Entrevista a Rafael Sadoc por Cuatro maneras de reír
Cádiz siempre me atrapa. No podía ser de otra forma.
Hace tiempo que, por esas cosas de la vida, no voy por allí, pero hoy que he vuelto de nuevo para ver a Rafael Sadoc, autor de "Cuatro maneras de reír", me siento como si siempre hubiera estado allí.
Hemos quedado en la puerta del Gran Teatro Falla. No podía ser de otro modo. Cuando le pregunté a Rafael dónde podríamos vernos para hacerle la entrevista simplemente me soltó un "¿Dónde crees tú, pisha?". Eso era lo mismo que decirme "En la puerta del Falla". Porque Sadoc es Falla, es Carnaval, es Comparsa, Cuarteto y Chirigota. Es Guasa tomada muy pero que muy en serio.
Pero también es Cine. Con mayúscula.
ENTREVISTA
Rafael Sadoc vive por y para Cádiz, el Carnaval y el Cine.
Mientras hacía tiempo para nuestro encuentro, he visitado el Mercado Central de Abastos, en la plaza de la Libertad, y me he deleitado con todo un mundo de personajes, sonidos, ambientes, olores y colores. Es imposible no acabar allí cuando se va a Cádiz…
Se me termina ya la calle Benjumea y desembarco de golpe en la Plaza Fragela, topándome con la fachada Neomudéjar del Gran Teatro Falla. Increíble…
Y allí, de pie, en la puerta central, con los brazos cruzados, está Rafael Sadoc, sonriente, pleno, feliz…
Empieza a caminar hacia mí, con los brazos abiertos, y me parece estar viendo una escena de su TheBeautiful Cádiz, la película con la que nos regaló a todos su visión del Carnaval, de Cádiz y de su gente.
Las palmadas en la espalda del abrazo resuenan por toda la Plaza Fragela y rebotan en la fachada de ladrillo rojo del teatro. Nos saludamos como es debido (salud, familia, trabajo…) y empezamos a andar. Eso de no poder sentarse ya en la Taberna el Rincón del Madueño, que tuvo que echar el cierre, nos lleva a tomar la calle San Rafael buscando la Playa de La Caleta…
Ya andando, empiezo a preguntarle.
Rafael, tengo que darte la enhorabuena por tus "Cuatro maneras de reír" y por el trabajo que se ve que lleva detrás, porque aunque no es lo que podríamos llamar una novela extensa, sí es intensa. ¿Te ha llevado mucho escribirla? ¿Te ha costado mucho trabajo?
Cuando acabé The Beautiful Cádiz en 2015, me puse a trabajar en varias ideas de posibles guiones. Uno de ellos era "Cuatro maneras de reír", fue clave la reunión que hace año y medio mantuve con la gente de ATRESMEDIA, ellos veían una novela en la temática, que perfectamente podría ir dirigida a gente joven. -Como siempre, habla con seriedad mientras sonríe, porque Rafael Sadoc es un tipo alegremente serio- Entonces me decidí a convertir aquel guión en obra literaria y desde enero ya está disponible gracias a Caligrama - Penguin Random House, en casi todas las librerías de España y en los portales de internet: La Casa del libro, Agapea, Amazon, El corte inglés….(esta web tiene enlace a compra de todos los libros en sus reseñas respectivas)
Está claro que esta novela es cine escrito, salta a la vista. ¿Cuando la empezaste era eso? ¿Una novela? ¿O tu idea inicial iba por otros derroteros?
Siempre escribo guiones, los esbozo... Luego decido cuál tiene más posibilidades de convertirse en novela; en mis dos publicaciones anteriores ocurrió lo mismo. Estudié guión en la ya extinta Escuela de Cine de Puerto Real (me gusta decirle Port Royal que es como más chirigotero…), siempre me resultó más fácil iniciar la estructura de la trama como guion y luego transformarla en novela.
Entonces, Rafael, ¿Qué es lo que más te tira? ¿La Literatura o el Cine?
Ambas, veo muchísimo cine y leo también más de lo considerado normal. Me siento cómodo fabricando diálogos; para escribir una novela de 500 páginas (mi gran asignatura pendiente) necesito tiempo. Trabajo en una empresa bodeguera en Sanlúcar, además tengo una madre que está ya muy mayor y a la que intento ver al menos un rato cada día, mi tiempo libre es muy escaso, creo que la terminaré escribiendo, pero insisto: necesito tiempo. - Se para en seco, y eso hace que yo también me pare. Es como si quisiera terminar de contestarme antes de que lleguemos al final de la calle y nos deslumbre lo que estamos a punto de ver- Tengo la idea clara, incluso el título, pero sé que aún no es el momento de escribirla. Ahora bien, te puedo adelantar que ya la tengo esbozada como guión.
Retomamos el paseo y nos plantamos en la Glorieta de Carlos Cano, aquel que cantaba aquello de "La Habana es Cái con más negritos y Cái es la Habana con más salero…". Tras la Glorieta, se nos presenta la Playa de la Caleta con su kiosko, desde el que un James Bond que aparentaba estar en el Cái con más negritos vió cómo una imponente Halle Berry en bikini salía del mar como si la diosa Venus fuera, rememorando aquella otra salida del mar de Raquel Welch, para venirse a una Habana con más salero.
¡Mira esto, mira esto! -Sadoc no puede callárselo- ¡Es vivir en el paraíso: amarás a Cádiz por encima de todas las cosas y a los gaditanos y gaditanas como a ti mismo!
De vuelta a lo que estábamos hablando, Rafa: ¿Cómo ves hoy, tanto el panorama literario como el cinematográfico? Me refiero a cómo lo ves desde la posición de quienes tienen la literatura y el cine como medio de vida. ¿Se puede vivir de eso?
En las páginas de "Cuatro maneras de reír" explico que es un porcentaje ínfimo el que puede vivir exclusivamente de hacer cine, en la literatura pasa tres cuartos de lo mismo, solo unos elegidos pueden permitirse vivir de escribir. Es muy complicado, es cuestión de constancia y de tenerlo claro. La frustración, la imposibilidad de conseguir tus sueños se ha llevado por delante a gente con una calidad exquisita escribiendo o realizando cine, yo todavía aguanto, aún estoy fuerte.
Entonces, enlazando ambos mundos, ¿"Cuatro maneras de reír" llegará al cine? ¿O tienes algún otro proyecto antes de eso? - Ya en el Paseo Fernando Quiñones, flanqueado a ambos lados por el mar, pasamos junto al Mareógrafo y nos adentramos en el Castillo de San Sebastián-.
A día de hoy llevo casi un año trabajando con el productor de cine Álvaro Alonso en un proyecto de largometraje muy ambicioso, es una comedia andaluza a no poder más, espero que la cerremos y ojalá la película funcione. Si eso es así, confío entonces en poder realizar cinematográficamente "Cuatro maneras de reír".
Sé que es una pregunta muy manida y que te la habrán hecho ya mil veces, pero no puedo evitar el hacértela yo: ¿Qué hay de autobiográfico en "Cuatro maneras de reír"?, porque con un protagonista director de cine y contando los entresijos y trabajos de ese mundillo, algo de autobiográfico tienen que tener…
Sí, es innegable decir lo contrario, hay mucho de mí en todos los personajes de la novela,- Sigue sonriendo con seriedad, porque sonreír es algo muy serio, mientras volvemos a tierra firme por el mismo paseo sobre el agua- he intentado trasladar lo que aprendí en la Escuela de cine y sobre todo poner encima de la mesa una problemática social bastante real y que me toca muy de cerca: las ilusiones de los jóvenes, sus problemas cotidianos, a los que se enfrentan diariamente; amor, paro, relaciones familiares y afectivas, droga…
¿En futuros trabajos seguirá estando tan presente tu Cádiz?
Creo que Cádiz estará siempre presente en lo que escribo, de una manera u otra: su luz, ironía, sarcasmo, ingenio… Sobre los mensajes de la novela, para mí los más importantes; superación, constancia, amor, amistad, entrega sin límites… Te los resumo en una frase: ¡a veces hay que perderse para poder encontrar una vida de cine!
Paseando por la Avenida Campo del Sur, cara al mar, con brisa de sal y gotitas de agua que nos refrescan la cara, hemos llegado a la imponente Catedral de la Santa Cruz sobre el Mar, la de Cádiz, la de Cái, donde está enterrado Don José María Pemán. Rafael, se para ante el edificio, lo señala con ambas manos, brazos abiertos, mirada franca, feliz, y sigue hablando.
Algún día rodaré una secuencia delante de esta Catedral.
Pasamos por encima del mosaico que hay en la plaza de la catedral, que representa el plano de planta del templo, y nos dirigimos a uno de los varios bares que allí hay, donde entre cervezas y chicharrones de Cádiz, seguiremos hablando de sus trabajos y proyectos, de cómo nos conocimos en nuestra Sanlúcar de Barrameda, en un Taller de Lectura en sobre mi segunda novela (una aventura ya olvidada), de cómo desde entonces hemos seguido en contacto en la distancia, y de cómo el Cine y la Literatura se complementan tanto como la cerveza y los chicharrones que vamos a disfrutar.