre mis viajes, un poco al estilo ácido del club de la comedia, que cuando pueda publicar, garantizo que van a arrancar muchas carcajadas. Me gusta hacer cosas diferentes. Si tuviera tiempo, me encantaría intentar hacer algo de escultura, pero lo dejaré para otra vida.

 

Además de escritor, eres pintor. ¿Cuál es tu estilo? ¿Podrías decirnos algo sobre tus cuadros? - Creo que no se esperaba esta pregunta, porque levanta las cejas y abre mucho los ojos.

¡Ay, la pintura! Los libros me han ido todo lo bien que no me fue la pintura, y eso que empezaba a tener un estilo propio estupendo. Impresionista, con mucha fuerza, con pinceladas fuertes, con mucho volumen, cuadros que dicen, que sugieren, bonitos y con vida, alejados de la pintura abstracta que tanto odio. Sé que me voy a ganar enemigos, pero creo que es un fraude. Siempre doy el mismo ejemplo. En los 60 en Nueva York, hubo un artista que se cagó en treinta latas de sardinas y las vendió como mierda enlatada a una pasta la lata. El valor artístico estaba en que si querías comprobar lo que había en su interior, perdería su valor.

Es un ejemplo muy bueno. Eso no es arte. Es marketing, como el Código da Vinci o como vender cuatro churretes y dos manchas pretendiendo que representa la condición humana. Vemos ejemplos en ARCO todos los años, cómo cuadros pintados por niños se cotizan entre los adultos por una pasta. Disculpa que me cabree pero ese tema me saca de quicio.- Mientras contestaba, estaba desenroscando de nuevo el tapón de la cantimplora, a la que ahora da un trago largo. La mueve un poco y se da cuenta de que está vacía, por lo que la cuelga del mango de una de las palas que hay clavadas en la arena junto a la zanja. Dice algo en inglés y rápidamente se acerca un operario que deambulaba ocioso por allí. Se lleva la cantimplora hacia las tiendas que hay a unos metros, al lado de los camiones.

 

Santiago, se ve que eres una persona muy activa -le digo esto poniéndole una mano sobre el hombro, demostrándole admiración- ¿De dónde sacas el tiempo para compaginar trabajo, escritura y pintura? - Morata se ríe francamente.

No te confundas, amigo mío. Ya no pinto. No tengo tiempo, y para escribir debo recurrir a una disciplina casi militar. La primera prioridad es mi familia (mi mujer), luego el trabajo y después, el tiempo que me queda (incluido fines de semana y muchas horas de imaginaria) para estudiar y escribir. Ella me ayuda con las transcripciones y me ahorra mucho tiempo de ordenador, que es matador para la espalda. Sólo lamento no dedicarle más tiempo a los míos. Pero es cierto que, como decía Picasso, si viene la inspiración, mejor que te pille currando.- Y se queda mirándome. Los ojos le brillan bajo el ala del sombrero.

  

Sé que es una pregunta muy trillada, pero estoy seguro de que a los seguidores de Anika Entre Libros les va a interesar… ¿Tienes ya en marcha tu siguiente novela? ¿Puedes contarnos algo sobre ella?

Tengo escritas dos novelas, cuya publicación (como esta que tienes en la mano) se retardó por la crisis y deben ver la luz pronto, la de la faraón y la de ficción. Ahora estoy escribriendo sobre la Europa de Felipe II, dos novelas de ámbito global, no sólo centradas en España ni en el Rey Prudente, sino a nivel europeo y aún mundial. Es más fácil comprender la historia cuando la ves a vista de pájaro. Es una apuesta muy ambiciosa, morata1donde creo que daré mi verdadera talla como escritor, así que, como dicen los yankies, voy a poner toda la carne en el asador.

 

Por último, ¿Cómo ves el panorama tanto literario como editorial en los tiempos que corren? - El autor cambia un poco el gesto. Mira al cielo, luego al suelo y con la bota remueve la caliente arena, como si estuviera pensando lo que va a contestar…

Más o menos como nuestra prima de riesgo. Yo nunca he creído aquello de que en España se lee mucho. Los que leen, leen mucho, por los que no leen, y las estadísticas resultan buenas, pero la gente de a pie no lee, y con la crisis se han llegado a cifras de los 60 o los 70, pero el panorama no es bueno. Y además están los ebooks, la piratería... Gracias a Dios, yo pago mi hipoteca como todo hijo de vecino con el fruto de mi trabajo como experto en marketing internacional, pero pobre del escritor que dependa de los royalties para vivir. Sólo espero que la economía se arregle algo y la tendencia no sea tan pesimista. Está claro que para mí, escribir es un hobby que me da muchas satisfacciones (aunque también genera mucha tensión), pero si esperara sacar rendimiento económico, me hubiera esperado unos cinco años a publicar.- Ha vuelto el que se llevó la cantimplora. Cuando está a unos pasos, Santiago le hace gesto de que se la lance. Yo la veo volar por el aire describiendo una parábola hasta que es atrapada en pleno vuelo por el autor sin esfuerzo. Cuatro o cinco gotas de agua han caído a la arena dejando otros tantos círculos que se secan en un instante. Hace demasiado calor, queda mucha tarea por hacer y yo estoy estorbando.

 

Santiago, veo que tienes muchas cosas que hacer, así que acabo pronto. ¿Hay algo más que quisieras decir a los lectores de Anika Entre Libros? - Amable, como siempre, Morata pone gesto de complacencia, haciéndome ver que está a gusto, pero yo sé que tiene cosas pendientes, así que le dejo terminar.

Sólo agradeceros a ti, a Anika y a foros literarios y personas que difunden y hablan sobre libros, porque hoy, tristemente, es casi más importante el venderse bien que el producto en sí (recuerda las latas de sardinas) y la venta de cada libro es tan artesanal que uno termina sintiéndose un poco como aquel don Manolo de las tiras de Mafalda que siempre pregonaba las virtudes de su mercadería. Lo que hacéis es tan importante que vuestra labor no se paga con dinero, como las personas que leen mi libro y hablan bien (o mal) de él. Es la mejor publicidad y para ellos va mi agradecimiento.- Y, dicho esto, me ofrece la mano, que yo estrecho alegremente mientras él me aprieta el brazo, afianzando aún más el saludo, si cabe. Luego, se echa mano al bolsillo trasero del pantalón, de donde asoma un mango de madera. Santiago saca de allí un pequeño palaustre y me dice adiós mientras se da la vuelta y empieza a rodear el agujero del suelo. Yo le doy las gracias con un gesto de la cabeza

 

Cuando se para, vuelve a hablar en inglés. Esta vez, sus palabras van dirigidas hacia los de allá abajo. Me mira, de nuevo con esa sonrisa que le caracteriza, y da un pequeño salto, desapareciendo dentro de la zanja. Le oigo aterrizar en el fondo y a continuación me llegan desde allí sus risas, mezcladas con las de los operarios.

 

El sol pronto empezará a esconderse tras la Pirámide Roja. Osiris está a punto de iniciar su viaje nocturno por el mundo de los muertos, hasta que resurja al día siguiente a la vida por el punto opuesto del horizonte.

Yo, inicio mi camino de vuelta a la realidad…

 

ver + Santiago Morata

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar