Anika entre libros

Entrevista a Roberto Lumbreras Blanco por "El mes de la Gioconda"

"Mis afinidades con Ramón Gómez de la Serna, son desde cosmovisionales (Nietzsche y el vitalismo) hasta estéticas; el aforismo, y el humor inseparable de una visión trágica de la vida."

Firma: Anika Lillo / Fotos: autor / Julio 2004

 

Roberto Lumbreras Blanco posee un fantástico sentido del humor (como podréis comprobar al 'finalizar' la entrevista -incluso durante ella-) que consigue traspasar a sus obras. Yo he leído íntegra la pieza de teatro El mes de la Gioconda y me ha servido para reir y pasar un buen rato, casi podía imaginar a los personajes, Claudia y Fernando, hablando en el piso de ella, y además me ha dado las pistas para elaborar esta entrevista, que dicho sea de paso, me ha divertido mucho también.

¿Es el autor como sus obras? no sé los demás, pero Roberto se ha mostrado durante nuestra comunicación por e-mail con el mismo sentido del humor que muestra su obra. Este carácter es una pista para conocer su teatro, pero el resto de pistas nos las da él personalmente hablándonos de su influencias, su pensamiento, su trabajo...

Con su obra Hasta que la boda nos separe fue Premio Alejandro Casona 2001, Finalista Premio Calderón de la Barca 2001 y Premio Luis Maté de Teatro 2003. Ha escrito novela, teatro, ensayos, poesía y ha dado conferencias sobre Ramón Gómez de la Serna.

Acaba de sacar del horno la obra Habitaciones divorciadas y ya podemos leerla online.

 

 

ENTREVISTA

 

¿Qué influencias hay de Ramón Gómez de la Serna y sus greguerías en tu obra?

Más que influencia, en un orden estricto cronológico y causal, diré que afinidades. De hecho yo descubrí a Ramón a instancias de mi profesor de Literatura en el bachillerato. Mis colaboraciones en la prensa local (aforismos), tenían según este profesor afinidades con unas llamadas "greguerías" de un tal Ramón Gómez de la Serna. Fue mi descubrimiento de Ramón. Un escritor de culto para muchos escritores, desde el desparecido Cela hasta Juan Manuel de Prada (su libro Coños es un homenaje al libro de Ramón Senos). Mis afinidades con Ramón, son desde cosmovisionales (Nietzsche y el vitalismo) hasta estéticas; el aforismo, y el humor inseparable de una visión trágica de la vida.

 

¿Podrías definir qué es exactamente una "greguería"?

"Metáfora más humor", es la definición clásica, pero simplista. Es un género emparentado con el aforismo, pero que no agota la idea sino que ab initio es una mirada desde un cierto ángulo, un apunte que se sumará a un acervo de ellos, a un breviario monográfico sobre ese tema-objeto. La greguería no es dogmática, busca la sorpresa, la definición menos unívoca y más insospechada, más original, más lúdica, emparentada con la manía infantil y virginal de poner motes (etiquetas) a todo lo que se pone a tiro... Se podría decir que el valor de la definición supera al valor del objeto, que el objeto fue creado para que el greguerizador -verdadero demiurgo - pudiera redefinirlo, ver lo insospechado que hay en él como psicólogo de las cosas.

 

Tu obra se caracteriza también por el humor ¿cómo definirías ese humor?

Es un humor que no persigue la risa sino la sorpresa; en todo caso, esa sonrisa contenida de las Giocondas, que no deben reír para no salir movidas en el cuadro (esto podría ser una "metagreguería").

Sobre mi poética (ideario personal del creador) remito a mi sitio web, allí expongo mi concepción antirrealista de la Literatura.

 

Comedia y dramatismo ¿es por eso que prefieres el teatro?.

Yo no soy escritor de género. Menos guión de cine y prospectos farmacéuticos, he escrito de todo. Aunque soy consciente de que en el teatro me muevo como pez en el agua. Y me atrae especialmente por dos motivos:

Primero: Por su dificultad, el perfil especial que requiere. Hay que ser un poco poeta y psicólogo y arquitecto, tener buen oído, instinto dramático, una rara mezcla de pasión y razón (la primera para seducir, la segunda para convencer), la imaginación de un novelista para elaborar un argumento sólido (que sería el esqueleto de la obra) y el ingenio de un aforismista para trazar esa maraña o entramado de ideas llamado en el argot "carpintería" (que sería el grupo muscular-nervioso, siguiendo con la alegoría del cuerpo humano). En la hora y media de la función no puedes fallar una escena, ni un minuto. Un drama (comedia o tragedia) es un mecanismo de relojería, los nudos de acción y las ideas están en perfecta interacción (si un tendón falla repercute en todo el cuerpo del drama, que se ve contrahecho).

Segundo: Es un arte total (idea wagneriana), suma sinérgica de artes (actores, director, dramaturgo, escenógrafo, técnicos en sonido, y luminotécnia, vestuario, etc.)

Y es un arte por encima de otros pues te permite un ejercicio de poder ultra-creador o demiúrgico, por el que tus ideas se hacen vivas a través de seres vivos (ya os adelanto que soy bastante egocéntrico).

 

De todos modos has escrito una fábula (en forma de novela, e inédita, por cierto) ¿para cambiar de aires, porque creías en ella, porque necesitas ampliar tu necesidad de tocas otros géneros…?

Te refieres a mi única novela: Aún es tarde. Cuando en la reseña hablo de ella como "fábula", es en sentido de invención pura, en sentido antirrealista: fabular es inventar, "invencionar". No me refiero a la fábula como historieta con moraleja al estilo de Esopo, Lafontaine o Samaniego. "Fabular" es un término caro a escritores como Borges: La literatura como creación, ignorando, huyendo incluso de la verdad, con pretensiones de crear otra verdad, un mundo paralelo y no para lelos.

La he escrito porque necesitaba hacerlo, se te acumulan ideas que van pidiendo salir, presionando como el agua en un embalse, y al final "rompes aguas". Esto es una referencia a la tipología de escritor vivíparo, según Unamuno, con la que me identifico. El "vivíparo" (frente al "ovíparo"), tiene un periodo de gestación largo y mental de la idea y al final la novela sale de golpe, en una escritura febril, rápida, como un parto.

 

¿La veremos publicada?

Todos mis confidentes han dicho flores de ella (profesores de universidad extranjeros, y una profesora de Crítica Literaria de una prestigiosa universidad española, que aprecio y admiro) pero, parece que el mercado del libro en España no está por la labor: lo abre la primavera de El Corte Inglés y su premio Primavera de Novela... y la cierra, con el año, el Planeta Fun Fun Fun, y sus libros-regalo navideño.

lumbreras-webDe momento, mientras haya lectores de novelas que las usan para la lectura pre-sueño (somníferos), veo difícil la publicación de la mía. Pero no me importa. No voy a hacerme exiliado político para que me echen una manita, ni hacerme famosete para que me hagan publicidad por la jeta en Radiotelevisión Española.

Y mientras se crea un premio cabal que se merezca mi novela, para los interesados en leerla en "word" y liofilizada en "zip", será un placer enviársela. Sólo tienen que solicitármela (no olviden el "por favor" en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado) a través de mi sitio web: http://www.robertolumbreras.com/.

Advertencia: Esta novela no es un medicamento. No la lean antes de dormirse porque contiene literatura-literatura, y el esfuerzo de decodificación de las metáforas puede despabilarlos.

 

No puedo evitar volver a Serna... Tanta influencia me hace ser mal pensada ¿no serás la reencarnación de este autor?

Lo de la reencarnación está en mi web dicho con ironía. Sucede que normalmente en la primera obra uno homenajea mucho. En mi caso lo hice al escritor que provocó mi "descabalgamiento paulino", mostrándome la vocación de escritor. Además (la comencé a escribir en invierno de 1988), se publicó en marzo del 2002 , en el cuadragésimo centenario de Ramón, y se juntó con la efeméride de Ramón: el cuadragésimo aniversario de su muerte.. El exdirector del diario El Adelantado de Segovia (donde comenzamos Ramón y yo ha publicar), Pablo Martín Cantalejo, que es ramonista, y el encargado de lanzar los llamamientos a los homenajes ramonianos en cada efeméride, hizo lo propio desde la prensa, pidiendo cuanto menos un ciclo de conferencias sobre el egregio vecino de Segovia y autor de la novela El secreto del Acueducto. Como nadie daba un paso al frente, me presenté de voluntario. No tenía tiempo para atacar el océano de Ramón como se merece, y estaba agobiándome, y cuando quise volverme atrás y despachar mi homenaje con un artículo de fondo, de mucho fondo, su sobrino nieto, Andrés Gíl Gómez de la Serna, me recordó el compromiso adquirido. Al final cumplí, y casi me da un soponcio. Pero salió bien.

Volviendo a la influencia del inventor de la greguería, si yo ahora escribiera Ramón con mayúsculas, RAMÓN, muchos se apresurarían a decir que le profeso adoración . Pero lo cierto es que así firmaba él: simplemente RAMÓN, pero con mayúsculas. Sin embargo hay culto, no lo niego, aunque no más que el que le profesaron, dicho a vote pronto, cinco premios Nobeles de Literatura: Cela, que lo califica de "Luminaria de la Literatura", Octavio Paz que le llama "El Escritor, La Escritura", Neruda para quien Ramón es el "Monarca mental" (además de pedir el Nobel insistentemente para RAMÓN), Vicente Aleixandre que habló de la injusticia de su olvido, o García Márquez, quien lo citaba constantemente en su revista La Jirafa. La lista de escritores admiradores RAMÓN, Nobeles o castigados sin el nobel como Borges, y en cualquier caso gigantes de las letras hispanoamericanas. Sería larguísima.

 

¿Qué otras influencias hay en tu obra?

Según mi mentor y primer confidente, no ve ninguna filiación evidente. Será porque no leo a casi nadie (característica que se da mucho en la especie del escritor) y escribo lo que me gustaría leer a mí, lo que no encuentro (y como estoy desanimado en la búsqueda y escéptico, por eso no leo a casi nadie).

 

Tú has dicho: "Escribo lo que me gusta a mí, que es exactamente lo que me gustaría leer: el artista, como el amante, debe gustarse así mismo para gustar a los demás."… ¿nunca escribes nada pensando en los gustos ajenos?.

¿Pensando en gustos ajenos? No. Sería un camino autodestructivo para el creador. Además, ¿acaso se pueden unir suficientes lectores para definirse en un gusto concreto que no me obligue a hacer cien mil novelas, al gusto de cada consumidor?... ¿O por el contrario quiere que lo sorprendas, conocerte a ti, o a él a través de ti?. En la Literatura, el que paga no manda. El escritor es un tirano, impone, pero corre el riesgo ser un incomprendido o ser comprendido hasta por los caballos (lo que es peor).

El lector debe ser un buen amante, o sea: aceptarte como eres. Tú lo has dicho muy bien. Escribo lo que me gusta a mí. Pero para comunicar, para que me quieran. Lo dijo así García Márquez: "El lector escribe para que lo quieran". El objetivo es comunicar. Hasta los diarios íntimos acaban publicándose: están escritos en primera persona, pero hacia el otro.

 

¿Quién es tu mayor crítico?

Roberto Lumbreras, horas o días después de releer el parto literario.

 

Tu obra literaria no es muy extensa pero sí tienes varios títulos publicados. Ahora mismo ofreces al internauta la posibilidad de leer tu último trabajo, "El mes de la Gioconda", desde "Anika Entre Libros" y también desde tu web. ¿Cómo definirías esta pieza de teatro? (que, por cierto, se lee en un rato).

Mi curriculum no puede ser muy extenso. Mi caso es extraño. Un vocación muy precoz, escribiendo en la prensa regional. Y, justo cuando con ventiún años el periódico local de Valladolid (El Norte de Castilla) afirma que soy "una pluma llamada a ocupar un puesto de prestigio", no tengo inconveniente en cambiar el "chip" y tirarme quince años sin escribir. Lo retomo a los treinta y seis. Y ahora, a mis cuarenta y uno, sólo tengo escritas ocho obras. No tengo prisa. No busco el éxito; en todo caso, la gloria (todavía hay clases).

Sobre El mes de la Gioconda, te diré que es un "juguete escénico", una pieza de relojería dramatúrgica, de 40 minutos en clave de tragedia cómica. Es mi toma de contacto con la dramaturgia después de tres años entre la novela y el ensayo. Está dedicada a quien fue mi confidente en este regreso dramatúrgico, el eminente hispanista "de amplio espectro", maestro de dos generaciones de hispanistas, Rodolfo Cardona, por preciadísimo consejero en este pieza breve.

 

Los giros que se producen en tu obra, ¿están meditados o te dejas llevar?

Los giros te los entiendo como "tropos", y en sentido aristotélico. Sí, los uso premeditadamente para sorprender, pues eso es según Aristóteles el objetivo primordial de la Literatura. Por tanto, te confesaré que el trabajo literario está más meditado de lo que crees. Digamos que el sustrato o esqueleto debe estar perfectamente tramado y calculado, luego hay un espacio para la auto-sorpresa, el regocijo del creador. Por supuesto la sorpresa primera es la sorpresa para sí mismo. Como le hago decir a Ramón en mi primera obra y comedia-homenaje a él: "Sorpréndete a ti mismo: éste debería ser el verdadero lema, pues en conocerse se tarda poco, y en el mismo momento comienza uno a aburrirse".

Pero te sigo siendo honesto: esto es en teoría, y lo normal, y lo que prescriben los manuales (no andar a la deriva sin una trama predefinida y rígida que evite desvíos improductivos) Pero yo soy un ácrata y te confieso que a veces suelo empezar las obra por la dedicatoria o por poner texto a un título sugerente; por ejemplo ha sido el caso de la pieza El mes de la Gioconda. ¿Acaso no se merecía ese título tan sugerente un pequeño drama? ¿Acaso no se merecía una tía tan buena el título de una obra?

 

Tus personajes son, como mínimo, curiosos… En "Aún es tarde" la prostituta barata es una melómana, y en "El mes de la Gioconda" nada es lo que parece precisamente por la protagonista femenina… ¿qué tiene la mujer para representarla de una forma tan "especial"?

Bueno, eso es lo que pongo en la reseña "publicitaria" de la novela. La prostituta es un personaje secundario. Confieso con orgullo (desde que leí, recientemente, los libros de Salas y Pisano, y supe que los clientes de las prostitutas crean con su demanda este negocio de esclavas) que no he "tratado con" ninguna prostituta en el "trabajo de campo" de la novela, que no hubo. La prostituta melómana (un ángel tirado) la he imaginado con humor y ternura, y viendo un par de películas (Living Las Vegas y Taxi Driver). También confieso con orgullo, como haría Keats frente al viajero Byron, que no he tenido la oportunidad de viajar a París, y que la novela transcurre en París. Por tanto soy el único que puede escribir con absoluta objetividad sobre París (pues cada uno cuenta la fiesta como le va). Y no pienso ir a París en mucho tiempo, pues sospecho que "mi" París es más bonito que el real. Ni contra la religión, mientras no me toquen mi moral. Y no soy racista, que llevo sangre judía y mora, a mucha honra, por parte de padre (toledano) y madre (segoviana): ver foto de entrevistado. Además, aunque me he inventado mi propia religión, le he hecho un hueco en el decálogo de la secta a Jesús de Nazareth; Jesús de Nazareth es un símbolo fantástico contra el racismo y la xenofobia, pues al ser judío, tiene (científicamente demostrable) sangre de las tres razas. O sea, que no hay que pintarlo ni de blanco de ojos verdes, ni de negro guineano, ni de amarillo filipino. ¡Dejarlo como está! y el que tenga oídos para oír, que oiga...

Esto es un ejemplo de digresión que no debe hacer se en una entrevista, por cortesía.

Retomo la pregunta por el tema de la mujer, que es lo que de verdad interesa. ¿Qué qué tiene la mujer para representarla de forma tan especial? Pues...

Respuesta para mujeres tradicionales/románticas: (y perdona la auto-cita): "la mujer es la única obra de arte que se retoca a sí misma, la única flor que cambia de perfume. La mujer es como la luna, que todos señalan dónde está; y hasta cuando no está , todos señalan dónde no está". (Hasta que la boda nos separe. Primer acto)

Respuesta para "cripto-feministas": Porque la mujer es de verdad especial. El síntoma más claro de que la mujer es superior al hombre, es que no necesita en todo momento demostrarlo. Es más fuerte, trabaja más, no protesta casi. Yo admiro a mi mujer. Vale más que yo (totalmente en serio). En este momento está permitiendo (como todos los días) que satisfaga mi ego mientras ella hace algo sin duda más interesante, importante y gratificante, y que puede salvar el mundo el día de mañana: comunicarse con nuestra niña. STOP.

 

"Hasta que la boda nos separe" se estrenó en el teatro en febrero del 2004. ¿Cómo fue la experiencia?

No te lo puedes ni imaginar. No hubo trabajo de mesa, les respeté totalmente su parte creativa. Estuvieron inmensos. Y siete funcione después, en Lisboa, sencillamente perfectos. Roberto Corte (el director de escena), Jorge Moreno (un genio, el actor revelación en Asturias) que encarnó a RAMÓN, Eva Vallines como Natasha (su bellísima voz "corta el aliento" según la crítica), Silvino Torre como "El Anticuario" y "El Psicoanalista", Marisa vallejo como la Señá Brigi, Adriano Prieto como El P. S. (((el policía secreto))), y en la escenografía Andrés Loredo.

En Lisboa les acompañé las tres funciones en su estreno internacional triunfal. Y comprendí, a pasar de los aplausos y el éxito, lo insuficientemente valorado que está su arte, lo difícil y sacrificado de su oficio. Todo lo que dan los artistas del Teatro y lo poco que reciben a cambio, salvo cuando el público rompe el cordón policial y va a los camerinos a decirles que les han hecho alucinar en colores, como oí decir literalmente a un espectador a la salida del estreno de la obra en Avilés (Asturias). "MAGIA" es la primera palabra que debe escribir un dramaturgo, su toque de diapasón, antes de comenzar a escribir nada. "Magia" es la primera palabra que debe pensar el espectador al caer el telón. Si no, no hay teatro, no hay di-versión, en el sentido etimológico y dramáturgico: "apartarse de", elevarse de la tierra durante unos minutos en levitación cuasimística.

 

¿Se va a seguir representando?

Sí. Y contará con una segunda versión, muy ambiciosa, imaginativamente y presupuestariamente, la de La Quimera de Plástico, compañía de teatro independiente de Valladolid (uno de sus directores y actores, Andrés Cienfuegos, estuvo en el mítico grupo Tábano de Madrid, que luchó en la transición por el nuevo teatro). Esta compañía llevará la obra por toda España y probablemente Hispanoamérica y parte de Europa. Pero para mí la versión de mi director y amigo Roberto Corte, que sigue cosechando éxitos, siempre será especial, incomparable, y verdaderamente referencial, como han dicho Cardona y los críticos teatrales ("el eslabón perdido"... "Un delirio", etc).

Lo más importante (de cara al futuro) que le está ocurriendo a esta obra, es su traducción al francés (ultimándose por una especialista de traducción de teatro, Laura Alcoba Entremont) y al inglés (comenzada por la catedrática de español de la Universidad de Massachussets Herlinda Charpentier Saitz).

Está programada su lectura en francés, dentro del prestigioso festival Don Quijote de París que dirige Luis Jiménez (noviembre 2004). Y no es pretencioso esperar que a partir de esto se ponga en Francia en escena en Francés, y entonces con el marchamo de calidad de la "centrocultural" Francia, se la haga caso en Madrid... (la vieja historia de la cultura en este país)

La crítica tanto académica (entendidos en Ramón) como la teatral, y el público, han prometido larga vida a la obra. También un dramaturgo de la categoría de Jerónimo López Mozo (Premio Nacional de Literatura Dramática 1998, entre otros muchos reconocimientos) la ha calificado de "soberbia" (Jerónimo tiene una reseña de su genial obra "El Arquitecto y el relojero" en esta web.)

Para los que quieran leer un fragmento de cortesía de Hasta que la boda nos separe, lo encontrarán en esta web de Anika. (NOTA: Todas las greguerías son mías: es mi homenaje a Ramón, su "resucitación", no su mera "reposición").

lumbreras 

Cuéntanos algo de tus próximos proyectos antes de despedirnos.

Acabo de terminar un drama para dos personajes, con el que espero obtener algún premio y sobre todo el montaje. Sería un paso de consolidación en mi carrera dramatúrgica.

Tengo otro proyectado para comenzar en otoño. Y las ruedas de prensa y apoyo para el montaje que se está fraguando con La Quimera de Plástico.

 

Muchas gracias por tu tiempo Roberto.

Gracias a ti, por tu gentileza y tu espacio virtuoso y virtual.

ANIKA.- ¿Puedo usar esta foto y algunas imágenes de los libros para la web?

ROBERTO.- No sólo puedes usarlos, sino que usarlos puedes. Incluso te doy permiso para retocarme. Digo en la foto.

(Instantes después, a micrófono cerrado…)

Roberto .- Oye, una entrevista muy buena, de verdad.

Anika.- Bah, no tiene mérito: lo hago continuamente.

Roberto.- ¡Vaya!: ya no me siento tan especial.

Anika.- ¡¡El siguiente!!

Roberto- ¿Puedo quedarme hasta el final del programa?

Anika.- Claro: Será un placer.

Roberto.- No, si es que me ha dado la ciática con el aire acondicionado, y no me puedo levantar.

Anika.- ¡Qué lástima!, porque voy a entrevistar a Moncho Borrajo. Tienes todas las papeletas para que Moncho te saque de colaborador.

Roberto.- (Sudando a pesar del aire acondicionado) Bueno, pues yo ya me iba.

Anika.- ¿Quieres una muleta? para apoyarte...

Roberto.- Gracias, ya me ayuda esa gentil azafata: será mi báculo.

(Roberto y La Azafata, saliendo ambos del estudio)

Roberto.- (A la azafata) Gracias por acompañarme a tu casa. En cuanto salgamos de aquí, te llevo yo en los brazos. Nos podemos ir turnando para repartir la caridad.

Azafata.- No, que acabamos en el suelo.

Roberto.- Por eso.

(Con autorización de su comprensiva esposa, ante notaria feminista)

NOTA: En cuanto a la foto: lo que se ve detrás de mi cabeza no son cuernos verdes, sino… laureles

Roberto Lumbreras

 

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